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Cosecha De Maíz: su temporada y rendimientos

Cosecha De Maíz: su temporada y rendimientos

La cosecha de maíz es una de las etapas finales del ciclo agrícola, donde los meses de cuidado y manejo culminan en la recolección del grano

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El éxito de una cosecha de maíz se logra al realizar los manejos adecuados, desde la selección de la semilla hasta la cosecha. (Foto: Cambiagro)
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El proceso de cosecha de maíz no solo determina la cantidad de producto final que se puede obtener, sino que también influye en la calidad.

Para alcanzar una producción óptima, es esencial implementar un programa de fertilización bien planificado y ejecutado, que responda eficazmente a las necesidades nutricionales del maíz durante sus etapas de crecimiento.

Al optimizar cada paso, desde la preparación del terreno hasta la elección del momento exacto para cosechar, los agricultores pueden asegurar no solo el aumento del rendimiento y la calidad del cultivo, sino también mejorar la eficiencia en el uso del agua y fortalecer la resistencia de las plantas a enfermedades y condiciones climáticas adversas.

Conforme la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señala, la adopción de prácticas agrícolas inteligentes y la gestión adecuada de la fertilización pueden incrementar los rendimientos del maíz hasta en un 50 % en algunas regiones, lo que subraya la importancia de una cosecha bien ejecutada.

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La temporada de cosecha se determina cuando los granos alcanzan madurez. (Foto: Cambiagro)

¿Cuándo es la temporada de cosecha del maíz?

La temporada de cosecha de maíz (Zea mays) varía significativamente dependiendo de la región geográfica, las condiciones climáticas y el tipo de maíz cultivado.

En términos generales, la cosecha se realiza cuando los granos han alcanzado la madurez fisiológica.

Este estado que se determina no solo por el color y la dureza del grano sino también por el contenido de humedad, que idealmente debe estar entre el 20 % y el 25 % para minimizar los costos de secado y evitar pérdidas de grano durante la cosecha.

Cosecha de maíz: 4 claves para identificarla

  1. Madurez del grano: observar el cambio de color en la mazorca y la desecación del pedúnculo (base de la mazorca) son indicativos primarios de que el maíz está listo para ser cosechado.
  2. Contenido de humedad: la humedad adecuada no solo es importante para reducir costos en procesos posteriores como el secado, sino también para asegurar la calidad del grano almacenado.
  3. Condiciones del campo: las condiciones del campo deben permitir el acceso de las máquinas cosechadoras sin causar daño a las mazorcas o compactación del suelo.
  4. Previsión meteorológica: debe evitar la cosecha bajo condiciones de lluvia o después de esta, ya que la humedad puede fomentar la proliferación de hongos y otras enfermedades en el almacenamiento.
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El grano debe tener una humedad de hasta el 25 % para su cosecha. (Shutterstock/Cambiagro)

¿Qué es un calendario de cosecha?

El calendario de cosecha es una herramienta para planificar y ejecutar la recolección del maíz en el momento óptimo.

Este calendario debe ajustarse cada año en función de las condiciones climáticas, la progresión del cultivo y las previsiones meteorológicas, para evitar las lluvias tardías que pueden aumentar la humedad del grano y fomentar el desarrollo de hongos y otras enfermedades.

¿Cuántas toneladas se cosechan en una hectárea de maíz?

El rendimiento por hectárea de maíz puede variar ampliamente, dependiendo de factores como la variedad de maíz, la fertilización, el manejo de plagas y enfermedades y las prácticas de irrigación.

En promedio, los rendimientos pueden oscilar entre 8 y 12 toneladas por hectárea en condiciones óptimas; sin embargo, es esencial destacar que el manejo agronómico preciso y la selección de variedades adaptadas a cada microclima son fundamentales para alcanzar y superar estas cifras promedio.

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La cosecha de maíz puede superar las 12 toneladas por hectárea. (Foto: Cambiagro)

Conoce los rendimientos promedio y potenciales

En condiciones óptimas y con manejo avanzado, los rendimientos pueden superar las 12 toneladas por hectárea, mientras que en situaciones menos ideales, los rendimientos pueden ser considerablemente más bajos.

La implementación de prácticas de manejo de precisión, incluyendo la agricultura de precisión y sistemas avanzados de irrigación, puede aumentar los rendimientos de maíz en hasta un 20 %.

Además, un estudio reciente liderado por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en México, informó que la labranza mínima aumenta rendimientos.

Cosechadora de maíz y métodos de cosecha

El uso de cosechadoras de maíz mecanizadas es común en grandes explotaciones, donde la eficiencia y la rapidez son esenciales para capturar el valor del cultivo antes de que las condiciones climáticas puedan causar deterioro.

Las cosechadoras no solo permiten la recolección rápida de grandes áreas, sino que también realizan una serie de procesos en un solo paso, como cortar la planta, separar los granos y preparar el rastrojo para labores posteriores de campo.

Cosecha manual, la práctica más realizada

En contraste, la cosecha manual sigue siendo prevalente en regiones donde las explotaciones son menores o en terrenos donde las máquinas no pueden operar eficientemente.

La cosecha manual permite una selección más cuidadosa de las mazorcas y es menos probable que cause daño al grano, aunque es significativamente más laboriosa y lenta.

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La cosecha mecanizada se utiliza en grandes extensiones de terreno (Foto: Shutterstock)
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Tradicionalmente, el maíz se cosecha de forma manual. (Shutterstock)

Rentabilidad según el tiempo de cosecha

La cosecha de maíz determina en gran medida la rentabilidad del cultivo. Un manejo informado y meticuloso, que considere desde la elección del momento adecuado para cosechar hasta la elección entre cosecha mecánica o manual, puede significar la diferencia entre una cosecha exitosa y una fallida.

La cosecha es un proceso complejo que requiere una planificación cuidadosa y un manejo detallado para maximizar tanto el rendimiento como la calidad del cultivo.

Al adherirse a estrategias de manejo basadas en la evidencia científica y prácticas agronómicas avanzadas, es posible mejorar significativamente la productividad y la eficiencia de la cosecha de maíz.

Este enfoque no solo garantiza una mayor rentabilidad para los agricultores sino que también contribuye a la sostenibilidad del sector agrícola, asegurando que se puedan alimentar a las poblaciones mientras se cuidan los recursos naturales para futuras generaciones.

Preguntas frecuentes

La temporada óptima para cosechar maíz se identifica evaluando la madurez fisiológica del grano, el contenido de humedad y las condiciones meteorológicas previstas. Debe cosechar cuando el grano ha alcanzado la madurez completa y el contenido de humedad está entre el 20 % y el 25 %.

El rendimiento de maíz por hectárea puede variar significativamente dependiendo de factores como la variedad de maíz, las prácticas de manejo agrícola y las condiciones climáticas. En condiciones óptimas, los rendimientos pueden superar las 12 toneladas por hectárea, pero esto puede ser menor en áreas con manejo o condiciones subóptimas.

Existen dos métodos principales de cosecha de maíz: la cosecha mecánica y la manual. La cosecha mecánica, realizada con cosechadoras, es más rápida y eficiente para grandes extensiones de cultivo, mientras que la cosecha manual es preferida en terrenos difíciles o para una selección más cuidadosa de las mazorcas, aunque es más laboriosa y menos eficiente a gran escala.

Elegir el momento adecuado para la cosecha es crucial para maximizar la rentabilidad. Cosechar demasiado pronto puede resultar en granos subdesarrollados y pérdidas en el rendimiento, mientras que cosechar tarde puede aumentar los riesgos de deterioro por condiciones climáticas adversas y costos adicionales por secado.

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Fertilizantes Para Maíz: ¡todo lo que necesita saber!

Fertilizantes Para Maíz: ¡todo lo que necesita saber!

Planificar y ejecutar de forma correcta la fertilización en el cultivo de maíz lo llevará a aumentar los rendimientos y la calidad de la cosecha

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La planificación es una de las principales claves para elegir los fertilizantes para maíz que necesita durante la temporada. (Foto: Cambiagro)
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Para lograr una producción óptima en el cultivo de maíz (Zea mays), es esencial aplicar un programa de fertilización bien planificado y ejecutado, que responda eficazmente a las necesidades nutricionales del maíz.

Este enfoque no solo aumenta el rendimiento y la calidad del cultivo, sino que también mejora la eficiencia del uso del agua y aumenta la resistencia de las plantas a enfermedades y estrés ambiental.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), una gestión adecuada de la fertilización puede incrementar los rendimientos del maíz hasta en un 50 % en algunas regiones.

En este artículo ofrecemos una guía sobre cómo maximizar el uso de fertilizantes para maíz, cubriendo desde la selección del tipo adecuado de fertilizante hasta las estrategias de aplicación más efectivas, basadas en evidencia científica y prácticas agronómicas avanzadas.

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Una fertilización adecuada incrementa los rendimientos de su cultivo. (Foto: Cambiagro)

¿Sabe cuándo se debe abonar el maíz?

El momento óptimo para la fertilización es un factor relevante para aprovechar al máximo la capacidad de la planta de absorber y utilizar los nutrientes esenciales para su crecimiento y desarrollo.

La aplicación de fertilizantes para maíz en el momento adecuado puede significar la diferencia entre un cultivo mediocre y uno excepcionalmente productivo.

Generalmente, el maíz se fertiliza en varias etapas durante su ciclo de crecimiento, cada una correspondiendo a las necesidades específicas de la planta en ese momento.

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En la siembra, antes de V6 y de V12, se debe de fertilizar. (Foto: Cambiagro)

Momentos clave de la fertilización para maíz

Siembra: la aplicación de fertilizantes al momento de la siembra ayuda a tener un suelo rico en nutrientes, esencial para las primeras etapas del desarrollo de la raíz y del maíz. Los nutrientes que no deben de faltar son fósforo (P), potasio (K) y nitrógeno (N), en orden de cantidad.

V6 (seis hojas visibles): este es un momento crítico para aplicar nitrógeno (N) adicional, ya que la planta comienza a aumentar su biomasa (también follaje) rápidamente y necesita amplios recursos para sostener ese crecimiento. Aquí también se aplica potasio (K).

Prefloración: justo antes de la etapa de floración (VT), o entre V9 y V12, una aplicación de fertilizantes puede ayudar a asegurar que las plantas tengan los nutrientes necesarios para desarrollar y llenar las mazorcas. Se aplica el 40 % del nitrógeno (N) restante total.

Aplicar fertilizantes en la etapa V6 puede mejorar significativamente los rendimientos al optimizar el crecimiento vegetativo antes de que el maíz entre en su fase reproductiva crítica.

Además, la fertilización fraccionada, donde el nitrógeno se aplica en varios momentos en lugar de todo al principio, ha mostrado mejorar la eficiencia del uso del nitrógeno y reducir el riesgo de lixiviación.

Importancia del tiempo al abonar

La aplicación de fertilizantes en el momento o tiempo correcto, según los nutrientes que requieren las plantas, es vital debido a la dinámica del crecimiento del maíz y su absorción.

Aplicar fertilizantes demasiado temprano o demasiado tarde puede resultar en una utilización ineficiente de los nutrientes, pérdidas por lixiviación o volatilización y un impacto ambiental negativo sin mejorar el rendimiento del cultivo.

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Las plantas de maíz deben fertilizarse en etapas previamente planificadas, donde estas absorben los nutrientes que necesitan. (Fotoarte: Cambiagro)

¿Cómo aplicar urea para mejorar el rendimiento?

La urea es uno de los fertilizantes nitrogenados más utilizados en la agricultura, especialmente en el cultivo de maíz, debido a su alta concentración de nitrógeno y su costo relativamente bajo.

Sin embargo, para maximizar su efectividad y minimizar impactos ambientales como la volatilización y la lixiviación, es importante tomar en cuenta ciertos detalles:

Mejores prácticas para aplicar fertilizantes para maíz

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Incorporación en el suelo: la urea debe ser incorporada al suelo dentro de las 48 horas después de su aplicación para prevenir pérdidas de nitrógeno por volatilización. Esto puede hacerse mediante riego o una ligera labranza.

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Aplicación antes de lluvias previstas: aplicar urea justo antes de la lluvia (no tormentas intensas) puede ayudar a que el nitrógeno esté disponible para las raíces del maíz, reduciendo las pérdidas por volatilización.

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Uso de inhibidores de ureasa: estos son añadidos a la urea para reducir la velocidad de conversión de urea a amoníaco, lo cual es útil cuando la incorporación inmediata (riego) no es posible de forma inmediata.

Un ejemplo podría ser NITRO XTEND® XP, cuyos gránulos impregnados con un inhibidor de ureasa permite que la urea se infiltre en el suelo antes de que se libere amoniaco.

Y recuerde, aplicar urea simple sin las adecuadas medidas de manejo puede llevar a pérdidas de hasta el 40 % del nitrógeno aplicado.

Exceso de nitrógeno en maíz: impactos y manejo

El nitrógeno es esencial para el crecimiento saludable del maíz, pero su exceso puede tener efectos adversos tanto en el cultivo como en el medio ambiente.

Un manejo adecuado del nitrógeno maximiza la eficiencia de los fertilizantes y evita problemas como el crecimiento excesivo de vegetación a expensas del desarrollo de la mazorca, mayor susceptibilidad a enfermedades y problemas de calidad en la cosecha.

Impacto del exceso de nitrógeno

Crecimiento vegetativo excesivo: demasiado nitrógeno puede llevar a un crecimiento desmedido de hojas y tallos, lo que puede parecer beneficioso al principio, pero en realidad puede reducir la formación y el llenado de granos.

Mayor susceptibilidad a enfermedades: plantas con exceso de nitrógeno a menudo tienen mayor susceptibilidad a enfermedades fúngicas, ya que el tejido vegetal tierno y abundante favorece el desarrollo de patógenos.

Problemas ambientales: con el exceso de nitrógeno, este puede filtrarse y llegar a los ríos, lagos o aguas subterráneas. Esto contamina el agua y puede provocar un crecimiento descontrolado de algas.

Las algas consumen oxígeno, dejando menos disponible para otros organismos acuáticos como peces, lo que puede dañar el ecosistema del agua.

Estrategias de manejo del nitrógeno

Para evitar el exceso de nitrógeno, es importante realizar análisis de suelo y tejido para determinar las necesidades específicas de nitrógeno del cultivo.

Como recomendación, siempre ajustar las aplicaciones de nitrógeno según las etapas de crecimiento del maíz y las condiciones climáticas, lo que puede ayudar a sincronizar la disponibilidad de nitrógeno con las necesidades de la planta.

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Los análisis de suelo son los mejores aliados de la fertilización del maíz. (Foto: Cambiagro)

Potasio: clave para la resistencia en el maíz

El potasio (K) es un macronutriente vital que desempeña múltiples funciones en el crecimiento y desarrollo del maíz.

Es clave para la regulación osmótica, lo que ayuda a las plantas a manejar el estrés hídrico, y es esencial para el transporte y almacenamiento de carbohidratos, afectando directamente la calidad y cantidad del rendimiento del grano.

Importancia del potasio para el maíz

El potasio mejora la robustez de las plantas de maíz al fortalecer sus paredes celulares, lo que contribuye a una mejor resistencia contra enfermedades y plagas

También optimiza la eficiencia del uso del agua y juega un papel vital en la activación de enzimas importantes para la fotosíntesis y la respiración.

¿Qué causa la deficiencia de potasio?

Una deficiencia de potasio se manifiesta en el maíz como clorosis (amarillamiento) y necrosis (muerte del tejido) en los bordes de las hojas más viejas.

Con el tiempo, estas deficiencias pueden llevar a una reducción significativa en la tasa de fotosíntesis, afectando el desarrollo de la planta y reduciendo el rendimiento del cultivo.

La deficiencia de potasio puede disminuir el tamaño y el peso de las mazorcas, así como la calidad general del grano.

Estrategias de manejo del potasio

Para garantizar una nutrición adecuada de potasio, debe realizar análisis de suelo para ajustar los programas de fertilización basados en las necesidades específicas del cultivo y las condiciones del suelo.

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Deficiencia de potasio en el cultivo de maíz. (Foto: plantwiseplusknowledgebank.org)

La aplicación de fertilizantes potásicos debe adaptarse a las fases de crecimiento donde el maíz es más demandante, especialmente durante y después del florecimiento cuando se desarrollan las mazorcas.

Identificación y corrección de deficiencia de magnesio

El magnesio (Mg) juega un papel fundamental en la fotosíntesis de las plantas de maíz, ya que es un componente central de la clorofila, el pigmento necesario para la conversión de la luz solar en energía química.

La deficiencia de magnesio en el maíz generalmente se manifiesta inicialmente como clorosis interveinal en las hojas viejas, donde las áreas entre las venas se vuelven amarillas, mientras que las venas mismas permanecen verdes.

A medida que la deficiencia progresa, estas áreas pueden volverse necróticas. Esta deficiencia se observa comúnmente en suelos ácidos, arenosos y bajos en magnesio orgánico disponible.

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La deficiencia de magnesio causa clorosis inicial. (Foto: plantwiseplusknowledgebank.org)

Impacto en la producción de maíz

Una planta de maíz con deficiencia de magnesio es menos eficiente en la fotosíntesis, lo que puede resultar en un crecimiento atrofiado y en rendimientos reducidos, especialmente en términos de tamaño y peso de la mazorca.

La deficiencia de magnesio también puede hacer que la planta sea más susceptible a enfermedades y estrés por condiciones ambientales adversas.

Manejo y corrección

La corrección de la deficiencia de magnesio implica aplicaciones de fertilizantes que contienen este nutriente, como sulfato de magnesio, dependiendo del pH del suelo.

Los fertilizantes foliares con magnesio también pueden ser efectivos para respuestas rápidas. La aplicación de magnesio es más efectiva cuando se realiza junto con un programa de fertilización equilibrado que respeta las relaciones entre magnesio, potasio y calcio en el suelo.

Deficiencia de zinc en maíz: detección, impacto y corrección

La deficiencia de zinc (Zn) puede limitar severamente la productividad del cultivo de maíz y afectar la calidad del grano.

El zinc es un micronutriente esencial para varias funciones bioquímicas, incluyendo la síntesis de proteínas, el crecimiento y desarrollo de las plantas, y la resistencia a enfermedades.

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El zinc es un elemento fundamental en el cultivo. (Foto: plantwiseplusknowledgebank.org)

Identificación de la deficiencia de zinc

La deficiencia de zinc en el maíz se manifiesta típicamente como clorosis interveinal en las hojas jóvenes, seguido de un acortamiento de los entrenudos, lo que da a las plantas un aspecto achaparrado.

Las hojas pueden desarrollar bandas pálidas entre las venas, y las puntas de las hojas pueden volverse blancas en casos severos.

Estos síntomas ocurren generalmente en suelos alcalinos con baja disponibilidad de zinc soluble.

Impacto en el cultivo de maíz

La falta de zinc inhibe la capacidad de la planta para realizar funciones vitales como la fotosíntesis y la producción de clorofila, lo que reduce directamente el vigor del maíz y su rendimiento.

Además, las plantas con deficiencia de zinc son menos capaces de tolerar condiciones de estrés, como bajas temperaturas o sequía.

Estrategias de corrección

La corrección de la deficiencia de zinc se puede lograr mediante la aplicación de fertilizantes que contienen este micronutriente.

Las fuentes comunes incluyen sulfato de zinc, quelato de zinc o fritas de zinc, que pueden ser aplicadas al suelo o mediante aplicaciones foliares.

Las aplicaciones foliares de zinc son particularmente efectivas para corregir rápidamente la deficiencia en las etapas críticas de crecimiento.

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El fertilizante foliar es un complemento a la fertilización de maíz al suelo. No debe ser la única forma de fertilización. (Foto: Cambiagro)

Fertilizante foliar para maíz: un aliado de su cultivo

El uso de fertilizantes foliares en el cultivo de maíz es una técnica agrícola valiosa que complementa la fertilización tradicional del suelo, especialmente útil para la corrección rápida de deficiencias nutricionales.

Estos productos se aplican directamente a las hojas de la planta, permitiendo una absorción rápida y efectiva de nutrientes esenciales.

Beneficios de los fertilizantes foliares en maíz

Uno sus beneficios es que pueden ser útiles en situaciones donde el sistema radicular de las plantas no puede absorber suficientes nutrientes del suelo.

Para una aplicación efectiva de fertilizantes foliares en maíz, es importante considerar lo siguiente:

  • Momento de aplicación.
  • Dosificación y concentración.
  • Uniformidad de la aplicación.

Las aplicaciones foliares de micronutrientes pueden mejorar significativamente la eficiencia fotosintética y la salud general de las plantas de maíz, llevando a mejoras en la calidad y el rendimiento del cultivo.

Aplicación de fertilizantes para maíz

Para asegurar un rendimiento óptimo en el cultivo de maíz, la aplicación de un programa de fertilización cuidadosamente planificado y ejecutado es fundamental.

Este enfoque optimiza el rendimiento, la calidad del cultivo, mejora la eficiencia en el uso del agua y fortalece la resistencia de las plantas frente a enfermedades y estrés ambiental.

Preguntas frecuentes

Un programa de fertilización bien ejecutado para el maíz responde efectivamente a las necesidades nutricionales de la planta en cada etapa de su crecimiento, lo que incrementa el rendimiento y la calidad del cultivo.

El momento óptimo para fertilizar el maíz incluye la aplicación en siembra, en la etapa V6, cuando la planta intensifica su crecimiento, y entre V9 y V12, para asegurar el desarrollo adecuado y llenado de las mazorcas.

Para maximizar la eficacia de la urea en maíz, debe incorporarla al suelo, aplicarla antes de lluvias previstas y considerar el uso de inhibidores de ureasa para reducir la volatilización del nitrógeno.

Un exceso de nitrógeno puede provocar un crecimiento vegetativo excesivo que sacrifica el desarrollo de la mazorca, aumenta la susceptibilidad a enfermedades y puede causar problemas ambientales por lixiviación.

El potasio ayuda a las plantas a manejar el estrés hídrico y es esencial para el desarrollo robusto y saludable del cultivo, afectando directamente el rendimiento y la calidad del grano.

La deficiencia de magnesio en maíz se manifiesta como clorosis interveinal en las hojas viejas y se corrige mediante la aplicación de fertilizantes que contienen magnesio, como el sulfato de magnesio.

La deficiencia de zinc se detecta por clorosis interveinal en hojas jóvenes y acortamiento de los entrenudos. Se corrige con la aplicación de fertilizantes que contienen zinc, como el sulfato de zinc o quelatos de zinc.

Los fertilizantes foliares en maíz son útiles para corregir rápidamente deficiencias nutricionales, y pueden mejorar significativamente la eficiencia fotosintética y la salud general de las plantas, contribuyendo a mejoras en la calidad y el rendimiento del cultivo.

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Plagas del maíz: estrategias efectivas para el manejo y control

Plagas del maíz: estrategias efectivas para el manejo y control

Las plagas son organismos que infestan los cultivos de maíz, causando daño físico a las plantas o transmitiendo enfermedades

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Conocer las plagas del maíz y su ciclo biológico a fondo ayuda a elegir la mejor estrategia de control. (Fotoarte: Cambiagro)
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Las plagas afectan al maíz (Zea mays) en cualquier etapa de su desarrollo, desde la germinación hasta la cosecha, y el manejo efectivo de estas es clave para asegurar la sostenibilidad y rentabilidad del cultivo.

Cada temporada, el cultivo enfrenta retos, siendo las plagas uno de los más significativos. Estas afectan la productividad, la calidad del cultivo y pueden tener un impacto devastador en la economía agrícola.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), las pérdidas en la producción agrícola llegan hasta un 40 %.

Las plagas del maíz pueden clasificarse según su ubicación y método de alimentación. Cada tipo requiere estrategias de manejo específicas para controlarlas eficazmente. 

A continuación, describimos los principales tipos de plagas que afectan al maíz.

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Las plagas del suelo dañan raíces y otras partes subterráneas de las plantas. (Foto: Internet)

Plagas del suelo

Estas afectan principalmente las raíces del maíz y pueden causar daños desde la germinación hasta la etapa de crecimiento temprano de la planta.

Aquí podemos mencionar el gusano de alambre (Agriotes spp.) y la gallina ciega o gusano blanco (Phyllophaga spp.).

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Las plagas en las hojas debilitan la planta y disminuir la producción. (Foto: Internet)

Plagas de la parte aérea y hojas

Se alimentan de las hojas y tallos del maíz, reduciendo la capacidad fotosintética de la planta y, por tanto, su crecimiento y producción.

Se destacan el gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) y el pulgón del maíz (Rhopalosiphum maidis).

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Estas plagas perforan el interior del cultivo de maíz. (Foto: invasive.org)

Plagas que viven en el interior de la planta

Estos insectos penetran y viven dentro de los tejidos de la planta, lo que hace difícil detectarlos y controlarlos antes de que causen daños significativos.

Podrían mencionarse el barrenador del tallo (Diatraea grandiosella) y el barrenador europeo del maíz (Ostrinia nubilalis).

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Los ratones pueden llegar a causar pérdidas económicas significativas. (Foto: Internet)

Aves y roedores

Regularmente, estos animales son más grandes que los insectos, y causan daños significativos al alimentarse de las semillas y plantas jóvenes de maíz.

Aquí pueden encontrarse aves (de varias especies) y ratones de campo (también de varias especies).

Plagas, daños y nombre científico según su tipo

Nombre de la plagaTipo de plagaNombre científicoDaño
Gusano de alambrePlagas del sueloAgriotes spp. Daños a raíces, marchitamiento de plantas jóvenes
Gusano blancoPlagas del sueloPhyllophaga spp. Daños severos a raíces
Gusano cogolleroPlagas de la parte aéreaSpodoptera frugiperdaDestrucción de tejido foliar y cogollos
Pulgón del maízPlagas de la parte aéreaRhopalosiphum maidisExtracción de savia, secreción de melaza
Chicharrita del maízPlagas de la parte aéreaDalbulus maidisTransmisión de enfermedades fitopatógenas, daño por alimentación directa
Barrenador del tallo del maízPlagas internasDiatraea grandiosellaPerforación de tallos, disminución de estabilidad
Barrenador europeo del maízPlagas internasOstrinia nubilalisDaño interno en el tallo, rotura de la planta
Aves diversasAves y roedoresVarias especiesConsumo de semillas y plantas jóvenes
Ratones de campoAves y roedoresApodemus sylvaticus y otrosDaño a semillas y raíces jóvenes

La selección adecuada de estrategias de prevención y control no solo minimiza las pérdidas económicas, sino que también contribuye a la conservación del ambiente y a la salud pública al reducir la necesidad de controles agresivos.

Las principales plagas del maíz que todo agricultor debe conocer

Los insectos varían dependiendo de la región geográfica y las condiciones ambientales. Sin embargo, ciertos insectos tienen una prevalencia y un impacto significativo en nuestra región.

Entre las principales plagas del maíz están el gusano cogollero, la chicharrita del maíz, el gusano de alambre y el pulgón del maíz.

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El cogollero causa ventanas (agujeros) en las hojas. (Foto: Internet)

Gusano cogollero: plaga que afecta en nuestra región

El gusano cogollero (Spodoptera frugiperda) es considerado uno de los insectos más dañinos para el maíz en América Latina y otras regiones. Este lepidóptero puede causar pérdidas severas en cortos períodos si no se controla eficientemente.

Además, la resistencia a varios insecticidas ha hecho que su control sea particularmente desafiante.

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En 2024, Argentina se enfrenta a una crisis por esta plaga. (Foto: Internet)

Chicharrita del maíz: no solo causa daño; transmite enfermedades

La chicharrita (Dalbulus maidis), también conocida como saltahojas o cigarrita del maíz, provoca daño directo al cultivo al alimentarse de la savia; además, es vector de enfermedades virales y micoplasmas, como la enfermedad de la hoja blanca del maíz o el achaparramiento.

El control de esta plaga es complicado debido a su rápida reproducción y capacidad de dispersión. Investigaciones del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) destacan que el manejo integrado es vital para minimizar su impacto.

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Esta plaga puede permanecer hasta por 5 años en el suelo. (Foto: Internet)

Gusano de alambre: la plaga subterránea

Las larvas de esta plaga, cuyo nombre científico es Agriotes spp., atacan las raíces del maíz, lo que puede retrasar el desarrollo de las plantas o incluso matarlas.

La rotación de cultivos y el uso de plantas trampa son algunas de las estrategias recomendadas para el control del gusano de alambre.

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Los pulgones se asocian a la muerte de hojas, no de plantas. (Foto: Internet)

Pulgón del maíz: quitan vigor y reducen rendimiento

Los pulgones o áfidos (Rhopalosiphum maidis) pueden ser menos destructivos que otras plagas, pero su población puede crecer rápidamente, quitar vigor al maíz y reducir su rendimiento.

La Universidad de Minnesota indica que migran en épocas cercanas a verano, colonizando principalmente cereales y gramíneas, y en menor medida, maíz.

Recomiendan el monitoreo regular de los campos y el uso de umbrales de acción para decidir el tratamiento.

Insecticidas: seleccione el mejor método de control de plagas

El uso de insecticidas en el cultivo de maíz sigue siendo una herramienta fundamental para combatir las plagas que amenazan la producción.

Por lo tanto, la elección de un insecticida para maíz efectivo requiere un conocimiento profundo de las opciones disponibles, su modo de acción y las mejores prácticas de aplicación.

Selección de insecticidas

Escoger el agroquímico ideal depende de varios factores, incluyendo el tipo de plaga objetivo, el tiempo de aplicación y la resistencia de las plagas.

Por ejemplo, los neonicotinoides son comúnmente usados para tratar semillas de maíz y proporcionan protección contra una variedad de plagas iniciales.

A los neonecotinoides utilizados en el cultivo de maíz también se suman los piretroides, organofosforados, carbamatos y productos biológicos.

Eficacia y sostenibilidad

El manejo efectivo de las plagas requiere insecticidas eficaces y estrategias que minimicen el impacto ambiental. El desarrollo de planes de manejo integrado de plagas (MIP) y el uso de técnicas de control biológico se están volviendo cada vez más importantes.

Asimismo, es importante que los agricultores consideren los programas de rotación de insecticidas para evitar el desarrollo de resistencia en las poblaciones de plagas.

Además, la elección de un insecticida siempre debe ir acompañada de un manejo integrado de plagas para maximizar la eficacia y minimizar los impactos ambientales.

El MIP busca minimizar el uso de pesticidas y reducir los riesgos de saludd. (Ilustración: Cambiagro)

Estrategias integradas para controlar las plagas

El manejo efectivo de las plagas del maíz es fundamental para asegurar la salud y la productividad del cultivo.

A través de la identificación de las plagas, como el gusano cogollero, la chicharrita del maíz, el gusano de alambre y el pulgón del maíz, los agricultores pueden adoptar estrategias integradas de control que combinan métodos biológicos, químicos y culturales.

La selección cuidadosa de insecticidas, la adopción de prácticas de cultivo sostenibles y la utilización de tecnologías avanzadas son esenciales para mitigar el impacto de las plagas y mejorar la sostenibilidad de la producción de maíz.

La correcta información y actualización sobre las técnicas más recientes y efectivas de manejo de plagas es vital para tomar decisiones informadas.

Preguntas frecuentes

Las plagas más comunes del maíz incluyen el gusano cogollero, la chicharrita del maíz, el gusano de alambre y el pulgón del maíz, entre otros. Cada una de estas plagas puede causar daños significativos a los cultivos, afectando el rendimiento y la calidad del maíz.

Las principales plagas del maíz, como el gusano cogollero y la chicharrita, pueden reducir drásticamente los rendimientos al destruir tejido vegetal y transmitir enfermedades, lo que puede llevar a pérdidas económicas significativas para los agricultores.

El control del gusano cogollero se puede realizar mediante el uso de insecticidas específicos, cultivos resistentes y prácticas de manejo integrado de plagas, incluyendo rotaciones de cultivos y control biológico.

Es crucial controlar la chicharrita del maíz porque es un vector de enfermedades virales y micoplasmáticas que pueden devastar los cultivos de maíz, disminuyendo significativamente la producción y calidad del grano.

Las estrategias efectivas contra el gusano de alambre incluyen la rotación de cultivos con especies no hospedantes, el uso de insecticidas aplicados al suelo y técnicas de biocontrol como la introducción de nematodos beneficiosos.

Para controlar el pulgón del maíz, se recomienda el uso de insecticidas selectivos, el fomento de enemigos naturales como las mariquitas, y el monitoreo constante del cultivo para detectar tempranamente las infestaciones.

Seleccionar el insecticida correcto implica evaluar la plaga objetivo, el tiempo de aplicación y considerar la resistencia previa. Es vital optar por productos que sean eficaces y posean un perfil ambiental seguro, preferiblemente integrándolos en un programa de manejo integrado de plagas.

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Semilla de maíz: desde la selección hasta la conservación

Semilla de maíz: desde la selección hasta la conservación

Una elección adecuada de semillas puede maximizar el rendimiento del cultivo, adaptándose al clima y tolerando enfermedades

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La semilla de maíz se obtiene luego de recolectar los granos de maíz de plantas con buenas características. (Foto: Cambiagro)
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La semilla de maíz (Zea mays) es el pilar fundamental de todo agricultor, y su elección, por ejemplo, puede ser el factor más crítico que determina el éxito de la temporada.

La semilla se obtiene seleccionando y recolectando los granos de maíz de plantas que han mostrado características deseables durante el ciclo de cultivo.

Este cereal no solo ha sido un pilar de la alimentación mundial, sino también una base para la innovación en la agricultura moderna.

Hoy, con el avance de la tecnología agrícola, la selección de la semilla de maíz ha evolucionado significativamente para incluir variedades que resisten enfermedades, optimizan la absorción de nutrientes y maximizan los rendimientos bajo diversas condiciones climáticas.

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Algunas variedades de maíz son resistentes a plagas y enfermedades. (Foto: Cambiagro)

Cada tipo de semilla de maíz ofrece características únicas diseñadas para satisfacer necesidades específicas, desde la producción de biocombustibles hasta el consumo directo.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el maíz es el cereal más producido a nivel mundial, superando incluso al trigo y al arroz.

Además, de acuerdo con Statista, en 2023/2024 se produjeron 1.235,73 millones de toneladas métricas.

¡Esto necesita saber sobre los tipos de semillas!

El maíz es una planta diversa, cultivada en una variedad de climas y condiciones en todo el mundo. Cada región tiene variedades preferidas que se han adaptado a sus condiciones particulares de clima y suelo.

Existen varios tipos de semillas de maíz, incluyendo maíz criollo, maíz híbrido y maíz transgénico.

En Centroamérica, el maíz criollo sigue siendo ampliamente cultivado. Estas variedades locales, desarrolladas a lo largo de miles de años, están optimizadas para sus microclimas y prácticas agrícolas tradicionales.

Por ejemplo, en Guatemala, el maíz negro y el maíz blanco son comunes en las dietas y rituales culturales. Según el Instituto de Ciencia y Tecnología Agrícolas (ICTA), estas variedades son esenciales para la seguridad alimentaria y cultural de la región.

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Los tipos de semillas se pueden dividir entre maíz criollo, híbrido y transgénico. (Foto: Cambiagro)

Por su parte, en Colombia, las variedades como ICA V-305 e ICA V-306 son populares, especialmente en las altitudes más bajas.

Estas semillas, desarrolladas por el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), están diseñadas para resistir enfermedades específicas y adaptarse a las variaciones climáticas de la región tropical.

En Ecuador, el maíz amarillo duro es dominante, particularmente en la costa. Esta variedad es fundamental para la industria de alimentos balanceados y también para el consumo humano directo.

Estas variedades pueden diferenciarse en varios aspectos, y la elección de la semilla adecuada es un paso obligatorio, ya que determina no solo el rendimiento del cultivo, sino también su aptitud para usos específicos como molienda, consumo fresco o almacenamiento.

La clave: la correcta selección de semillas

La selección de la semilla de maíz adecuada es fundamental para asegurar el éxito del cultivo.

Esta decisión debe basarse en factores científicamente validados, como la adaptabilidad de la variedad al clima local, resistencia a enfermedades y plagas, y el rendimiento potencial bajo condiciones específicas de cultivo.

Además, la elección de semillas con resistencia genética a enfermedades es vital para minimizar las pérdidas de cultivo. Investigaciones del USDA (Departamento de Agricultura de los Estados Unidos) han identificado variantes de maíz que muestran resistencia mejorada a enfermedades comunes como la roya y el marchitamiento, lo que reduce la necesidad de aplicaciones químicas y mejora la sostenibilidad del cultivo.

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Elija semillas que se acoplen a sus necesidades. (Foto: Cambiagro)

Otro aspecto es la calidad de la semilla, que debe garantizar una alta tasa de germinación y uniformidad en el crecimiento.

La calidad de semillas es a menudo certificada por organismos nacionales e internacionales que aseguran que las semillas cumplan con estándares rigurosos antes de ser comercializadas.

La semilla de maíz ideal para su país

La elección de la mejor semilla de maíz depende de múltiples factores que varían según las condiciones locales y los objetivos específicos de cada agricultor.

Como una guía inicial debe considerar factores como el clima, el suelo, la resistencia a enfermedades y el uso final del maíz son esenciales para determinar la semilla más adecuada para cada situación.

Para saber cuál es la mejor semilla de maíz, la decisión debe basarse en los siguientes puntos:

Adaptación climática y resistencia a enfermedades: las variedades de maíz con genes específicos para tolerancia a la sequía y resistencia a enfermedades tienen un desempeño significativamente mejor en condiciones adversas.

Productividad y calidad del grano: las características como la tasa de germinación, el vigor de las plántulas y la uniformidad del crecimiento son decisivas para el rendimiento del cultivo. Las semillas que consistentemente muestran altos niveles de estas cualidades tienden a producir rendimientos más altos y de mejor calidad.

Sostenibilidad y rendimiento económico: este punto incluye la eficiencia en el uso de nutrientes y agua, y la capacidad de adaptarse a prácticas de agricultura de conservación.

Desde la siembra, ¿cuánto tiempo tarda en crecer una semilla?

El ciclo de crecimiento del maíz puede variar considerablemente dependiendo de factores como el clima, la altitud y la variedad específica cultivada.

En Centroamérica, por ejemplo, el ciclo de cultivo del maíz puede durar entre 60 y 140 días.

En regiones de Guatemala que cultivan principalmente maíz criollo, el período de crecimiento puede extenderse debido a las variedades tradicionales que a menudo tienen ciclos más largos comparados con las híbridas modernas.

En Colombia, las variedades como ICA V-305, que es popular en las tierras bajas, tienen un ciclo de crecimiento que varía de 90 a 120 días, dependiendo de la temporada de siembra y las condiciones climáticas.

Estos datos reflejan la diversidad y la adaptabilidad del maíz en diferentes regiones, mostrando cómo la selección de variedades adecuadas es vital para optimizar los tiempos de crecimiento y aumentar la eficiencia agrícola.

Estrategias efectivas para la conservación de semillas de maíz

La conservación de semillas de maíz es una práctica que asegura la sostenibilidad y la biodiversidad agrícola. La correcta conservación de semillas prolonga su viabilidad y mantiene sus características genéticas, esenciales para la adaptación a los microclimas locales.

Las prácticas tradicionales, a menudo transmitidas de generación en generación, incluyen el almacenamiento en condiciones frescas y secas, generalmente en lugares oscuros como graneros o bodegas subterráneas.

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Las semillas deben estar en óptimas condiciones antes de la siembra. (Foto: Flickr)

Estudios del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) han demostrado que estas técnicas pueden mantener la viabilidad de las semillas durante años.

En contraparte, en Colombia, el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) ha desarrollado directrices específicas para el almacenamiento de semillas de maíz que incluyen el control de la humedad y la temperatura, así como el uso de envases sellados para prevenir el ataque de plagas y la contaminación fúngica.

Estas medidas son vitales para garantizar la calidad de las semillas antes de la siembra, especialmente en regiones con alta humedad ambiental.

¿Sabe cuántas semillas se necesitan para una hectárea?

Determinar cuántos kilos de semilla de maíz se necesitan por hectárea es importante para optimizar el rendimiento del cultivo.

Esta tasa de siembra puede variar dependiendo de varios factores como la variedad de maíz, las condiciones del suelo y las prácticas de manejo agrícola.

En términos generales, la cantidad de semillas de maíz necesaria por hectárea puede oscilar entre 20 y 30 kilogramos.

Esta variación se debe a factores como la densidad de siembra deseada y la distancia entre surcos y plantas.

Por ejemplo, un estudio realizado por la Universidad Estatal de Iowa sobre prácticas de siembra recomienda ajustar la cantidad de semillas basándose en la productividad esperada del suelo y las condiciones meteorológicas esperadas durante la temporada de crecimiento.

Para áreas con alta fertilidad y condiciones de crecimiento óptimas, donde se esperan altos rendimientos, la cantidad de semillas puede incrementarse para maximizar la producción de grano.

Sin embargo, en condiciones menos ideales, como suelos con menor fertilidad o en regiones con menor disponibilidad de agua, puede ser beneficioso reducir la densidad de siembra para minimizar la competencia entre las plantas por los recursos limitados.

La tasa de siembra depende de la variedad de maíz, suelo y manejos. (Foto: Cambiagro)

Todo inicio parte desde la semilla

La selección y manejo adecuado de las semillas de maíz es un componente esencial para el éxito agrícola.

Desde la selección de la variedad correcta hasta la conservación efectiva, cada paso en el proceso de manejo de semillas es importante para garantizar altos rendimientos y la sostenibilidad del cultivo de maíz.

Los agricultores deben considerar una variedad de factores, incluyendo la adaptabilidad al clima local, la resistencia a enfermedades, y la eficacia en el uso de recursos para seleccionar la semilla que mejor se ajuste a sus necesidades y condiciones ambientales.

Al entender los tipos de semillas y sus características específicas, así como las técnicas apropiadas para su conservación y siembra, los agricultores pueden mejorar la productividad y la eficiencia de sus cultivos.

Además, mantenerse informado sobre las últimas investigaciones y avances en tecnología agrícola puede proporcionar nuevas oportunidades para optimizar las prácticas de cultivo.

Preguntas frecuentes acerca de la siembra de maíz

La semilla de maíz se obtiene seleccionando y recolectando los granos de maíz de plantas que han mostrado características deseables durante el ciclo de cultivo. Estas semillas son luego procesadas para asegurar su pureza y calidad antes de ser empaquetadas y vendidas.

Existen varios tipos de semillas de maíz, incluyendo maíz criollo, maíz híbrido, y maíz transgénico. Cada tipo tiene variedades adaptadas a diferentes condiciones ambientales y usos, desde la producción de alimentos hasta la generación de biocombustibles

El tiempo que tarda en germinar una semilla de maíz puede variar, pero generalmente las semillas comienzan a germinar entre 5 y 10 días después de la siembra, dependiendo de las condiciones del suelo y la temperatura.

Los granos se conservan almacenándolas en un lugar fresco y seco, lejos de la luz directa y la humedad. Es común usar recipientes herméticos para protegerlas de plagas y contaminantes, lo que ayuda a mantener su viabilidad y calidad.

La cantidad de semillas de maíz que se siembran por hectárea varía entre 20 y 30 kilogramos, dependiendo de la densidad de siembra deseada y las condiciones específicas del terreno.

Seleccionar la semilla de maíz adecuada implica evaluar la adaptabilidad de la variedad al clima local, su resistencia a enfermedades y su potencial de rendimiento. Es importante considerar también las necesidades específicas del uso final del maíz.

La mejor semilla de maíz para sembrar depende de las condiciones locales y los objetivos del cultivo. Se debe elegir una variedad que sea resistente a enfermedades locales, adecuada para el clima y que ofrezca un alto rendimiento bajo las prácticas de manejo agrícola utilizadas.

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Siembra de maíz: mejores prácticas y consejos para agricultores

Siembra de maíz: mejores prácticas y consejos para agricultores

La siembra de maíz es un proceso dentro del manejo del cultivo en el que se define el rendimiento y la calidad de la cosecha.

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La siembra de maíz puede realizarse de forma manual o con una sembradora, dependiendo del grado de tecnificación del productor. (Foto: Cambiagro)
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La siembra de maíz (Zea mays) representa una actividad agrícola de enorme importancia económica y cultural a nivel mundial.

Este cereal, originario de América, ha sido una piedra angular de la agricultura desde hace más de 7 mil años. Hoy, el maíz sustenta a millones de personas como alimento básico y es fundamental en industrias como la de biocombustibles y alimentación animal.

En 2023, la producción global de maíz alcanzó 1 mil 235 millones 700 mil toneladas, con Estados Unidos y China como los principales productores, según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés).

Planificación de la siembra: ¿en qué mes comenzar?

La siembra del maíz debe programarse para optimizar las condiciones de temperatura y humedad, que son críticas para la germinación.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la temperatura del suelo debe ser al menos de 10 °C para iniciar la siembra, pero lo ideal es entre 16 °C y 18 °C.

En la mayoría de las regiones templadas, como nuestra región (Centroamérica, Colombia y Ecuador), esto ocurre a finales de abril o principios de mayo.

En regiones tropicales, las siembras pueden planificarse para coincidir con el inicio de la temporada de lluvias.

¿Cómo se siembra el maíz?

En la región, la mayoría de agricultores realiza este proceso de forma manual, es decir, coloca las semillas en cada espacio con los dedos. Otros también recurren al uso de sembradoras.

En cualquiera de los dos métodos, se debe depositar la semilla entre 3 cm y 5 cm de profundidad, asegurando el contacto con el suelo húmedo sin riesgo de asfixia por exceso de cobertura.

El proceso de siembra del maíz comienza con la selección de la variedad más adecuada, y las semillas del Zea mays deben ser resistentes a enfermedades y adecuadas para las temperaturas.

La preparación del suelo es también esencial; estudios como los publicados en European Geosciences Union o el MDPI muestran que una labranza mínima combinada con una adecuada cobertura orgánica puede aumentar la retención de agua y nutrientes en el suelo, favoreciendo el crecimiento inicial del maíz.

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Se debe colocar la semilla a un máximo de 5 cm de profundidad. (Foto: Cambiagro)

Influencia lunar: momentos para sembrar maíz

El momento de sembrar maíz es una decisión importante para determinar el éxito de la cosecha.

Tradicionalmente, muchos agricultores han observado las fases lunares como guía para sus actividades agrícolas, basándose en la creencia de que la luna afecta biológicamente el crecimiento de las plantas.

Un estudio de 2023 de la Universidad Autónoma de Yucatán ha proporcionado evidencia científica que respalda esta práctica ancestral.

Los resultados indican que las fases de cuarto menguante y luna llena son particularmente beneficiosas para la siembra de este tipo de maíz.

En tanto, otra investigación realizada por científicos en Nicaragua sugiere que la germinación fue mayor en semillas sembradas en cuarto creciente y luna nueva.

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Estudios recientes sugieren que la luna sí influye en el cultivo de maíz. (Foto: Cambiagro)

Distancia entre surcos para siembra de maíz

La optimización de la distancia entre surcos es fundamental para el control de malezas y la eficiencia de la cosecha.

Distancias adecuadas permiten un mejor acceso a la luz solar, facilitan la circulación del aire y mejoran la eficiencia de las labores de mantenimiento como la fertilización y el control de malezas.

Generalmente, las distancias recomendadas varían entre 70 y 90 cm, dependiendo de la variedad de maíz y el equipo de siembra utilizado.

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La decisión de cuánta distancia debe haber entre surcos la define la variedad. (Foto: Cambiagro)

De la siembra a la cosecha: ¿cuánto tiempo necesita el maíz para crecer?

El tiempo entre la siembra y la cosecha del maíz es diferente, según la variedad y las condiciones climáticas.

Las variedades de ciclo corto pueden madurar en tan solo 60 días, mientras que las de ciclo largo pueden necesitar hasta 140 días.

La elección de la variedad adecuada y la sincronización de la siembra son esenciales para asegurar que el maíz alcance su madurez óptima antes de las primeras heladas o de la estación seca.

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Desde la siembra a la cosecha, pueden transcurrir hasta 140 días. (Foto: Cambiagro)

Calibración de sembradoras: maximiza tu cosecha

Una correcta calibración de la sembradora influye directamente en el rendimiento del cultivo.

La calibración afecta la profundidad de siembra, la distribución de las semillas y la distancia entre ellas, lo cual es importante para la germinación y el desarrollo inicial del cultivo.

Una sembradora bien ajustada deposita las semillas a una profundidad uniforme y espaciadas de manera adecuada, lo que reduce la competencia por nutrientes y luz y facilita un desarrollo óptimo de las plantas.

La calibración debe asegurar que cada semilla se plante a la profundidad adecuada y con la distancia correcta entre ellas, usualmente entre 20 y 30 cm, para maximizar el acceso a recursos y minimizar la competencia.

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La calibración de la sembradora impacta en el rendimiento del cultivo. (Foto: Cambiagro)

Mejora constante en la siembra de maíz

La siembra de maíz es una actividad agrícola de vital importancia que requiere conocimiento y precisión para maximizar los rendimientos y asegurar la sostenibilidad.

Desde la elección de la semilla hasta la calibración de la maquinaria y el respeto por las tradiciones agrícolas, cada paso en el proceso de siembra de maíz tiene implicaciones significativas para la salud del cultivo y la productividad del campo.

La adaptación de prácticas basadas en estudios recientes y técnicas probadas puede ayudar a los agricultores a mejorar la eficiencia y efectividad de su trabajo.

Con un enfoque en la mejora continua y la integración de métodos tradicionales con innovaciones modernas, la agricultura del maíz puede enfrentar desafíos actuales y futuros, sustentando no solo a los agricultores sino también a comunidades enteras dependientes de este cultivo esencial.

Preguntas frecuentes acerca de la siembra de maíz

El maíz se siembra generalmente al inicio de la temporada de lluvias, que varía según la región. Es importante que el suelo haya alcanzado una temperatura adecuada, normalmente alrededor de 10°C. La siembra se realiza depositando las semillas a una profundidad que asegure el contacto con el suelo húmedo pero sin riesgo de pudrición.

La distancia entre las semillas de maíz debe ser de aproximadamente 20 a 30 cm, y la distancia entre surcos de 70 a 90 cm. Esto permite un adecuado acceso a la luz, circulación de aire y manejo del cultivo.

El proceso de siembra del maíz comienza con la preparación del terreno, seguido de la calibración de la sembradora para asegurar que las semillas se coloquen a la profundidad y distancia correctas. Después de la siembra, se realizan cuidados como riego y fertilización adecuados a las necesidades del cultivo.

El mejor día para sembrar maíz depende de las condiciones climáticas locales, especialmente de las temperaturas del suelo y la previsión de lluvias. Tradicionalmente, muchos agricultores prefieren sembrar en días que coinciden con ciertas fases de la luna, aunque científicamente es más relevante seguir las condiciones meteorológicas.

La fecha de siembra del maíz varía regionalmente, generalmente alineada con el inicio de la temporada de lluvias y cuando el suelo alcanza la temperatura adecuada para la germinación de las semillas.

Las semillas de maíz deben sembrarse a una profundidad de entre 3 y 5 cm, dependiendo de la textura y la humedad del suelo. Esta profundidad es crucial para asegurar una buena germinación y desarrollo inicial de las raíces.

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