La agricultura sigue siendo uno de los pilares fundamentales de las sociedades a nivel global, no solo por su papel en la alimentación mundial, sino también por su significativo impacto en la economía y el empleo.
A lo largo de los años, la evolución tecnológica ha transformado esta industria, adaptándola a los desafíos ambientales y a las necesidades crecientes de una población en aumento.
Este artículo, publicado en el medio Clarín, explora las tendencias actuales en la producción agrícola mundial, destacando los países líderes y el impacto de la tecnología en el sector.
Potencias agrícolas
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los principales productores agrícolas han sido consistentemente China, India, Estados Unidos, Brasil y Rusia.
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Estos países tienen una producción combinada que supera los 38 billones de dólares en los últimos dos años.
China domina la producción de cultivos esenciales como el arroz, el trigo, las papas, la lechuga, los bananos, las manzanas, las uvas y otros vegetales y frutas.
Por su parte, India emerge como un coloso agrícola, posicionándose como el segundo mayor productor a nivel global.
En América, Estados Unidos lidera en la producción de maíz y soja, mientras que Brasil no solo destaca en estos rubros, sino también en la producción de café y carne vacuna, incorporando prácticas agronómicas de alta intensidad y tecnología avanzada.
Rusia, ocupando el quinto lugar, se especializa en el cultivo de trigo, cebada y girasol.
Empleo
La industria agrícola es un gigante en términos de producción de alimentos y un motor de empleo mundial.
En 2021, alrededor de 873 millones de personas estaban empleadas en la agricultura, lo que representa aproximadamente un tercio de la fuerza laboral global.
India y China son los líderes indiscutibles en este aspecto, con 272 millones y 229 millones de trabajadores agrícolas, respectivamente. Esta cifra representa el 43 % de la fuerza laboral en India y el 25 % en China.
En contraste, en África, países como Etiopía, Tanzania y la República Democrática del Congo tienen más de la mitad de su población trabajando en el sector agrícola.
Sin embargo, en los países occidentales más desarrollados, solo un pequeño porcentaje de la población se dedica a la agricultura, como es el caso del Reino Unido y Alemania con solo el 1 %, y Japón con un 4 %.
Tecnología y productividad
Uno de los fenómenos más notables en la agricultura moderna es la incorporación de tecnologías avanzadas como la agricultura de precisión, el uso de drones, la robotización y la aplicación de Big Data e Inteligencia Artificial, lo que ha revolucionado la manera de cultivar.
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Esta adopción tecnológica explica por qué países con grandes extensiones de tierra cultivable como Estados Unidos, Rusia, Brasil y Canadá no necesariamente emplean una gran cantidad de trabajadores agrícolas.
La tecnología ha permitido una mayor eficiencia y productividad por hectárea, reduciendo la necesidad de mano de obra intensiva.
La agricultura continúa siendo un sector vital para la economía mundial, adaptándose constantemente a las nuevas tecnologías y enfrentando los desafíos impuestos por el cambio climático y el crecimiento demográfico.
Mientras que la tecnología ha permitido aumentar la productividad y eficiencia, también ha reducido la dependencia de mano de obra, marcando una era de cambios profundos en la dinámica laboral del sector.
Las potencias agrícolas del mundo, gracias a su capacidad de innovación y adaptación, seguirán desempeñando un papel importante en la alimentación global, destacando la importancia de seguir fomentando prácticas sostenibles y tecnológicamente avanzadas en la agricultura.
Fuente: Clarín