El manejo y control de malezas en tomate es uno de los principales retos para los agricultores debido a la competencia que estas plantas no deseadas generan por recursos esenciales como agua, luz y nutrientes.
Las malezas pueden reducir el rendimiento del tomate hasta en un 40 % si no se controlan adecuadamente.
Además, algunas malezas pueden albergar plagas y enfermedades que afectan al cultivo.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la presencia de malezas puede incrementar los costos de producción entre un 20 % y 30 %, debido a la necesidad de aplicar medidas de control adicionales.
En este artículo, exploraremos las malezas asociadas al cultivo de tomate, las más frecuentes, cómo monitorearlas, controlarlas, y el uso de herbicidas selectivos.
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Malezas asociadas a tomate
El cultivo de tomate (Solanum lycopersicum) es particularmente vulnerable a la competencia de diversas malezas que pueden reducir drásticamente el rendimiento del cultivo si no se manejan adecuadamente.
Las malezas compiten por recursos vitales como agua, nutrientes y luz solar, además pueden actuar como reservorios de plagas y enfermedades que afectan al tomate.
Además, algunas malezas liberan alelopáticos que inhiben el crecimiento del tomate.
Entre las malezas comunes en los campos de tomate se encuentran:
- Hierba de pollo (Portulaca oleracea): planta rastrera que prospera en suelos bien drenados.
- Amaranthus spp.: conocido como bledo, esta maleza tiene una alta capacidad de reproducción y competencia por nutrientes.
- Chenopodium album: también llamado cenizo, es una maleza anual que puede crecer rápidamente y alcanzar alturas que sombrean al cultivo de tomate.
- Cyperus rotundus: hierba perenne conocida como coquito, difícil de erradicar debido a sus tubérculos subterráneos.
- Echinochloa crus-galli: también llamada pasto pata de gallo, prevalece en suelos húmedos y mal drenados.

Estas malezas se asocian con el cultivo de tomate debido a varias razones:
- Compatibilidad de ciclo de vida: muchas malezas tienen ciclos de vida similares al tomate, lo que les permite germinar y crecer al mismo tiempo que el cultivo.
- Condiciones de suelo y clima: las condiciones favorables para el cultivo de tomate, como suelos fértiles y bien irrigados, también son propicias para muchas malezas.
- Prácticas agrícolas: la falta de rotación de cultivos y el uso continuo de las mismas parcelas para el tomate puede favorecer la proliferación de malezas específicas que se adaptan bien a estas condiciones.
El manejo integrado de malezas, que combina métodos culturales, mecánicos y químicos, es esencial para mantener la productividad del cultivo de tomate y minimizar las pérdidas económicas.

4 malezas más frecuentes del cultivo de tomate
El cultivo de tomate suele ser propenso a la invasión de malezas si no se controlan adecuadamente.
Estas malezas son frecuentes debido a su alta capacidad de adaptación a las condiciones agrícolas, su rápida tasa de reproducción y su capacidad para competir eficazmente por recursos vitales.
A continuación, se describen algunas de las malezas más comunes y las razones de su prevalencia en los campos de tomate:
- Portulaca oleracea (verdolaga): esta maleza es altamente resistente y puede crecer en condiciones adversas, como suelos compactos y pobres en nutrientes. Su capacidad para producir una gran cantidad de semillas y su crecimiento rastrero le permite cubrir rápidamente el suelo, compitiendo eficazmente por luz y espacio.
- Amaranthus spp. (bledo): conocido por su alta capacidad de reproducción, esta maleza puede producir miles de semillas por planta, lo que facilita su rápida propagación. Además, es muy competitiva por nutrientes y puede crecer en una amplia gama de condiciones climáticas y de suelo.
- Cyperus rotundus (coquito): esta hierba perenne es especialmente problemática debido a su sistema de tubérculos subterráneos, que le permite regenerarse incluso después de la eliminación mecánica. Su capacidad para sobrevivir en suelos húmedos y secos la hace una competidora formidable.
- Sorghum halepense (sorgo de alepo): esta maleza perenne tiene un sistema radicular robusto que le permite competir agresivamente por agua y nutrientes. Su capacidad para crecer rápidamente y formar densas poblaciones la convierte en una amenaza significativa para los cultivos de tomate.


La frecuencia de estas malezas se debe a factores como la falta de rotación de cultivos, el uso continuo de las mismas parcelas y la ausencia de prácticas de manejo integrado de malezas.
Estos factores crean un ambiente favorable para la proliferación de malezas específicas, dificultando su control y aumentando su prevalencia.
Importancia del monitoreo de malezas
El monitoreo regular de las malezas es importante para un manejo efectivo y para prevenir pérdidas de rendimiento en el cultivo de tomate.
Un monitoreo adecuado permite la detección temprana de infestaciones, lo que facilita la implementación oportuna de medidas de control. Las estrategias de monitoreo incluyen:
- Inspección visual
- Mapeo de malezas
- Umbrales económicos

El monitoreo efectivo de malezas ayuda a los agricultores a implementar estrategias de manejo más precisas y eficientes, reduciendo el impacto negativo de las malezas en el rendimiento del cultivo de tomate.
Control de maleza del tomate
El control de las malezas en el cultivo de tomate puede realizarse mediante varias estrategias que se complementan entre sí para lograr un manejo más efectivo. Estas estrategias incluyen métodos culturales, mecánicos y químicos:
- Manejo cultural: La rotación de cultivos es una práctica fundamental para reducir la presión de las malezas.
- Control mecánico: El deshierbe manual es una técnica efectiva para eliminar malezas jóvenes antes de que puedan establecerse y reproducirse.
- Control químico: La aplicación de herbicidas selectivos y preemergentes es una herramienta importante en el manejo de malezas.
Un enfoque integrado que combine estas estrategias puede ser la mejor manera de manejar las malezas en el cultivo de tomate, minimizando la competencia y asegurando un rendimiento óptimo del cultivo.

Herbicida para tomate
El uso de herbicidas debe ser cuidadoso y selectivo para evitar daños al cultivo de tomate. Algunos herbicidas efectivos incluyen:
- Preemergentes: aplicados antes de la germinación de las malezas, como trifluralina.
- Postemergentes: aplicados después de la germinación, como metribuzina.
Importancia del buen manejo de malezas en tomate
El manejo efectivo de las malezas en el cultivo de tomate es vital para garantizar un rendimiento óptimo.
A través del monitoreo constante y la implementación de estrategias de control cultural, mecánico y químico, los agricultores pueden minimizar la competencia de malezas y maximizar la producción de tomate.

Es fundamental mantenerse informado sobre las mejores prácticas y productos disponibles para el control de malezas, adaptándolos a las condiciones específicas de cada campo.