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Malezas en tomate Tomate

Control de malezas en tomate: técnicas y manejos

El manejo y control de malezas en tomate es uno de los principales retos para los agricultores debido a la competencia que estas plantas no deseadas generan por recursos esenciales como agua, luz y nutrientes.

Las malezas pueden reducir el rendimiento del tomate hasta en un 40 % si no se controlan adecuadamente.

Además, algunas malezas pueden albergar plagas y enfermedades que afectan al cultivo.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la presencia de malezas puede incrementar los costos de producción entre un 20 % y 30 %, debido a la necesidad de aplicar medidas de control adicionales.

En este artículo, exploraremos las malezas asociadas al cultivo de tomate, las más frecuentes, cómo monitorearlas, controlarlas, y el uso de herbicidas selectivos.

> Continúe explorando: Cultivo de tomate→

Malezas asociadas a tomate

El cultivo de tomate (Solanum lycopersicum) es particularmente vulnerable a la competencia de diversas malezas que pueden reducir drásticamente el rendimiento del cultivo si no se manejan adecuadamente.

Las malezas compiten por recursos vitales como agua, nutrientes y luz solar, además pueden actuar como reservorios de plagas y enfermedades que afectan al tomate.

Además, algunas malezas liberan alelopáticos que inhiben el crecimiento del tomate.

Entre las malezas comunes en los campos de tomate se encuentran:

  • Hierba de pollo (Portulaca oleracea): planta rastrera que prospera en suelos bien drenados.
  • Amaranthus spp.: conocido como bledo, esta maleza tiene una alta capacidad de reproducción y competencia por nutrientes.
  • Chenopodium album: también llamado cenizo, es una maleza anual que puede crecer rápidamente y alcanzar alturas que sombrean al cultivo de tomate.
  • Cyperus rotundus: hierba perenne conocida como coquito, difícil de erradicar debido a sus tubérculos subterráneos.
  • Echinochloa crus-galli: también llamada pasto pata de gallo, prevalece en suelos húmedos y mal drenados.
Las malezas reducen drásticamente el rendimiento del cultivo si no se controlan de forma adecuada. (Fotos: Shutterstock)

Estas malezas se asocian con el cultivo de tomate debido a varias razones:

  1. Compatibilidad de ciclo de vida: muchas malezas tienen ciclos de vida similares al tomate, lo que les permite germinar y crecer al mismo tiempo que el cultivo.
  2. Condiciones de suelo y clima: las condiciones favorables para el cultivo de tomate, como suelos fértiles y bien irrigados, también son propicias para muchas malezas.
  3. Prácticas agrícolas: la falta de rotación de cultivos y el uso continuo de las mismas parcelas para el tomate puede favorecer la proliferación de malezas específicas que se adaptan bien a estas condiciones.

El manejo integrado de malezas, que combina métodos culturales, mecánicos y químicos, es esencial para mantener la productividad del cultivo de tomate y minimizar las pérdidas económicas.

El cultivo de tomate es propenso a la invasión de estas plantas. (Foto: Shutterstock)

4 malezas más frecuentes del cultivo de tomate

El cultivo de tomate suele ser propenso a la invasión de malezas si no se controlan adecuadamente.

Estas malezas son frecuentes debido a su alta capacidad de adaptación a las condiciones agrícolas, su rápida tasa de reproducción y su capacidad para competir eficazmente por recursos vitales.

A continuación, se describen algunas de las malezas más comunes y las razones de su prevalencia en los campos de tomate:

  1. Portulaca oleracea (verdolaga): esta maleza es altamente resistente y puede crecer en condiciones adversas, como suelos compactos y pobres en nutrientes. Su capacidad para producir una gran cantidad de semillas y su crecimiento rastrero le permite cubrir rápidamente el suelo, compitiendo eficazmente por luz y espacio.
  2. Amaranthus spp. (bledo): conocido por su alta capacidad de reproducción, esta maleza puede producir miles de semillas por planta, lo que facilita su rápida propagación. Además, es muy competitiva por nutrientes y puede crecer en una amplia gama de condiciones climáticas y de suelo.
  3. Cyperus rotundus (coquito): esta hierba perenne es especialmente problemática debido a su sistema de tubérculos subterráneos, que le permite regenerarse incluso después de la eliminación mecánica. Su capacidad para sobrevivir en suelos húmedos y secos la hace una competidora formidable.
  4. Sorghum halepense (sorgo de alepo): esta maleza perenne tiene un sistema radicular robusto que le permite competir agresivamente por agua y nutrientes. Su capacidad para crecer rápidamente y formar densas poblaciones la convierte en una amenaza significativa para los cultivos de tomate.
El bledo puede producir miles de semillas por planta, lo que facilita su rápida propagación en el campo. (Foto: Earl Benton)
Malezas como el sorgo de Alepo tienen la ventaja de poseer raíces fuertes, lo que las hace perjudiciales para los cultivos. (Foto: Harry Rose, Flickr)

La frecuencia de estas malezas se debe a factores como la falta de rotación de cultivos, el uso continuo de las mismas parcelas y la ausencia de prácticas de manejo integrado de malezas.

Estos factores crean un ambiente favorable para la proliferación de malezas específicas, dificultando su control y aumentando su prevalencia.

Importancia del monitoreo de malezas

El monitoreo regular de las malezas es importante para un manejo efectivo y para prevenir pérdidas de rendimiento en el cultivo de tomate.

Un monitoreo adecuado permite la detección temprana de infestaciones, lo que facilita la implementación oportuna de medidas de control. Las estrategias de monitoreo incluyen:

  • Inspección visual
  • Mapeo de malezas
  • Umbrales económicos
La detección temprana de las malezas facilita y optimiza los controles. (Fotoarte: Cambiagro)

El monitoreo efectivo de malezas ayuda a los agricultores a implementar estrategias de manejo más precisas y eficientes, reduciendo el impacto negativo de las malezas en el rendimiento del cultivo de tomate.

Control de maleza del tomate

El control de las malezas en el cultivo de tomate puede realizarse mediante varias estrategias que se complementan entre sí para lograr un manejo más efectivo. Estas estrategias incluyen métodos culturales, mecánicos y químicos:

  • Manejo cultural: La rotación de cultivos es una práctica fundamental para reducir la presión de las malezas.
  • Control mecánico: El deshierbe manual es una técnica efectiva para eliminar malezas jóvenes antes de que puedan establecerse y reproducirse.
  • Control químico: La aplicación de herbicidas selectivos y preemergentes es una herramienta importante en el manejo de malezas.

Un enfoque integrado que combine estas estrategias puede ser la mejor manera de manejar las malezas en el cultivo de tomate, minimizando la competencia y asegurando un rendimiento óptimo del cultivo.

Entre los métodos de control de malezas en tomate se encuentra el mecánico, indicado para plantas pequeñas. (Foto: Shutterstock)

Herbicida para tomate

El uso de herbicidas debe ser cuidadoso y selectivo para evitar daños al cultivo de tomate. Algunos herbicidas efectivos incluyen:

  • Preemergentes: aplicados antes de la germinación de las malezas, como trifluralina.
  • Postemergentes: aplicados después de la germinación, como metribuzina.

Importancia del buen manejo de malezas en tomate

El manejo efectivo de las malezas en el cultivo de tomate es vital para garantizar un rendimiento óptimo.

A través del monitoreo constante y la implementación de estrategias de control cultural, mecánico y químico, los agricultores pueden minimizar la competencia de malezas y maximizar la producción de tomate.

La competencia de las malezas en tomate se puede minimizar con la implementación de estrategias de control cultural, mecánico y químico. (Foto: Shutterstock)

Es fundamental mantenerse informado sobre las mejores prácticas y productos disponibles para el control de malezas, adaptándolos a las condiciones específicas de cada campo.

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Enfermedades del tomate Tomate

Enfermedades del tomate: síntomas y su control

El tomate (Solanum lycopersicum) es uno de los cultivos más importantes a nivel mundial; sin embargo, puede verse afectado por enfermedades que reducen la calidad y el rendimiento de la cosecha.

Estas enfermedades pueden ser causadas por hongos, bacterias y virus, y su impacto varía según las condiciones ambientales, las prácticas agrícolas y la susceptibilidad de las variedades de tomate cultivadas.

En este artículo, exploraremos las principales enfermedades que afectan al tomate, sus características y las estrategias de manejo disponibles para mitigar su impacto.

Principales enfermedades del tomate

El tomate es susceptible a una amplia gama de enfermedades causadas por hongos, bacterias y virus. A continuación, se describen las más comunes y destructivas.

Continúe explorando: Cultivo de tomate→

Tizón temprano (Alternaria solani)

El tizón temprano, causado por el hongo Alternaria solani, se manifiesta por la aparición de manchas marrones oscuras en las hojas inferiores de la planta, que eventualmente se extienden a tallos y frutos.

El tizón temprano se presenta inicialmente en hojas inferiores. (Foto: Shutterstock)

Esta enfermedad prospera en condiciones de alta humedad y temperaturas moderadas.

El manejo incluye la rotación de cultivos, eliminación de residuos de plantas infectadas y la aplicación de fungicidas específicos.

Fusariosis (Fusarium oxysporum)

La fusariosis es una enfermedad vascular que causa marchitamiento y muerte de la planta.

El hongo Fusarium oxysporum penetra a través de las raíces y obstruye los vasos conductores.

Los síntomas incluyen amarillamiento de hojas y marchitez. Para su control, se recomienda el uso de variedades resistentes, rotación de cultivos y tratamientos con fungicidas sistémicos.

El hongo Fusarium oxysporum causa fusariosis. (Foto: Edward Sikora, Auburn University)

Oídio

El oídio es causado por hongos de los géneros Leveillula, Oidium y Erysiphe.

Se identifica por un polvo blanco en hojas, tallos y frutos. Las condiciones secas y cálidas favorecen su desarrollo.

Las medidas de manejo incluyen la eliminación de partes afectadas, la mejora de la ventilación y la aplicación de fungicidas específicos.

El oídio se presenta con un polvo blanco en el follaje y frutos. (Foto: Shutterstock)

Marchitamiento bacteriano

El marchitamiento bacteriano, provocado por Ralstonia solanacearum, es una enfermedad devastadora que afecta el sistema vascular de la planta.

Los síntomas iniciales son marchitamiento parcial seguido por colapso total de la planta.

Las medidas de control incluyen la rotación de cultivos, el uso de variedades resistentes y prácticas de saneamiento riguroso.

El marchitamiento bacteriano afecta el sistema vascular del tomate. (Foto: Shutterstock)

Peca bacteriana (Pseudomonas syringae pv. tomato)

La peca bacteriana se manifiesta como manchas oscuras en hojas y frutos, lo que afecta la calidad comercial del tomate.

Es causada por la bacteria Pseudomonas syringae pv. tomato y se disemina principalmente a través de semillas y salpicaduras de agua.

Para su control, se recomienda el uso de semillas certificadas libres de patógenos, rotación de cultivos y aplicaciones de productos a base de cobre.

Esta enfermedad se transmite a través de semillas y salpicaduras de agua. (Foto: Gerald Holmes / Bugwood.org)

Moho gris (Botrytis cinerea)

Botrytis cinerea, conocido como moho gris, afecta hojas, tallos y frutos, provocando pudriciones blandas.

Este hongo prospera en condiciones húmedas y frías. El manejo incluye la eliminación de material vegetal afectado, la mejora de la circulación de aire y la aplicación de fungicidas específicos.

Botrytis cinerea prospera en la humedad y el frío. (Foto: Gerald Holmes/Bugwood.org)

Virus del tabaco en tomate

El virus del mosaico del tabaco (TMV) es uno de los patógenos virales más comunes en tomate.

Causa manchas amarillas y deformaciones en hojas y frutos. La prevención es clave, con medidas como la desinfección de herramientas y el uso de variedades resistentes.

> Amplíe este tema aquí: Virus del tabaco en tomate→

Virus del mosaico del tomate

Este virus provoca manchas y mosaicos en las hojas, reduciendo la productividad.

La transmisión ocurre a través de contacto con plantas infectadas y por vectores como insectos. El manejo incluye el control de vectores y la eliminación de plantas afectadas.

> Conozca más: Virus del mosaico del tomate→

Virus del rizado amarillo del tomate

Transmitido por la mosca blanca (Bemisia tabaci), este virus causa amarillamiento y rizado de las hojas, así como una reducción del rendimiento.

El control de vectores es importante, mediante el uso de insecticidas y barreras físicas.

> Explore a fondo este tema: Virus del rizado amarillo en tomate→

La mosca blanca transmite el virus del rizado amarillo. (Foto: Don Ferrin/Bugwood.org)

Virus de la cuchara

El virus de la cuchara, también transmitido por la mosca blanca, produce deformaciones en las hojas que toman la forma de una cuchara.

La planta muestra un crecimiento atrofiado y una producción reducida. Las estrategias de manejo se centran en el control de la mosca blanca y el uso de variedades resistentes.

Enfermedades bacterianas del tomate

Las enfermedades bacterianas pueden ser particularmente devastadoras debido a la rápida propagación y la dificultad de manejo.

Además de la peca bacteriana y el marchitamiento bacteriano, otras bacterias patógenas comunes incluyen Clavibacter michiganensis subsp. michiganensis que causa el cáncer bacteriano, y Xanthomonas spp., responsable de la mancha bacteriana.

> Continúe explorando: Enfermedades del tomate→

Las bacterias en el cultivo de tomate son de las enfermedades más devastadoras. (Foto: Shutterstock)

Bacterias patógenas en tomate

Las bacterias patógenas en tomate incluyen:

  • Clavibacter michiganensis subsp. michiganensis (cáncer bacteriano)
  • Xanthomonas spp. (mancha bacteriana)
  • Pseudomonas syringae pv. tomato (peca bacteriana)
  • Ralstonia solanacearum (marchitamiento bacteriano)

El manejo de estas bacterias implica el uso de prácticas culturales como la rotación de cultivos, la eliminación de plantas infectadas y el uso de tratamientos químicos específicos.

Fungicidas para Botrytis en tomate

El control de Botrytis cinerea requiere el uso de fungicidas específicos como iprodiona, boscalida y pirimetanil.

Es importante alternar productos para evitar el desarrollo de resistencia y seguir las recomendaciones de aplicación para maximizar la eficacia.

> Siga explorando: El mejor fungicida para botrytis en tomate→

Fungicidas para tizón tardío en tomate

El tizón tardío, otra de las enfermedades del tomate, causado por Phytophthora infestans, se controla mediante fungicidas como mancozeb, clorotalonil y fenamidona.

La aplicación debe ser preventiva, especialmente en condiciones de alta humedad y temperaturas moderadas.

> Amplíe este tema: Fungicidas para tizón tardío en tomate→

Fungicida para cenicilla en tomate

El control del oídio en tomate se puede realizar con fungicidas como azufre, miclobutanil y trifloxistrobina.

Además de la aplicación de fungicidas, es fundamental mantener una buena ventilación en los cultivos y eliminar las partes afectadas para reducir la propagación del hongo.

Prevención de las enfermedades del tomate

El manejo de las enfermedades del tomate requiere un enfoque integrado que combine prácticas culturales, biológicas y químicas.

La identificación temprana y precisa de las enfermedades es fundamental para implementar las medidas adecuadas y minimizar las pérdidas.

Además, el uso de variedades resistentes y la rotación de cultivos son estrategias efectivas para reducir la incidencia de enfermedades. La implementación de estas prácticas puede asegurar una producción sostenible y de alta calidad del tomate.

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Fertilizantes para maíz Maíz

Beneficios del silicio en el maíz

El silicio (Si) es un elemento importante para la vida vegetal, aunque no es considerado un nutriente esencial como el nitrógeno (N) o el fósforo (P).

Su presencia en el suelo y su disponibilidad para las plantas puede marcar una gran diferencia en la salud y productividad de los cultivos.

Beneficios del silicio en el maíz

El maíz (Zea mays) es uno de los cultivos más importantes en el país y puede beneficiarse significativamente del silicio.

  • Mejora la estructura de la planta: Refuerza las paredes celulares, lo que resulta en tallos más fuertes y resistentes al acame.
  • Aumenta la resistencia a enfermedades: Reduce la incidencia de enfermedades fúngicas como la mancha de asfalto y la roya (Puccinia sorghi).
  • Optimiza la fotosíntesis: Mejora la eficiencia fotosintética, permitiendo un mayor rendimiento en la producción de granos.

8 beneficios generales del silicio

  1. Mejora la resistencia a enfermedades y plagas: Fortalece las paredes celulares de las plantas, creando una barrera física que dificulta la penetración de patógenos y plagas.
  2. Aumenta la tolerancia al estrés abiótico: Este mineral ayuda a las plantas a enfrentar condiciones adversas como sequías, salinidad y temperaturas extremas.
  3. Mejora la eficiencia del uso del agua: Puede optimizar la absorción y uso del agua en las plantas, generando una mayor resistencia a la sequía y una mejor gestión hídrica.
  4. Estimula el crecimiento y desarrollo: Contribuye a una mejor absorción de nutrientes esenciales, promoviendo un crecimiento más vigoroso y saludable.
  5. Reduce la toxicidad de metales pesados: El silicio puede disminuir la absorción de metales pesados como el aluminio, perjudicial para las plantas.
  6. Mejora la fotosíntesis: Puede aumentar la eficiencia fotosintética (capacidad de convertir la luz, CO₂ y agua en energía y azúcares) al mejorar el follaje y la absorción de luz.
  7. Fortalece la estructura de la planta: Refuerza las paredes celulares, resultando en tallos y hojas más robustos y menos propensos a daños mecánicos.
  8. Promueve la resistencia al acame: Ayuda a las plantas a mantener su postura erecta, reduciendo las pérdidas por acame en cultivos altos como el maíz y el arroz.
Foto: Cambiagro

El silicio (Si): aliado clave en la agricultura

El silicio tiene capacidad para fortalecer las paredes celulares, mejorar la resistencia a enfermedades y plagas, y optimizar la eficiencia del uso del agua lo convierte en un aliado valioso para agricultores de todo el mundo.

Implementar la suplementación de silicio en los programas de fertilización puede resultar en cultivos más fuertes, saludables y productivos, contribuyendo a una agricultura más sostenible y eficiente.

Para que sus cultivos se beneficien del silicio (Si), consulte con un técnico agrícola, quien le asesorará de forma adecuada.

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Plagas del tomate Tomate

¿Cómo controlar las plagas del tomate?

Las plagas del tomate son organismos que afectan negativamente el desarrollo y la producción del cultivo de tomate (Solanum lycopersicum).

Estos organismos incluyen insectos, ácaros y nematodos que se alimentan de diferentes partes de la planta, como hojas, tallos, raíces y frutos, causando daños que pueden llevar a una reducción en la calidad y cantidad de la cosecha.

Las plagas pueden debilitar las plantas, hacer que sean más susceptibles a enfermedades y, en algunos casos, transmitir virus fitopatógenos.

¿Cuáles son las principales plagas del tomate?

Desde la siembra hasta la cosecha, los productores deben estar atentos a las plagas del tomate, para evitar pérdidas a final del ciclo.

Las principales plagas del tomate incluyen la mosca blanca, los trips, nematodos y minadores de la hoja, entre otros.

> Continúe explorando: Cultivo de tomate→

Mosca blanca en tomate

La mosca blanca (Bemisia tabaci y Trialeurodes vaporariorum) es una plaga que afecta a muchas plantas, incluyendo el tomate.

Estos insectos se alimentan de la savia de las hojas, causando amarillamiento y debilitamiento de la planta.

Además, son vectores de varios virus fitopatógenos.

La mosca blanca debilita las plantas y puede transmitir virus fitopatógenos. (Foto: Shutterstock)

Ciclo de vida y daño

La mosca blanca tiene un ciclo de vida corto, lo que facilita su rápida reproducción y expansión en los cultivos.

Las hembras depositan sus huevos en la parte inferior de las hojas, y las larvas se alimentan de la savia, excretando una sustancia pegajosa conocida como melaza, que favorece el crecimiento de hongos negros (fumagina).

¿Cómo eliminar la mosca blanca en el tomate?

Para controlar (eliminar) la mosca blanca, se pueden usar métodos biológicos, como la introducción de enemigos naturales como Encarsia formosa y Eretmocerus eremicus.

Los insecticidas con ingredientes activos como imidacloprid, bifentrina y acefato pueden ser utilizados.

> Aquí el tema completo: ¿Cómo eliminar la mosca blanca en el tomate?

Problema de trips

Los trips (Frankliniella occidentalis y Thrips tabaci) son pequeños insectos que dañan los cultivos de tomate al alimentarse de sus hojas, flores y frutos.

Su daño se manifiesta como manchas plateadas y deformaciones en las hojas y frutos.

Los trips miden menos de 1.5 mm y su color varía, dependiendo de la especie y la etapa de vida en la que se encuentren.(Foto: ztaylor5273 / Reddit)
Uno de los principales daños que causan los trips se manifiesta con manchas en los frutos, y en algunos casos deformaciones. (Foto: Shutterstock)

Ciclo de vida y daño

Los trips tienen un ciclo de vida corto y pueden reproducirse rápidamente.

Además de dañar físicamente la planta, también son vectores de virus, como el virus del bronceado del tomate (TSWV).

¿Cómo eliminar el trips del tomate?

El control biológico incluye el uso de ácaros depredadores como Amblyseius swirskii y Orius laevigatus.

Los insecticidas con ingredientes activos como spinosad, abamectina y acefato pueden ser utilizados.

> Continúe explorando: Control de trips en tomate→

¿Qué son los nematodos?

Los nematodos fitoparásitos, especialmente los del género Meloidogyne, afectan las raíces del tomate, causando agallas que impiden la absorción de nutrientes y agua.

Las agallas en las raíces pueden ser causadas por nematodos fitoparásitos. (Foto: Walter Peraza / Universidad Nacional de Costa Rica)

Ciclo de vida y daño

Los nematodos se reproducen en las raíces de las plantas, formando agallas que interfieren con el desarrollo normal de la planta, resultando en un crecimiento atrofiado y menor producción de frutos.

Control

El manejo de nematodos incluye la rotación de cultivos, el uso de nematicidas y la incorporación de abonos orgánicos que favorecen la presencia de microorganismos antagonistas.

Minador de la hoja (Liriomyza huidobrensis)

El minador de la hoja es una plaga que se alimenta del tejido foliar del tomate, creando galerías que reducen la capacidad fotosintética de la planta.

Liriomyza huidobrensis causa daño, principalmente, en las hojas de la planta de tomate. (Foto: Bugwood.org)

Ciclo de vida y daño

Los adultos ponen huevos en las hojas y las larvas se alimentan del mesófilo, creando minas o galerías.

Este daño reduce la eficiencia fotosintética y debilita la planta.

Control

El control biológico incluye la introducción de parasitoides como Diglyphus isaea y Opius dissitus.

Los insecticidas con ingredientes activos como abamectina, cipermetrina y imidacloprid pueden ser utilizados.

¿Qué daño causan los pulgones?

Los pulgones (Aphis gossypii y Myzus persicae) son pequeños insectos que chupan la savia de las plantas, debilitándolas y transmitiendo virus.

El aparato bucal de los pulgones es picador-chupador. (Foto: Shutterstock)

Ciclo de vida y daño

Los pulgones se reproducen rápidamente y pueden formar grandes colonias en poco tiempo.

Su alimentación reduce el vigor de la planta y la melaza que excretan fomenta el crecimiento de fumagina.

Control

El control biológico incluye el uso de depredadores naturales como mariquitas (Coccinellidae) y crisopas (Chrysopidae).

Los insecticidas con ingredientes activos como imidacloprid, pirimicarb y bifentrina pueden ser utilizados.

Cochinillas en tomate

Las cochinillas (Planococcus citri y Pseudococcus viburni) son insectos que se alimentan de la savia de las plantas, debilitándolas y produciendo melaza que favorece la fumagina.

Las cochinillas se alimentan de la savia de la plantas. (Foto: Bugwood.org)

Ciclo de vida y daño

Las cochinillas se reproducen en la superficie de las hojas y tallos, donde succionan savia y excretan melaza, lo que puede llevar a una reducción considerable en la producción de tomate.

Control

El control biológico incluye el uso de parasitoides como Anagyrus pseudococci y depredadores como Cryptolaemus montrouzieri.

Los insecticidas con ingredientes activos como imidacloprid, clorpirifos y acetamiprid pueden ser utilizados.

Araña roja en plantas de tomate

La araña roja (Tetranychus urticae) es una plaga que se alimenta del contenido celular de las hojas, causando decoloración y defoliación.

Los ingredientes activos como abamectina, bifentrina y espiromesifeno son recomendados para el control de la araña roja. (Foto: Shutterstock)

Ciclo de vida y daño

Las arañas rojas se reproducen rápidamente y pueden causar daño en poco tiempo. Su alimentación causa manchas amarillas y puede llevar a la caída prematura de las hojas.

Control

El control biológico incluye el uso de ácaros depredadores como Phytoseiulus persimilis y Amblyseius californicus.

Los acaricidas con ingredientes activos como abamectina, bifentrina y espiromesifeno pueden ser utilizados.

Chinches en cultivos de tomate

Las chinches (Nezara viridula y Euschistus heros) son insectos que dañan los frutos de tomate al alimentarse de ellos, causando deformaciones y decoloraciones.

Las chinches causan manchas y deformaciones en la cosecha. (Foto: Shutterstock)

Ciclo de vida y daño

Las chinches se alimentan de la savia de los frutos, causando manchas y deformaciones que reducen la calidad del tomate.

Control

El control biológico incluye el uso de parasitoides como Trissolcus basalis.

Los insecticidas con ingredientes activos como lambda-cihalotrina, deltametrina y bifentrina pueden ser utilizados.

Control de ácaros en tomate

Los ácaros (Polyphagotarsonemus latus) afectan las hojas de tomate, causando deformaciones y decoloraciones.

Los ácaros son muy pequeños en todas sus etapas de desarrollo y son difíciles de observar. (Foto: Bruce Watt / University of Maine)

Ciclo de vida y daño

Los ácaros se alimentan del contenido celular de las hojas, causando deformaciones y reduciendo la capacidad fotosintética de la planta.

Control

El control biológico incluye el uso de ácaros depredadores como Amblyseius swirskii.

Los acaricidas con ingredientes activos como abamectina, espiromesifeno y bifentrina pueden ser utilizados.

Sinfílidos

Los sinfílidos (Scutigerella immaculata) son plagas subterráneas que afectan al cultivo de tomate, alimentándose de las raíces jóvenes y causando daños que dificultan la absorción de nutrientes y agua.

Ciclo de vida y daño

Los sinfílidos son pequeños artrópodos blancos, de cuerpo alargado, que se mueven rápidamente en el suelo. Se alimentan de las raíces, tubérculos y plántulas.

Control

El control biológico de los sinfílidos puede ser difícil debido a su estilo de vida subterráneo. Sin embargo, mantener un suelo bien aireado y con buen drenaje puede reducir su presencia.

Para el control químico de los sinfílidos, se recomiendan insecticidas con ingredientes activos como el clorpirifos, tiofanato-metilo o bifentrina, aplicados de forma localizada al suelo.

> Conózcalos a profundidad en: Sinfílidos en tomate→

Control biológico de plagas en tomate

El control biológico es una estrategia sostenible que implica el uso de enemigos naturales para reducir las poblaciones de plagas.

En el cultivo de tomate, se utilizan depredadores, parasitoides y patógenos para controlar diversas plagas. Este método es ecológicamente amigable y reduce la necesidad de pesticidas químicos.

Beneficios del control biológico

  1. Sostenibilidad: Reduce el uso de químicos y sus impactos negativos en el medio ambiente.
  2. Eficiencia: Puede ser muy efectivo si se maneja adecuadamente.
  3. Seguridad alimentaria: Minimiza los residuos de pesticidas en los frutos.

Control de plagas del tomate

El manejo integrado de plagas (MIP) combina técnicas biológicas, culturales, físicas y químicas para mantener las poblaciones de plagas por debajo de los niveles económicos de daño.

Estrategias del MIP

  1. Monitoreo: inspección regular de cultivos para detectar la presencia de plagas.
  2. Control biológico: uso de enemigos naturales.
  3. Control químico: uso racional de insecticidas específicos.
  4. Prácticas culturales: rotación de cultivos, manejo del suelo y eliminación de residuos de cultivos.
Siga estos seis pasos para realizar un correcto MIP en su cultivo de tomate. (Ilustración: Cambiagro)

¿Cómo eliminar el trips del tomate?

Eliminar el trips del tomate requiere una combinación de métodos. Se pueden usar depredadores naturales como Orius laevigatus, y ácaros depredadores como Amblyseius swirskii.

Además, se pueden aplicar insecticidas específicos siguiendo las recomendaciones técnicas para minimizar el impacto ambiental y evitar la resistencia.

Así es como el Amblyseius swirskii devora ácaros. (Foto: Alamy)

¿Qué insecticida para trips funciona?

El uso de insecticidas debe ser parte de un plan de manejo integrado.

Entre los insecticidas específicos para trips, se encuentran los productos a base de spinosad, abamectina y acefato.

Estos deben aplicarse siguiendo las indicaciones técnicas para garantizar su efectividad y reducir el riesgo de resistencia.

¿Cómo matar la mosca blanca del tomate?

Para controlar la mosca blanca, es fundamental implementar un manejo integrado que combine el uso de parasitoides como Encarsia formosa, trampas cromáticas amarillas y la aplicación de insecticidas específicos.

Es importante alternar los productos químicos para evitar el desarrollo de resistencia.

Encarsia formosa en pupa de mosca blanca. (Foto: Shutterstock)

Importancia de conocer las plagas del tomate

El manejo de plagas en el cultivo de tomate es un desafío que requiere una estrategia integral.

El uso de control biológico y químico, junto con prácticas culturales adecuadas, puede minimizar el impacto de las plagas y asegurar una producción sostenible y de alta calidad.

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Fertilizante para la papa Papa

Fertilizante para papa: la guía definitiva

Para obtener una producción exitosa y de alta calidad, una opción que no debe de faltar para aplicar en el cultivo es un fertilizante para papa adecuado.

Los agricultores y agrónomos deben entender los tipos de fertilizante para papa disponibles, así como su aplicación correcta para maximizar el rendimiento del cultivo.

A continuación, exploraremos los diversos tipos de fertilizantes para papa, su composición y cómo usarlos de manera efectiva.

> Continúe explorando: Todo sobre el cultivo de papa→

Fertilizante para papa: ¿qué tipos existen?

Existen diversos tipos de fertilizantes que pueden utilizarse en el cultivo de papa, cada uno con características y beneficios específicos:

Fertilizantes orgánicos

Provenientes de materia orgánica, como estiércol y compost, mejoran la estructura del suelo y su capacidad de retención de agua.

Incorporar materia orgánica mejora la estructura del suelo. (Foto: Archivo)

Fertilizantes inorgánicos

Productos sintéticos que contienen nutrientes en formas fácilmente disponibles para las plantas.

Los fertilizantes para papa más comunes son los NPK (llamados así por los símbolos de los elementos que contienen nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K).

Los fertilizantes más comunes contienen nitrógeno, fósforo y potasio. (Foto: Shutterstock)

Fertilizantes de lenta liberación

Estos productos están diseñados para liberar nutrientes de manera gradual, asegurando un suministro constante del elemento durante un periodo de tiempo dentro del ciclo de crecimiento.

Fertilizantes NPK para producción de papa

El fertilizante para papa NPK contienen tres nutrientes esenciales, también llamados macronutrientes: nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K). Cada uno juega un papel vital en el crecimiento de la papa.

  • Nitrógeno (N): importante para un vigoroso crecimiento vegetativo y la proliferación de hojas.
  • Fósforo (P): especial intervención en el desarrollo robusto de las raíces y la formación de tubérculos.
  • Potasio (K): refuerza la resistencia de las plantas contra enfermedades y optimiza la calidad de los tubérculos.
Los macronutrientes juegan un papel vital en la papa. (Fotoarte: Cambiagro / Shutterstock)

La proporción adecuada de NPK varía según las necesidades del cultivo y las condiciones del suelo, pero una fórmula comúnmente utilizada para la papa es 10-20-20.

Debe de tomar en cuenta que esta varía en cada región, según los nutrientes de sus suelos.

Fósforo (P) para la papa

El fósforo es especialmente importante en las etapas iniciales del crecimiento de la papa. Este nutriente favorece el desarrollo radicular y la formación de tubérculos.

Una deficiencia de fósforo puede resultar en un sistema radicular débil y una menor producción de tubérculos.

Es recomendable realizar análisis de suelo para determinar las necesidades específicas de fósforo y aplicar fertilizantes fosfatados en consecuencia.

El fósforo fortalece el desarrollo radicular y la formación de los tubérculos de la papa. (Foto: Shutterstock)

¿Cuál es el mejor fertilizante para la papa?

Determinar el mejor fertilizante para papa depende de varios factores, incluyendo el tipo de suelo, las condiciones climáticas y las prácticas agrícolas.

Generalmente, una combinación de fertilizantes orgánicos e inorgánicos puede ofrecer un equilibrio óptimo de nutrientes.

Los fertilizantes de liberación controlada también pueden ser beneficiosos para asegurar una nutrición continua.

¿Qué fertilizante debo usar para mi papa?

Para seleccionar el fertilizante para papa adecuado, es importante realizar un análisis del suelo.

Este análisis proporcionará información sobre los niveles de nutrientes y ayudará a identificar cualquier deficiencia.

Con esta información, se puede elegir un fertilizante que supla las necesidades específicas del cultivo.

Por ejemplo, si el análisis indica bajos niveles de nitrógeno, se puede optar por un fertilizante con un mayor contenido de N.

Fertilizante líquido para papa

Los fertilizantes líquidos son una opción conveniente para el cultivo de papa, ya que permiten una distribución uniforme de nutrientes y pueden ser aplicados junto con el riego.

Estos fertilizantes son rápidamente absorbidos por las plantas, lo que puede ser especialmente útil durante las fases críticas de crecimiento.

Además, los fertilizantes líquidos pueden ser formulados para contener una mezcla precisa de nutrientes esenciales, incluyendo macronutrientes (NPK) y micronutrientes (zinc, hierro, manganeso, etc.), adaptados a las necesidades específicas del cultivo y del suelo.

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Las aplicaciones de fertilizantes líquidos permite una mejor dispersión foliar. (Foto: Archivo)

La aplicación de fertilizantes líquidos también permite una mayor flexibilidad en el manejo de los nutrientes, pudiendo ajustarse la dosificación y frecuencia de aplicación según las condiciones climáticas y el estado del cultivo.

Esta práctica puede mejorar la eficiencia del uso de nutrientes y reducir el riesgo de lixiviación, lo cual es importante para la sostenibilidad y la reducción de costos en la producción de papa.

Fertirriego en papa

El fertirriego es una técnica que combina la fertilización con el riego, permitiendo una aplicación eficiente y uniforme de nutrientes.

Esta práctica es ideal para la papa, ya que asegura que los nutrientes lleguen directamente a la zona radicular, mejorando la absorción y el crecimiento de la planta.

Según el estudio Efecto de la fertirrigación en el rendimiento del cultivo de papa (Solanum tuberosum l.) variedad Unica en condiciones de déficit hídrico, el fertirriego puede aumentar el rendimiento de la papa.

El fertirriego combina la fertilización con riego, y es una de las técnicas de riego utilizadas en el cultivo de papa. (Fotoarte: Cambiagro / Shutterstock)

Fertilizante foliar para papa

El fertilizante para papa de tipo foliar se aplican directamente sobre las hojas de la papa, permitiendo una rápida absorción de nutrientes.

Este método es especialmente útil para corregir deficiencias nutricionales específicas o proporcionar un impulso durante las etapas críticas de crecimiento.

Los fertilizantes foliares pueden contener una variedad de nutrientes, incluidos micronutrientes esenciales.

Fertilizantes foliares altos en nitrógeno para papa

Los fertilizantes foliares altos en nitrógeno son particularmente útiles para promover el crecimiento vegetativo de la papa.

El nitrógeno aplicado foliarmente es rápidamente absorbido por las hojas, lo que puede ayudar a corregir deficiencias de nitrógeno de manera eficiente.

Es importante seguir las recomendaciones de dosificación para evitar quemaduras en las hojas.

Fertilizante para papa: aliado clave de los agricultores

La correcta selección y aplicación de fertilizantes es esencial para maximizar la producción y calidad del cultivo de papa.

Comprender los diferentes tipos de fertilizantes disponibles, como los orgánicos, inorgánicos y de liberación controlada, así como su composición y beneficios específicos, permite a los agricultores tomar decisiones informadas que se ajusten a las necesidades de su cultivo y las condiciones de su suelo.

Los fertilizantes NPK, con su balance de nitrógeno, fósforo y potasio, son fundamentales para el desarrollo equilibrado de las plantas, mientras que la técnica del fertirriego y el uso de fertilizantes líquidos y foliares ofrecen métodos eficientes y flexibles para la administración de nutrientes.

Un análisis de suelo detallado es indispensable para identificar las deficiencias y adaptar el plan de fertilización de manera precisa.

Al adoptar estas prácticas y tecnologías, los agricultores pueden lograr un rendimiento óptimo, asegurando la rentabilidad de su producción de papa.

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Enfermedades de la papa Papa

Principales enfermedades de la papa

Las enfermedades de la papa afectan el rendimiento y la calidad del cultivo.

En algunas regiones, las pérdidas causadas por enfermedades pueden llegar a reducir el rendimiento hasta en un 50 %.

Estas enfermedades aumentan los costos de manejo y control, representando hasta el 20 % de los costos totales de producción en algunos casos.

El conocimiento y manejo adecuado de estas enfermedades es importante para asegurar la sostenibilidad y rentabilidad del cultivo de papa.

A continuación, se describen las principales enfermedades del cultivo de papa, sus síntomas, ciclo de vida y estrategias de control.

¿Qué enfermedad le da a la papa?

La papa puede ser afectada por diversas enfermedades, entre las más comunes se encuentran el tizón temprano (Alternaria solani) y el tizón tardío (Phytophthora infestans).

La incidencia de estos dos hongos es común en nuestra región. Además, el hongo Rhizoctonia solani, los virus como el PVY (Potato Virus Y) y el PVX (Potato Virus X) y las bacterias Pectobacterium y Pseudomonas, son importantes en el cultivo.

> Continúe explorando: Cultivo de papa→

Tizón temprano de la papa

El tizón temprano, causado por el hongo Alternaria solani, es una enfermedad que afecta principalmente las hojas, pero también puede dañar los tubérculos.

Síntomas

      • Manchas pequeñas y oscuras en las hojas, con anillos concéntricos.

      • Clorosis y caída prematura de las hojas.

      • Lesiones en los tubérculos que pueden llevar a una pudrición seca.

     

    Así luce una hoja infectada por tizón tardío. (Foto: Howard F. Schwartz / Colorado State University)
    Tizón tardío de la papa

    El tizón tardío, causado por el oomiceto Phytophthora infestans, es una de las enfermedades más devastadoras de la papa, famosa por haber causado la Gran Hambruna Irlandesa en el siglo XIX.

    Síntomas

        • Manchas irregulares y acuosas en las hojas que se expanden rápidamente.

        • Pudrición de los tubérculos, tanto en el campo como en almacenamiento.

        • Presencia de un moho blanco en el envés de las hojas.

       

      La Rhizoctonia produce manchas negras en las papas, así como su pudrición. (Foto: William M. Brown Jr./Bugwood)

      Rhizoctonia solani en papa

      La Rhizoctonia solani es un hongo del suelo que afecta tanto a la germinación como al crecimiento de las plantas de papa.

      Síntomas

          • Cancros en los tallos subterráneos.

          • Reducción del vigor de las plantas.

          • Pudrición de los tubérculos con manchas negras y secas.

         

        La parte inferior de las plantas de papa también se ve afectada por las enfermedades. (Foto: Gerald Holmes/Bugwood)

        Virus en la papa

        Los virus de la papa son transmitidos principalmente por insectos vectores como los áfidos. Afectan la calidad y el rendimiento del cultivo.

        Principales virus

            • PVY (Potato Virus Y): causa mosaicos, necrosis y reducción del tamaño de los tubérculos.

            • PVX (Potato Virus X): generalmente menos severo, pero puede causar mosaicos y deformaciones en las hojas.

           

          El control de los vectores es una de las formas más eficaces de prevenir las enfermedades a causa de virus en la papa. (Foto: Bruce Watt/University of Maine)

          3 estrategias de manejo de virus

              1. Uso de variedades resistentes.

              1. Control de vectores mediante insecticidas.

              1. Certificación y uso de semilla libre de virus.

            Fungicidas para el control del tizón tardío en papa

            El uso de fungicidas es una herramienta clave en la lucha contra el tizón tardío de la papa (Phytophthora infestans).

            Estos productos ayudan a prevenir la infección y propagación del patógeno, protegiendo tanto las hojas como los tubérculos.

            > Explore más este tema: Fungicidas para el control del tizón tardío en papa

             

            La elección del mejor fungicida contra enfermedades de la papa, como el tizón tardío, debe tomarse con el apoyo de un técnico agrícola. (Foto: Shutterstock)

            Tipos de fungicidas

                • Fungicidas de contacto: actúan en la superficie del tejido de la planta, previniendo la infección. Ejemplo: clorotalonil.

                • Fungicidas sistémicos: penetran en la planta y ofrecen protección interna. Ejemplo: metalaxil.

               

              Los productos sistémicos penetran en la planta, mientras los de contacto solamente se ubican en la parte externa de esta. (Fotoarte: Cambiagro)

              Enfermedades de la papa: un reto que debemos enfrentar

              Las enfermedades de la papa son un punto negativo y significativo para la agricultura.

              El tizón temprano (Alternaria solani) y el tizón tardío (Phytophthora infestans) son dos de las enfermedades más devastadoras, causando grandes pérdidas económicas y reducciones en el rendimiento del cultivo.

              Además, la presencia de Rhizoctonia solani, virus como el PVY y el PVX, y bacterias como Pectobacterium y Pseudomonas complican aún más el manejo del cultivo, en caso de contagio.

              Para enfrentarlos se deben de implementar prácticas de manejo integrado que incluyan la rotación de cultivos, el uso de variedades resistentes, la aplicación de fungicidas y el control de vectores.

              Los agricultores deben mantenerse informados sobre las mejores prácticas y las últimas investigaciones para minimizar el impacto de estas enfermedades.

              El conocimiento y la aplicación de estrategias de manejo adecuadas son esenciales para garantizar la sostenibilidad y la rentabilidad del cultivo de papa.

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              Malezas en papa Papa

              Malezas en papa: manejo, control y uso de herbicidas

              Las malezas en papa (Solanum tuberosum) son un problema persistente en cada ciclo.

              Estas plantas indeseadas compiten por recursos esenciales como agua, luz y nutrientes, lo que puede afectar el rendimiento y la calidad de la cosecha.

              Además de esto, las malezas también pueden albergar patógenos y plagas, aumentando el riesgo de enfermedades y reduciendo la calidad y cantidad de la cosecha.

              En muchos casos, las malezas pueden reducir el rendimiento de los cultivos de papa hasta en un 40%, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

              Las malas hierbas afectan la eficiencia de la fotosíntesis al sombrear las plantas de papa, reduciendo su acceso a la luz solar y disminuyendo la capacidad de las plantas para producir energía.

              A continuación, exploraremos los diferentes tipos de malezas que afectan el cultivo de papa, las enfermedades que pueden causar, y los métodos más efectivos para su control, incluyendo el uso de herbicidas.

              Continúe explorando: Cultivo de papa→

              Tipos de malezas en papa

              Las malezas en el cultivo de papa se dividen principalmente en dos categorías: gramíneas y malezas de hoja ancha.

              Ambas presentan manejos específicos para los agricultores, requiriendo estrategias de control diferenciadas.

              Gramíneas en papa: identificación y manejo

              Las gramíneas son malezas monocotiledóneas que se caracterizan por sus hojas largas y estrechas.

              Algunas de las gramíneas más comunes que afectan el cultivo de papa incluyen:

                  • Echinochloa crus-galli (pata de gallina)

                  • Setaria spp. (cola de zorro)

                  • Digitaria spp. (pasto crabgrass)

                Las malezas de hoja angosta o gramíneas son comunes en los cultivos de papa de nuestra región. (Foto: Shutterstock y Tom Potterfield)

                Estas malezas son particularmente problemáticas porque pueden crecer rápidamente y formar densas poblaciones que compiten eficazmente por los recursos.

                Un manejo adecuado incluye el uso de herbicidas preemergentes como el pendimetalina y prácticas culturales como la rotación de cultivos.

                Malezas de hoja ancha en papa: especies comunes y control

                Las malezas de hoja ancha son dicotiledóneas que se distinguen por sus hojas anchas y planas. Entre las malezas de hoja ancha más frecuentes en los cultivos de papa se encuentran:

                    • Solanum nigrum (hierba mora)

                    • Amaranthus retroflexus (bledo)

                    • Chenopodium album (cenizo blanco)

                  Algunas plantas de hoja ancha son difíciles de controlar para los agricultores. (Fotos: Flickr).

                  Estas malezas pueden ser difíciles de controlar debido a su rápida propagación y resistencia a ciertos herbicidas.

                  Se recomienda el uso de herbicidas selectivos como la metribuzina y la rimsulfurón, además de técnicas de labranza y mulching para suprimir su crecimiento.

                  Enfermedades causadas por malezas en papa

                  Además de competir por recursos, algunas malezas pueden ser hospederas de patógenos que causan enfermedades en las plantas de papa. Por ejemplo:

                  Solanum nigrum puede albergar Phytophthora infestans, el hongo causante del tizón tardío de la papa.

                  El tizón tardío es una de las enfermedades más comunes (y más devastadoras) en el cultivo de papa. (Foto: Shutterstock)

                  Malezas como Amaranthus spp. pueden ser hospederas del Virus del enrollamiento de la hoja de la papa (PLRV).

                  Las malezas en los cultivos compiten por nutrientes, albergan plagas y enfermedades, por eso su control es fundamental cada temporada. (Foto: Penn State University)

                  La presencia de estas malezas puede aumentar el riesgo de enfermedades, afectando tanto el rendimiento como la calidad del cultivo.

                  Prácticas de quema en papa

                  ¿Qué es la quema en papa?

                  La quema en papa es una técnica agrícola utilizada para desecar las plantas de papa antes de la cosecha.

                  Este proceso implica quemar las partes aéreas de las plantas, lo que facilita el secado de los tubérculos y su posterior recolección.

                  La quema es especialmente útil en regiones con condiciones climáticas húmedas, donde el secado natural puede ser lento y dificultar la cosecha.

                  La quema de papa se refiere a aplicar químico a las plantas para acelerar el proceso de secado antes de la cosecha. (Foto: Shutterstock)

                  3 beneficios de la quema en papa

                      1. Aceleración del secado.

                      1. Facilita la cosecha mecánica.

                      1. Control de malezas y enfermedades.

                    La quema de rastrojos

                    La quema de rastrojos es una práctica utilizada en algunos sistemas agrícolas, y diferente a la quema para desecar las plantas.

                    Algunos agricultores la realizan para el control de malezas y la preparación del terreno; sin embargo, como toda quema, no es recomendable por causar, entre otras cosas, degradación del suelo.

                    Esta práctica no se aconseja, debido a que el suelo sufre degradación, además de perjudicar su microbioma. (Foto: Shutterstock)

                    Alternativas a la quema de rastrojos en el manejo de malezas

                    Es importante considerar métodos alternativos de manejo de rastrojos que sean más sostenibles, algunas alternativas incluyen:

                        • Compostaje: convertir los residuos de cultivos en compost para mejorar la fertilidad del suelo.

                        • Incorporación de residuos: arar los residuos en el suelo para enriquecerlo con materia orgánica.

                        • Cubiertas vegetales: utilizar cultivos de cobertura para suprimir el crecimiento de malezas.

                      Control de malezas en papa: estrategias integradas

                      El control efectivo de las malezas en el cultivo de papa requiere un enfoque integrado que combine métodos químicos, culturales y mecánicos. Algunas estrategias incluyen:

                          • Rotación de cultivos: alternar cultivos en diferentes ciclos para reducir la acumulación de malezas específicas.

                          • Mulching: utilizar coberturas vegetales para suprimir el crecimiento de malezas.

                          • Labranza: implementar prácticas de labranza para desarraigar las malezas antes de la siembra.

                        Para que el cultivo crezca con la menor presencia de malezas debe realizar un enfoque integrado de control. (Foto: Local Food Initiative, Flickr)

                        Control químico de malezas en papa

                        El uso de herbicidas es una práctica común para el control de malezas en papa. Los herbicidas pueden ser clasificados en:

                            • Preemergentes: aplicados antes de la germinación de las malezas para prevenir su desarrollo. Ejemplos incluyen la pendimetalina y el s-metolacloro.

                            • Posemergentes: Aplicados después de la emergencia de las malezas para controlar las plantas ya establecidas. Ejemplos incluyen el glifosato y el paraquat.

                          La elección de fertilizantes preenergentes y posemergentes radica en la estrategia que se emplee en el control de malezas. (Fotoarte: Cambiagro)

                          Selección de herbicidas para el cultivo de papa

                          Entre los herbicidas más utilizados en el cultivo de papa se encuentran:

                              • Selectivos: diseñados para eliminar ciertas malezas sin dañar el cultivo de papa. Ejemplos incluyen metribuzina y rimsulfurón.

                              • No selectivos: eliminan cualquier tipo de vegetación, por lo que deben ser usados con precaución. El glifosato es un ejemplo común.

                            Los herbicidas de tipo selectivo se pueden aplicar en el campo sin afectar al cultivo de papa. (Fotoarte: Cambiagro)

                            Manejo integrado de malezas

                            La implementación de un manejo integrado de malezas (MIM) que combine métodos químicos, culturales y mecánicos puede ser la estrategia más efectiva para mantener las poblaciones de malezas bajo control. El MIM puede incluir:

                                • Uso de herbicidas selectivos y preemergentes.

                                • Prácticas culturales como la rotación de cultivos y el uso de cultivos de cobertura.

                                • Métodos mecánicos como la labranza y el mulching.

                              Malezas en papa y la importancia de realizar un control efectivo

                              El manejo de malezas en el cultivo de papa es esencial para garantizar un alto rendimiento y calidad del producto.

                              La implementación de estrategias integradas, que incluyan el uso adecuado de herbicidas y prácticas culturales sostenibles, puede ayudar a minimizar los efectos negativos de las malezas.

                              Es importante mantenerse actualizado sobre las mejores prácticas y avances en el control de malezas para optimizar la producción agrícola.

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                              Frijol

                              Cultivo de frijol: guía completa para agricultores

                              El cultivo de frijol (Phaseolus vulgaris) es uno de los más importantes y versátiles en la agricultura mundial.

                              Originario de América, específicamente de la región que hoy comprende México y Centroamérica, el frijol ha sido cultivado desde tiempos precolombinos y es una fuente vital de proteína en muchas dietas tradicionales.

                              Su nombre y variedades pueden ser diferentes, según el país o región en la que se cultive. Es conocido, además de frijol, como chícharo, habichuela, poroto, alubia, judía y caraota.

                              Aquí encontrará una guía sobre las mejores prácticas en el cultivo de frijol para los agricultores, abarcando desde la selección de semillas hasta la cosecha.

                              Suelo para el cultivo de frijol

                              El suelo ideal para el cultivo de frijol debe estar bien drenado y ser rico en materia orgánica.

                              Un pH óptimo para el frijol oscila entre 6.5 y 7.5. Es fundamental realizar análisis de suelo para ajustar los niveles de nutrientes y asegurar un crecimiento vigoroso de las plantas.

                              Realizar el análisis de suelo antes de la siembra es importante para realizar un plan de fertilización adecuado. (Foto: Shutterstock)

                              Preparación del suelo

                              • Labranza profunda: Mejora la aireación y permite una mejor penetración de las raíces.
                              • Incorporación de materia orgánica: Aumenta la retención de agua y la disponibilidad de nutrientes.
                              • Enmiendas de cal: Ajustan el pH del suelo si es necesario.

                              Elección de semilla de frijol

                              La elección de las semillas es un factor determinante en el éxito del cultivo. Es recomendable optar por semillas certificadas y de alta calidad.

                              Las variedades híbridas suelen ofrecer resistencia a enfermedades y mejores rendimientos, aunque también existen variedades tradicionales que pueden ser adecuadas, según las condiciones específicas del cultivo.

                              Asimismo, existen varios tipos de semillas que pueden agruparse de la siguiente forma:

                              • Semillas híbridas: Ofrecen alta productividad y resistencia a enfermedades.
                              • Semillas tradicionales: Preservan la biodiversidad y suelen ser más adaptables a condiciones locales.
                              • Semillas orgánicas: Producidas sin el uso de químicos.

                              Siembra

                              La siembra de frijol puede realizarse de manera directa en el campo, ya que esta es la práctica más común debido a la facilidad y eficiencia del proceso.

                              Esta requiere una preparación cuidadosa del suelo y un manejo riguroso del riego y la protección contra plagas.

                              2 formas de realizar la siembra

                              1. Siembra directa: Requiere un suelo bien preparado y un manejo intensivo del riego. Es la forma más común y eficiente de sembrar frijol.
                              2. Semillero: Aunque menos común para frijol, puede permitir un control preciso de las condiciones iniciales y facilitar el manejo de plántulas en algunos casos específicos.
                              La siembra directa es la forma más usada en el campo por los agricultores. (Fotos: Shutterstock y Plantae)

                              Etapa vegetativa del cultivo de frijol

                              Durante la etapa vegetativa, el frijol desarrolla su sistema radicular y su estructura foliar. En esta fase, se debe considerar un buen manejo del riego y la fertilización para promover un crecimiento equilibrado.

                              La poda y el soporte de las plantas pueden ser necesarios para garantizar una adecuada ventilación y exposición a la luz solar.

                              Durante la etapa vegetativa, el frijol desarrolla su follaje y raíz. (Foto: Shutterstock)

                              Manejo de la etapa vegetativa

                              • Poda: Aunque menos común en frijol, puede ser útil para eliminar brotes innecesarios y mejorar la ventilación.
                              • Soporte: Utilizar estacas o redes para sostener las plantas trepadoras y facilitar la exposición a la luz solar.
                              • Control de riego: Mantiene una humedad constante sin encharcamientos.
                              La etapa vegetativa y reproductiva son dos ciclos críticos para el cultivo. (Foto: Shutterstock)

                              Etapa reproductiva

                              La etapa reproductiva abarca desde la floración hasta la formación de las vainas de frijol.

                              En esta fase, es importante un manejo adecuado del riego y la fertilización para asegurar un buen cuajado y desarrollo de las vainas.

                              El control de plagas y enfermedades también es crucial para evitar pérdidas en la producción.

                              La floración en el cultivo de frijol forma parte del ciclo vegetativo. (Foto: Shutterstock)

                              3 consejos para el manejo de la etapa reproductiva

                              1. Polinización: Asegurar la presencia de polinizadores naturales o utilizar técnicas manuales si es necesario.
                              2. Riego controlado: Evitar el estrés hídrico para mejorar el cuajado de vainas.
                              3. Nutrición equilibrada: Mantener un balance adecuado de nutrientes para soportar el desarrollo de las vainas.

                              Cosecha

                              La cosecha del frijol debe realizarse cuando las vainas alcanzan el grado de madurez deseado, lo cual puede variar según el tipo de comprador o mercado objetivo.

                              La recolección debe hacerse con cuidado para evitar daños en las vainas y semillas, y es recomendable realizarla en las horas más frescas del día.

                              Se recomienda cosechar las vainas durante las horas más frescas del día. (Foto: Archivo)

                              Técnicas de cosecha

                              • Manual: Permite una selección precisa y cuidadosa de las vainas.
                              • Mecánica: Adecuada para grandes superficies, aunque puede dañar algunas vainas y semillas.
                              • Poscosecha: Manipulación adecuada para minimizar pérdidas y mantener la calidad.

                              Fertilización en el cultivo de frijol

                              La fertilización del frijol debe basarse en las necesidades específicas de la planta y en los resultados de los análisis de suelo.

                              Los nutrientes clave incluyen nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K), además de micronutrientes como calcio (Ca), magnesio (Mg) y hierro (Fe).

                              Es recomendable el uso de fertilizantes orgánicos y la aplicación de enmiendas orgánicas para mejorar la fertilidad del suelo.

                              Los micronutrientes más importantes para el frijol son el calcio, el magnesio y el hierro. (Foto: Shutterstock)

                              Programa de fertilización

                              Las aplicaciones de abonos orgánicos y minerales en presiembra son eficaces, además de la suplementación con nitrógeno (N) para promover el desarrollo foliar en etapas iniciales.

                              Durante la floración y formación de vainas, es importante el aporte de fósforo (P) y potasio (K) para mejorar el cuajado y desarrollo de las vainas.

                              Manejo de malezas

                              El manejo de malezas es fundamental para reducir la competencia por nutrientes y agua en el cultivo de frijol.

                              Las prácticas recomendadas incluyen el uso de acolchados, la rotación de cultivos y el control manual o mecánico.

                              Los herbicidas pueden ser una opción, pero deben usarse con precaución para evitar daños al cultivo.

                              > Conozca más de este tema aquí: Malezas en frijol→

                              Tanto malezas de hoja angosta y hoja ancha pueden afectar de forma indirecta al cultivo de frijol. (Foto: Shutterstock)

                              3 estrategias eficaces de control

                              Las buenas prácticas en el cultivo de frijol buscan incorporar estrategias para controlar las malezas, aquí destacan:

                              1. Acolchado: Reduce la germinación de malezas y conserva la humedad del suelo.
                              2. Control manual: Arranque de malezas de manera regular.
                              3. Herbicidas: Uso controlado para evitar la resistencia y daños al cultivo.

                              Plagas

                              Las plagas del frijol incluyen insectos como el gorgojo del frijol, los pulgones y los gusanos.

                              Es imperante implementar un programa de manejo integrado de plagas (MIP) que combine métodos biológicos, culturales y químicos para mantener las poblaciones de plagas bajo control.

                              Principales plagas

                              El cultivo de frijol, como cualquier otro, está expuesto al ataque e infestación de plagas. Entre estas, hay algunas que son más comunes en la región.

                              • Gorgojo del frijol: daños directos a las semillas almacenadas.
                              • Pulgones: succionan la savia y transmiten virus.
                              • Gusanos: daños en hojas y vainas, afectando la calidad y el rendimiento.

                              > Lea este tema completo: Principales plagas del frijol→

                              Los pulgones succionan la savia de las plantas y transmiten virus. (Foto: Shutterstock)

                              Estrategias de control

                              • Control biológico: Uso de enemigos naturales como avispas parasitoides y hongos entomopatógenos.
                              • Prácticas culturales: Rotación de cultivos y eliminación de residuos vegetales.
                              • Control químico: Aplicación de insecticidas específicos en caso de infestaciones severas.

                              Enfermedades del cultivo de frijol

                              Las enfermedades del cultivo de frijol pueden ser causadas por hongos, bacterias o virus. Estas causan daños que pueden incidir en la calidad y el rendimiento de la cosecha.

                              Se presentan de diversas formas, y su detección a tiempo evita pérdidas a futuro. Entre las más comunes se encuentran:

                              > Explore a profundidad este tema: Enfermedades del frijol→

                              Enfermedades fúngicas

                              • Antracnosis: Manchas oscuras en vainas y hojas, causada por Colletotrichum lindemuthianum.
                              • Tizón común: Manchas acuosas y necróticas en hojas y vainas, causado por Pseudomonas syringae pv. phaseolicola.
                              • Mildiu: Manchas amarillas en hojas, causadas por Peronospora manshurica.
                              • Oídio: Polvo blanco en hojas, causado por Erysiphe polygoni.
                              • Fusarium: Marchitamiento de plantas, causado por Fusarium oxysporum.
                              • Rizoctonia: Pudrición del cuello de la planta, causada por Rhizoctonia solani.
                              • Podredumbre de la raíz: Causada por Pythium spp. y Rhizoctonia solani.
                              La apariencia de algunas enfermedades da una guia para combatirlas. (Fotos: Cambiagro; Vinicius Garnica y Howard F. Schwartz/Bugwood.org

                              Enfermedades virales

                              • Virus del mosaico común del frijol (BCMV): Moteado y distorsión de hojas.
                              • Virus del mosaico amarillo del frijol (BYMV): Hojas amarillentas y deformadas.
                              • Virus del mosaico de la judía (BMV): Manchas amarillas y deformaciones en hojas.
                              Una de las principales estrategias de control de los virus es la prevención, como el uso de variedades resistentes. (Foto: Howard F. Schwartz/Bugwood.org)
                              Las enfermedades virales pueden causar una disminución en la cosecha y muerte de las plantas. (Foto: Dr. Parthasarathy Seethapathy/Bugwood.org)

                              Estrategias de control

                              • Resistencia genética: Uso de variedades resistentes.
                              • Prácticas culturales: Rotación de cultivos y eliminación de plantas infectadas.
                              • Control químico: Fungicidas específicos para enfermedades fúngicas.

                              Rotación de cultivos

                              La rotación de cultivos es importante para mantener la salud del suelo y prevenir la acumulación de patógenos y plagas.

                              Se recomienda alternar el cultivo de frijol con otros cultivos no leguminosos, como hortalizas o cereales, como el maíz.

                              Esta práctica mejora la estructura del suelo, reduce la incidencia de enfermedades y puede aumentar el rendimiento de las cosechas.

                              Un cultivo con el que comúnmente se rota el frijol es el maíz. (Fotos: Shutterstock)

                              Beneficios de la rotación de cultivos

                              • Mejora la fertilidad del suelo: Diferentes cultivos aportan distintos nutrientes al suelo.
                              • Reducción de plagas y enfermedades: Al cambiar de cultivo, se interrumpe el ciclo de vida de muchas plagas y enfermedades.
                              • Control de malezas: La alternancia de cultivos dificulta el establecimiento de malezas específicas.

                              ¿Qué sistema de riego se utiliza para el frijol?

                              El riego adecuado es fundamental para el desarrollo saludable del frijol.

                              La frecuencia y la cantidad de agua dependerán del tipo de suelo y del clima, pero en general, se recomienda un riego profundo y regular para mantener una humedad constante.

                              Evitar el exceso de agua es importante para prevenir enfermedades como la pudrición de la raíz y el mildiu.

                              Métodos de riego

                              Existe diversidad de métodos de riego en la agricultura moderna; sin embargo, los más utilizados en el cultivo de frijol son:

                              • Riego por goteo: Proporciona agua directamente a la zona de las raíces, reduciendo la evaporación y el desperdicio.
                              • Riego por aspersión: Simula la lluvia natural, pero puede favorecer la proliferación de enfermedades fúngicas.
                              • Riego por surcos: Adecuado para grandes superficies, aunque menos eficiente en el uso del agua.
                              El riego por goteo es una de las formas más utilizadas en este cultivo. (Foto: Shutterstock/Cambiagro)

                              Cultivo de frijol: consejos adicionales

                              El cultivo de frijol requiere de una planificación cuidadosa y un manejo riguroso de todos los factores involucrados, desde la preparación del suelo hasta la cosecha.

                              Siguiendo las prácticas adecuadas, es posible obtener rendimientos elevados y de alta calidad, contribuyendo así a la sostenibilidad y rentabilidad de la explotación agrícola.

                              Categories
                              Cebolla

                              Todo sobre el cultivo de cebolla: la guía definitiva

                              La cebolla (Allium cepa) es uno de los cultivos más importantes a nivel mundial. Es originaria de Asia Central y se cultiva en una variedad de climas y suelos, lo que la convierte en un alimento importante para muchas culturas y economías.

                              De acuerdo con estudios históricos, el cultivo de la cebolla comenzó hace más de 5,000 años en regiones de Asia Central y se extendió rápidamente a través de Egipto y el resto del mundo antiguo.

                              En este artículo exploraremos detalladamente todos los aspectos relacionados con el cultivo de la cebolla, desde la preparación del suelo hasta la cosecha, así como el manejo de plagas y enfermedades.

                              Suelo como clave del éxito

                              El éxito en el cultivo de cebolla comienza con una adecuada preparación del suelo. Las cebollas prosperan en suelos bien drenados, sueltos y con buena retención de humedad.

                              La estructura y la fertilidad del suelo son factores clave que afectan el rendimiento del cultivo.

                              Preparación del suelo

                              La preparación del suelo para el cultivo de la cebolla es fundamental para un ciclo cuyos resultados llenen o superen las expectativas.

                              Este se inicia con un análisis de suelo para determinar pH y nutrientes, seguido por labranza e incorporación de materia orgánica.

                              Tanto para cebolla u otro cultivo, siempre se recomienda realizar un análisis de suelo antes de la siembra para definir un plan de fertilización. (Foto: Shutterstock)

                              Análisis del suelo:

                              Antes de la siembra, es fundamental realizar un análisis del suelo para determinar su pH y contenido de nutrientes. Las cebollas prefieren suelos con un pH entre 6.0 y 7.0.

                              Labranza:

                              La labranza debe realizarse para aflojar el suelo y mejorar la aireación y el drenaje. Un suelo bien aireado facilita el desarrollo de los bulbos.

                              Incorporación de materia orgánica:

                              La adición de compost o estiércol bien descompuesto mejora la estructura del suelo y aporta nutrientes esenciales.

                              Semillas de cebolla

                              Al seleccionar las semillas de cebolla, es importante elegir variedades que se adapten bien a las condiciones locales y que sean resistentes a enfermedades comunes.

                              Selección de semillas

                              Variedades certificadas: Utilizar semillas certificadas garantiza que están libres de enfermedades y tienen un alto potencial de rendimiento.

                              Tamaño y sanidad: Las semillas deben ser de tamaño uniforme y estar libres de signos de enfermedades o daños.

                              Preparación de semillas

                              La preparación de semillas es un paso importante en el cultivo de cebolla, ya que garantiza una germinación uniforme y un desarrollo saludable de las plántulas.

                              Este proceso incluye varias prácticas que ayudan a optimizar el potencial de las semillas antes de la siembra, asegurando así un buen inicio para el cultivo.

                              Plántulas o siembra directa

                              Dependiendo del método de cultivo, las cebollas pueden iniciarse a partir de plántulas o mediante siembra directa.

                              Tratamiento de semillas

                              En algunos casos, las semillas pueden tratarse con fungicidas o insecticidas para prevenir enfermedades y plagas durante la germinación y el crecimiento inicial.

                              Una de las principales diferencias entre plantar y sembrar es el tiempo de cosecha. Las plántulas estarán más rápido para cosecha que las semillas. (Foto: Shutterstock)

                              Rotación con otros cultivos

                              La rotación de cultivos es una práctica agrícola esencial para mantener la salud del suelo y prevenir la acumulación de plagas y enfermedades.

                              Beneficios de la rotación de cultivos

                              • Reducción de enfermedades: Alternar el cultivo de cebollas con otros cultivos no relacionados, especialmente aquellos que no pertenecen a la familia de las Liliáceas, ayuda a romper el ciclo de enfermedades específicas de la cebolla.
                              • Mejora de la fertilidad del suelo: La rotación con cultivos leguminosos, como frijol, o de cobertura, como tréboles, puede aumentar el contenido de nitrógeno (N) en el suelo, mejorando así la fertilidad y estructura del suelo para el siguiente ciclo de cebollas.
                              Entre las buenas prácticas agrícolas se recomienda rotar el cultivo entre ciclos para reducir las enfermedades, entre otros beneficios. (Fotos: Shutterstock)

                              Etapa vegetativa de la cebolla

                              Durante la etapa vegetativa, la planta de cebolla desarrolla su follaje, lo cual es fundamental para la fotosíntesis y el crecimiento de los bulbos.

                              El ciclo vegetativo en el cultivo de cebolla es fundamental para el correcto desarrollo de los bulbos debajo de la tierra. (Foto: Shutterstock)

                              Cuidados en la etapa vegetativa

                              • Control de malezas: Las malezas compiten con las cebollas por nutrientes y luz, por lo que deben ser controladas mediante limpiezas manuales o el uso de herbicidas selectivos.
                              • Riego: El riego debe ser regular y suficiente para mantener el suelo húmedo, pero no saturado, ya que el exceso de agua puede provocar enfermedades como la pudrición de las raíces.

                              Etapa reproductiva del cultivo

                              La etapa reproductiva de la cebolla incluye la formación y el engrosamiento de los bulbos, así como la posible floración si se permite.

                              La floración no es común en la producción de cebollas de alta calidad, porque estas consumen energía de la planta y reducen la vida útil del bulbo. (Foto: Shutterstock)

                              Manejo en la etapa reproductiva

                              • Fertilización: Es recomendable realizar una fertilización complementaria para asegurar un adecuado suministro de nutrientes durante esta etapa crítica. El uso de fertilizantes ricos en potasio (K) y fósforo (P) puede promover un mejor desarrollo de los bulbos.
                              • Monitoreo de plagas y enfermedades: El monitoreo constante permite una intervención oportuna en caso de detectar problemas. Plagas como el trips y enfermedades como el mildiu deben ser gestionadas rápidamente para evitar daños significativos.

                              Cosecha de cebolla

                              La cosecha de cebollas debe realizarse en el momento adecuado para maximizar la calidad y el rendimiento de los bulbos. Para esto, es conveniente conocer lo siguiente.

                              2 indicadores de madurez de la cebolla

                              1. Caída del follaje: Cuando las hojas comienzan a caer y doblarse hacia el suelo, es señal de que los bulbos están listos para ser cosechados.
                              2. Tamaño y firmeza de los bulbos: Realizar una muestra de algunos bulbos para verificar que han alcanzado el tamaño deseado y que están firmes.
                              Cuando el tallo de la cebolla cae sobre el suelo está lista para la cosecha. (Foto: Shutterstock)

                              Técnicas de cosecha del cultivo

                              Manual: En pequeños cultivos, la cosecha manual es común, utilizando herramientas como azadones o palas para desenterrar los bulbos.

                              Mecanizada: En grandes extensiones, se utilizan cosechadoras mecánicas que facilitan y aceleran el proceso, extrayendo los bulbos y eliminando el exceso de tierra.

                              ¿Cómo fertilizar el cultivo de cebolla?

                              La fertilización adecuada es un de los manejos más importantes para obtener un buen rendimiento de cebolla. Los requerimientos de nutrientes varían a lo largo del ciclo del cultivo.

                              Plan de fertilización

                              • Nutrientes esenciales: Las cebollas necesitan principalmente nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K), además de micronutrientes como el zinc y el azufre. La aplicación de estos nutrientes debe ajustarse según el análisis del suelo.
                              • Aplicación de fertilizantes: Los fertilizantes pueden aplicarse en bandas al momento de la siembra y como aplicaciones de cobertera durante el crecimiento. Es recomendable fraccionar la aplicación de N para evitar excesos que puedan afectar la formación de los bulbos.
                              Se recomienda utilizar fertilizantes según los requerimientos expresados en los análisis de suelo. (Fotoarte: Cambiagro/Shutterstock)

                              Plagas que afectan al cultivo

                              Las plagas pueden causar daños significativos en los cultivos de cebolla si no se controlan de forma adecuada. Entre las principales se encuentran:

                              > Explore las plagas a fondo aquí: Principales plagas de la cebolla→

                              • Trips (Thrips tabaci):

                                Estos pequeños insectos succionan la savia de las hojas, causando manchas plateadas y reduciendo la capacidad fotosintética de la planta.
                              • Mosca de la cebolla (Delia antiqua):

                                Las larvas de esta mosca se alimentan de los bulbos, causando pudrición y disminuyendo la calidad y rendimiento del cultivo.
                              • Gusano del bulbo (Hylemya antiqua):

                                Afecta los bulbos al perforarlos, lo que puede llevar a infecciones secundarias y a la descomposición del bulbo.
                              • Nematodos (Ditylenchus dipsaci, Meloidogyne spp.):

                                Estos parásitos atacan las raíces y los bulbos, formando nódulos y deformaciones que afectan la absorción de nutrientes y el crecimiento de la planta.
                              • Trips de la cebolla (Thrips tabaci):

                                Aunque ya mencionados, su relevancia específica para la cebolla requiere un monitoreo constante, ya que pueden transmitir enfermedades como la mancha púrpura.
                              • Pulgones (Aphis gossypii, Myzus persicae):

                                Estos insectos succionan la savia y pueden transmitir virus que afectan el desarrollo del cultivo.
                              • Ácaros (Aceria tulipae):

                                Atacan el follaje y los bulbos, causando deformaciones y reduciendo la calidad del producto.
                              Los nematodos en el cultivo de cebolla pueden causar pérdidas significativas a los productores. (Foto: Ed Kurtz/Bugwood.org)

                              Manejo integrado de plagas

                              • Monitoreo constante: Es importante realizar inspecciones regulares para detectar la presencia de plagas en el cultivo de cebolla.
                              • Control biológico: Utilizar enemigos naturales de las plagas, como insectos benéficos o microorganismos patógenos.
                              • Rotación de cultivos: Implementar una rotación adecuada puede ayudar a reducir la presión de plagas.
                              • Uso de pesticidas: Aplicar pesticidas selectivos y en dosis recomendadas para minimizar el impacto en el medio ambiente y en los enemigos naturales de las plagas.

                              Enfermedades que atacan a la cebolla

                              Las enfermedades pueden afectar tanto el follaje como los bulbos de la cebolla, reduciendo el rendimiento y la calidad del cultivo.

                              > Explore a profundidad: Enfermedades de la cebolla→

                              Mildiu (Peronospora destructor)

                              Es una de las enfermedades más devastadoras para el cultivo de cebolla. Este hongo se caracteriza por manchas amarillas en las hojas, que pueden progresar a lesiones de color púrpura y causar la muerte de la planta.

                              El Peronospora destructor puede llegar a causar la muerte del cultivo. (Foto: Howard F. Schwartz/Bugwood.org)

                              Mancha púrpura (Alternaria porri)

                              Causa manchas ovaladas de color púrpura en las hojas y los tallos, que pueden fusionarse y provocar la defoliación prematura de la planta.

                              La Alternaria porri debilita a la planta y disminuye el rendimiento. (Foto: Howard F. Schwartz/Bugwood.org)

                              Fusariosis (Fusarium oxysporum)

                              Esta enfermedad del bulbo provoca amarillamiento y marchitamiento de las hojas, así como pudrición de los bulbos, afectando su almacenamiento y comercialización.

                              La fusariosis comienza en las puntas de las hojas y finaliza en la muerte de las plantas afectadas. (Foto: Howard F. Schwartz/Bugwood.org)

                              Podredumbre blanca (Sclerotium cepivorum)

                              Afecta las raíces y el bulbo, causando pudrición y un crecimiento de micelio blanco alrededor del bulbo. Puede persistir en el suelo durante varios años.

                              Es frecuente que las plantas alrededor del cultivo infectado presenten los mismos síntomas. (Foto: Howard F. Schwartz/Bugwood.org)

                              Roya (Puccinia allii)

                              Provoca pústulas de color anaranjado en las hojas, lo que reduce la capacidad fotosintética de la planta y afecta el crecimiento de los bulbos.

                              Conforme avanza la roya, sobre las manchas se desarrollan pústulas (soros), circulares o alargadas, de 1 a 3 mm de longitud. (Foto: Howard F. Schwartz/Bugwood.org)

                              Estrategias de control de las enfermedades

                              • Uso de variedades resistentes: Seleccionar variedades de cebolla que sean resistentes a las enfermedades prevalentes en la región.
                              • Aplicación de fungicidas: En caso de detectar enfermedades, los fungicidas pueden ser una herramienta efectiva para su control.
                              • Rotación de cultivos: Implementar una rotación de cultivos adecuada para reducir la incidencia de enfermedades del suelo.
                              • Manejo de riego: Evitar el riego por aspersión para reducir la humedad en el follaje y disminuir el riesgo de infecciones.

                              Malezas: claves para su control

                              Las malezas son plantas no deseadas que crecen en áreas cultivadas, en este caso, en el campo donde se cultiva cebolla.

                              Estas plantas compiten con los cultivos por recursos esenciales como agua, luz y nutrientes, lo que puede reducir significativamente el rendimiento de la cebolla

                              Además de su competencia por recursos, las malezas pueden servir como refugio para plagas y enfermedades.

                              El manejo de malezas es una parte importante de la agricultura, ya que su presencia no controlada puede llevar a una disminución en la calidad y cantidad de la producción.

                              > Explore a fondo: Las principales malezas en la cebolla→

                              Métodos de control

                              • Control manual: La escarda manual es efectiva en pequeños cultivos y puede realizarse utilizando herramientas como azadones para eliminar las malezas cercanas a las plantas de cebolla.
                              • Herbicidas: Los herbicidas selectivos pueden utilizarse para el control de malezas en cultivos de mayor escala. Es importante elegir herbicidas que sean seguros para la cebolla y aplicarlos siguiendo las recomendaciones del fabricante para evitar daños al cultivo.
                              Las malezas consumen nutrientes, agua y luz solar, por lo que representan competencia para los cultivos. (Foto: Shutterstock)

                              Riego: un aliado para su desarrollo

                              El riego adecuado es vital para el desarrollo saludable de la cebolla. Tanto el exceso como la falta de agua pueden afectar negativamente el cultivo. Entre las estrategias para implementar esto destacan:

                              • Frecuencia y cantidad: El riego debe ser frecuente y en cantidades que mantengan el suelo húmedo, pero evitando encharcamientos. Es importante ajustar la frecuencia según las etapas de crecimiento y las condiciones climáticas.
                              • Sistemas de riego: Los sistemas de riego por goteo son altamente recomendables para una distribución uniforme del agua y para minimizar la humedad en el follaje, reduciendo así el riesgo de enfermedades. El riego por aspersión también puede ser usado, pero se debe tener cuidado de no mojar excesivamente las hojas.
                              Aunque es poco común, el riego por aspersión es una opción; sin embargo, este requiere cuidados adicionales. (Foto: Shutterstock)

                              Cultivo de cebolla: cosecha de éxito en cada detalle

                              El cultivo de la cebolla requiere de un manejo cuidadoso y una planificación detallada para garantizar una producción exitosa.

                              Desde la selección del suelo y las semillas, pasando por el manejo de plagas y enfermedades, hasta la cosecha y la postcosecha, cada etapa del proceso es vital para obtener un rendimiento óptimo.

                              Implementar prácticas agrícolas sostenibles y mantenerse actualizado con los avances tecnológicos y científicos en el cultivo de la cebolla puede marcar la diferencia entre un cultivo promedio y uno excepcional.

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                              Tomate

                              Cultivo de tomate: guía completa para agricultores

                              El cultivo de tomate (Solanum lycopersicum) es uno de los más populares y rentables en la agricultura moderna.

                              Es originario de los bajos Andes, y su nombre cambia según el país o región en la que se encuentre.

                              Este artículo ofrece una guía sobre las mejores prácticas en el cultivo de tomate para los agricultores, abarcando desde la selección de semillas hasta la cosecha.

                              Suelo para el cultivo de tomate

                              El suelo ideal para el cultivo de tomate debe estar bien drenado y rico en materia orgánica.

                              Un pH óptimo para el tomate oscila entre 6.0 y 6.8. Es importante realizar análisis de suelo para ajustar los niveles de nutrientes y asegurar un crecimiento vigoroso de las plantas.

                              Preparación del suelo

                              • Labranza profunda: mejora la aireación y permite una mejor penetración de las raíces.
                              • Incorporación de materia orgánica: aumenta la retención de agua y la disponibilidad de nutrientes.
                              • Enmiendas de cal: ajustan el pH del suelo si es necesario.
                              La enmienda de cal se utiliza regularmente para corregir los suelos ácidos. (Foto: Shutterstock)

                              Elección de semilla

                              La elección de las semillas es un factor determinante en el éxito del cultivo. Es recomendable optar por semillas certificadas y de alta calidad.

                              Las variedades híbridas suelen ofrecer resistencia a enfermedades y mejores rendimientos, aunque también existen variedades tradicionales que pueden ser adecuadas, según las condiciones específicas del cultivo.

                              Asimismo, existen varios tipos de semillas que pueden agruparse de la siguiente forma:

                              • Semillas híbridas: Ofrecen alta productividad y resistencia a enfermedades.
                              • Semillas tradicionales: Preservan la biodiversidad y suelen ser más adaptables a condiciones locales.
                              • Semillas orgánicas: Producidas sin el uso de químicos.
                              Las semillas de tomate pueden ser de tipo híbrido, tradicional o criollo y orgánico. (Foto: Shutterstock)

                              Siembra

                              La siembra de tomate puede realizarse en semillero para trasplantar posterior o directamente en el campo.

                              La primera opción es más común, ya que permite un mejor control de las condiciones iniciales de crecimiento.

                              La siembra directa requiere una preparación cuidadosa del suelo y un manejo riguroso del riego y la protección contra plagas.

                              El semillero ofrece un mejor control de las condiciones iniciales de crecimiento. (Foto: Shutterstock)

                              3 formas de realizar la siembra

                              1. Semillero: Permite un control preciso de las condiciones iniciales y facilita el manejo de plántulas.
                              2. Trasplante: Asegura un mejor establecimiento de las plantas en el campo.
                              3. Siembra directa: Requiere un suelo bien preparado y un manejo intensivo del riego.

                              Etapa vegetativa del tomate

                              Durante la etapa vegetativa, el tomate desarrolla su sistema radicular y su estructura foliar.

                              En esta fase, se debe considerar un buen manejo del riego y la fertilización para promover un crecimiento equilibrado.

                              La poda y el tutorado pueden ser necesarios para garantizar una adecuada ventilación y exposición a la luz solar.

                              El desarrollo del follaje de las plantas, clave en la fotosíntesis, tiene lugar en la etapa vegetativa. (Foto: Shutterstock)

                              Manejo de la etapa vegetativa

                              • Poda: Elimina brotes laterales y mejora la ventilación.
                              • Tutorado: Soporta las plantas y facilita la exposición a la luz solar.
                              • Control de riego: Mantiene una humedad constante sin encharcamientos.

                              Etapa reproductiva en el tomate

                              La etapa reproductiva abarca desde la floración hasta la formación de los frutos.

                              En esta fase, es importante un manejo adecuado del riego y la fertilización para asegurar un buen cuajado y desarrollo de los frutos.

                              El control de plagas y enfermedades también es importante para evitar pérdidas en la producción.

                              Esta etapa se inicia en la floración y finaliza en la formación de los frutos. (Foto: Shutterstock)

                              3 consejos para el manejo de la etapa reproductiva

                              1. Polinización: Asegurar la presencia de polinizadores o utilizar técnicas manuales.
                              2. Riego controlado: Evitar el estrés hídrico para mejorar el cuajado de frutos.
                              3. Nutrición equilibrada: Mantener un balance adecuado de nutrientes.

                              Cosecha en el cultivo de tomate

                              La cosecha del tomate debe realizarse cuando los frutos alcanzan el grado de madurez deseado, lo cual puede variar según el tipo de comprador o mercado objetivo (fresco, industria, etcétera).

                              La recolección debe hacerse con cuidado para evitar daños en los frutos, y es recomendable realizarla en las horas más frescas del día.

                              El grado de madurez del fruto de tomate depende de los requerimientos de los compradores. (Foto: Shutterstock)

                              Técnicas de cosecha

                              • Manual: permite una selección precisa y cuidadosa de los frutos.
                              • Mecánica: adecuada para grandes superficies, aunque puede dañar algunos frutos.
                              • Postcosecha: manipulación adecuada para minimizar pérdidas y mantener la calidad.

                              Fertilización: clave en el rendimiento

                              La fertilización del tomate debe basarse en las necesidades específicas de la planta y en los resultados de los análisis de suelo.

                              Los nutrientes clave incluyen nitrógeno, fósforo y potasio, además de micronutrientes como calcio, magnesio y hierro.

                              Es recomendable el uso de fertilizantes orgánicos y la aplicación de enmiendas orgánicas para mejorar la fertilidad del suelo.

                              Programa de fertilización

                              Las aplicaciones de abonos orgánicos y minerales en presiembra es eficaz, además de la suplementación con nitrógeno para promover el desarrollo foliar en etapas iniciales.

                              Durante floración y fructificación, el aporte de fósforo y potasio para mejorar el cuajado y desarrollo de frutos.

                              Manejo de malezas

                              El manejo de malezas es fundamental para reducir la competencia por nutrientes y agua.

                              Las prácticas recomendadas incluyen el uso de acolchados, la rotación de cultivos y el control manual o mecánico.

                              Los herbicidas pueden ser una opción, pero deben usarse con precaución para evitar daños al cultivo.

                              3 estrategias eficaces de control

                              Las buenas prácticas en el cultivo de tomate buscan incorporar estrategias para controlar las malezas, aquí destacan:

                              1. Acolchado: Reduce la germinación de malezas y conserva la humedad del suelo.
                              2. Control manual: Arranque de malezas de manera regular.
                              3. Herbicidas: Uso controlado para evitar la resistencia y daños al cultivo.
                              El control de malezas para este cultivo puede realizarse de tres formas. (Fotos: Shutterstock)

                              Plagas

                              Las plagas del tomate incluyen insectos como la mosca blanca, los trips y los gusanos.

                              Es imperante implementar un programa de manejo integrado de plagas (MIP) que combine métodos biológicos, culturales y químicos para mantener las poblaciones de plagas bajo control.

                              Principales plagas

                              El cultivo de tomate, como cualquier otro, está expuesto al ataque e infestación de plagas. Entre estas, hay algunas que son más comunes en la región.

                              • Mosca blanca: Transmite virus y causa debilitamiento de las plantas.
                              • Trips: Daños directos y transmisión de virus.
                              • Gusanos: Daños en hojas y frutos, afectando la calidad y el rendimiento.
                              El cultivo de tomate es atacado por varias plagas, entre las que destacan la mosca blanca, los trips y gusanos. (Fotos: Shutterstock)

                              Estrategias de control

                              • Control biológico: uso de enemigos naturales como avispas parasitoides y hongos entomopatógenos.
                              • Prácticas culturales: rotación de cultivos y eliminación de residuos vegetales.
                              • Control químico: aplicación de insecticidas específicos en caso de infestaciones severas.

                              > Continúe explorando: ¿Cómo controlar las plagas del tomate?

                              Enfermedades en el cultivo de tomate

                              Las enfermedades del tomate pueden ser causadas por hongos, bacterias o virus. Estas causan daños que pueden incidir en la calidad y el rendimiento de la cosecha.

                              Se presentan de diversas formas, y su detección a tiempo evita pérdidas a futuro. Entre las más comunes se encuentran:

                              Enfermedades fúngicas

                              • Alternaria: Manchas marrones en hojas y frutos, causadas por Alternaria solani.
                              • Tizón tardío: Causado por Phytophthora infestans, provoca manchas acuosas en hojas y frutos.
                              • Cenicilla: Polvo blanco en hojas, causado por Oidium lycopersicum.
                              • Fusarium: Marchitamiento de plantas, causado por Fusarium oxysporum.
                              • Antracnosis: Manchas negras en frutos, causada por Colletotrichum coccodes.
                              • Botrytis: Moho gris en hojas y frutos, causado por Botrytis cinerea.
                              • Mildiu: Manchas amarillas en hojas, causado por Peronospora spp.
                              • Oomicetos: Incluyen Phytophthora y Pythium, que causan pudrición de raíces.
                              • Rizoctonia: Pudrición del cuello de la planta, causada por Rhizoctonia solani.
                              La mayoría de enfermedades se presenta en las hojas y tallos de la planta de maíz. (Fotos: Shutterstock)

                              Enfermedades virales

                              • Virus del mosaico del tomate (ToMV): moteado y distorsión de hojas.
                              • Virus del rizado amarillo del tomate (TYLCV): hojas rizadas y amarillentas.
                              • Virus del tabaco (TMV): manchas amarillas y deformaciones en hojas.

                              Estrategias de control

                              • Resistencia genética: uso de variedades resistentes.
                              • Prácticas culturales: rotación de cultivos y eliminación de plantas infectadas.
                              • Control químico: fungicidas específicos para enfermedades fúngicas.
                              Además del control químico y las prácticas culturales, usar variedades resistentes es una forma de controlar las enfermedades. (Foto: Bugwood.org)

                              Rotación de cultivos

                              La rotación de cultivos es esencial para mantener la salud del suelo y prevenir la acumulación de patógenos y plagas.

                              Se recomienda alternar el cultivo de tomate con otros cultivos no solanáceos, como legumbres o cereales.

                              Esta práctica mejora la estructura del suelo, reduce la incidencia de enfermedades y puede aumentar el rendimiento de las cosechas.

                              Beneficios de la rotación de cultivos

                              • Mejora la fertilidad del suelo: diferentes cultivos aportan distintos nutrientes al suelo.
                              • Reducción de plagas y enfermedades: al cambiar de cultivo, se interrumpe el ciclo de vida de muchas plagas y enfermedades.
                              • Control de malezas: la alternancia de cultivos dificulta el establecimiento de malezas específicas.

                              Riego en el cultivo de tomate

                              El riego adecuado es fundamental para el desarrollo saludable del tomate.

                              La frecuencia y la cantidad de agua dependerán del tipo de suelo y del clima, pero en general, se recomienda un riego profundo y regular para mantener una humedad constante.

                              Evitar el exceso de agua es importante para prevenir enfermedades como la pudrición de la raíz y el mildiú.

                              Un sistema de riego adecuado a las necesidades del cultivo es importante para obtener buenos resultados al final del ciclo. (Foto: Shutterstock)

                              Métodos de riego

                              Existe diversidad de métodos de riego en la agricultura moderna; sin embargo, los más utilizados en el cultivo de tomate son:

                              • Riego por goteo: proporciona agua directamente a la zona de las raíces, reduciendo la evaporación y el desperdicio.
                              • Riego por aspersión: simula la lluvia natural pero puede favorecer la proliferación de enfermedades fúngicas.
                              • Riego por surcos: adecuado para grandes superficies, aunque menos eficiente en el uso del agua.

                              Cultivo de tomate: consejos adicionales

                              El cultivo de tomate requiere de una planificación cuidadosa y un manejo riguroso de todos los factores involucrados, desde la preparación del suelo hasta la cosecha.

                              Siguiendo las prácticas adecuadas, es posible obtener rendimientos elevados y de alta calidad, contribuyendo así a la sostenibilidad y rentabilidad de la explotación agrícola.

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