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Biólogo olfatea plantas con plagas

Ted Turlings trabaja con el olor que emiten las plantas luego del ataque de las plagas. (Foto: Daniel Rihs / Schweizer Wissenschaftspreise)

“El olor es típico, es el aroma cuando el maíz es atacado por la plaga”, expresó el biólogo Ted Turlings, luego de acercar su nariz a un tubo de vidrio con una plántula de maíz con hojas dañadas por un gusano.

Hace unos 30 años, Turlings descubrió que las plantas se defienden de las plagas emitiendo un olor específico para llamar al enemigo natural de su atacante, las avispas.

Además de reconocer los olores, el científico es uno de los expertos a nivel mundial en la interacción entre plantas e insectos, y el control biológico. El medio Swissinfo lo entrevistó en su laboratorio de la Universidad de Neuchâtel, en Suiza, mientras verificaba un equipo de medición.

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En el laboratorio había seis plántulas de maíz en tubos de vidrio. Un dispositivo recoge las moléculas olorosas que emiten las plantas.

“El olor atare al enemigo natural de la oruga, es su forma de defensa”, comentó una de las estudiantes de doctorado y máster, Kathrin Altermatt, quien realiza observaciones en el laboratorio.

Sensor de olor

Actualmente, Turlings trabaja en un sensor de olor que atrae a las avispas parasitoides que ponen sus huevos en el cuerpo del gusano. Cuando crecen, las larvas de avispa devoran al gusano desde adentro y lo matan.

Para esto, busca instalar el sensor en una máquina o en un robot que se desplace por maizales, para alertar a los productores incluso antes de que los daños sean visibles.

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Por ahora, el sensor es grande y tiene un costo elevado (unos US$347,425); sin embargo, una empresa Suiza trabaja en un modelo más pequeño y barato. El robot con el sensor identificará la zona del cultivo infestada e intervendrá de forma selectiva.

Otra solución ingeniosa

Turlings no solo se quedó con las avispas, y volteó su mirada a los nemátodos, que también atacan y devoran a la plaga. El biólogo desarrolló un gel con nemátodos que se aplica en las hojas para infectar al gusano.

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El gel podría ser aplicado por un robot que identifique con el sensor de olor a la plaga, mientras que otra opción podría ser que el gel se aplique a mano, en jeringas. “Experimentos realizados en Ruanda demostraron que este método es tan eficaz como los insecticidas”, afirmó el científico.

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Descubrimiento de su vida

Mientras realizaba su doctorado, a los 25 años, Turlings descubrió esto cuando estudiaba cómo las avispas parasitoides identifican las plantas con gusanos.

Las avispas llegan por el olor que emite la planta al entrar en contacto con una sustancia de la saliva del atacante. Para el investigador, ese momento fue intrigante, porque sugería que la planta reconoce a la plaga y emite un aroma de “auxilio”.

Turlings determinó la identidad química exacta de las moléculas volátiles emitidas por el maíz y participó en la identificación del compuesto clave (llamado volicitina), hallado en la saliva de los gusanos.

Su descubrimiento se publicó en la revista Science, en 1990, aunque fue recibido con escepticismo.

“Los científicos son conservadores cuando hay nuevas ideas que desafían sus creencias”, relató el entomólogo de la Universidad de California, Richard Karban, al ser consultado por el medio, acerca del tema.

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Las investigaciones siguieron su curso, e incluso, en años posteriores, se descubrió que los volátiles inducidos por la oruga alertan a las plantas vecinas y estas se preparan para la llegada de la plaga.

Merecido premio

Turlings, que nació en Países Bajos, madrugaba de niño a ver aves en las dunas de la costa. Al estudiar biología, sus profesores lo animaron a adentrase en el mundo del control biológico. A los 20 años, se trasladó a Florida, Estados Unidos, al Departamento de Agricultura, a estudiar su doctorado.

En 1993 llegó a Suiza, donde trabaja actualmente. En octubre de 2023, la Fundación Marcel Benoist le otorgó el premio anual a residentes de la Confederación Helvética, por su trabajo que contribuye a la vida humana. Este premio también es llamado el “Nobel suizo” de la ciencia.

Fuente: Swissinfo

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