En una región de Argentina, hace 1,500 años, la población experimentó un notable crecimiento demográfico impulsado por la adopción de nuevos cultivos, principalmente el maíz, la quínoa y la calabaza.
Este cambio ocurrió en Mendoza, y permitió una expansión hacia el norte de la región, revirtiendo una etapa de estancamiento poblacional que había durado aproximadamente mil años.
Contrario a la idea de que Mendoza ha sido históricamente una región vitivinícola, fue la incorporación de estos cultivos lo que permitió la estabilidad y el desarrollo de sus primeras comunidades agrícolas.
Investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), en colaboración con la Universidad de Utah, han demostrado que las innovaciones agrícolas y sociales fueron factores clave para el crecimiento demográfico en el centro-oeste de Argentina.
Según Adolfo Gil, investigador del Conicet, “hay un vínculo directo entre población, recursos y ambiente”.
Este es un principio que se ha mantenido a lo largo de la historia y que se evidencia en el crecimiento sostenido de las comunidades mendocinas tras la adopción del maíz.
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Expansión agrícola
El maíz fue el protagonista principal de la transformación agrícola que permitió a la población de Mendoza mantenerse estable durante un milenio.
Sin embargo, esta estabilidad no se logró únicamente a través de la adopción de nuevos cultivos, sino también mediante innovaciones tecnológicas como la implementación de sistemas de riego.
En una región con escasas precipitaciones, la construcción de sistemas de irrigación fue clave para maximizar la productividad agrícola.
Además, el uso de la cerámica para el almacenamiento y la cocción de alimentos contribuyó a la permanencia de estas prácticas.
Esta expansión agrícola tuvo su mayor impacto en las zonas montañosas y piedemontes del norte de la provincia, áreas donde el clima era más favorable para la agricultura, en comparación con las regiones del sur, donde la aridez y las menores precipitaciones limitaron el desarrollo agrícola.

¿Por qué desapareció el maíz?
Pese a su importancia, el maíz dejó de ser un cultivo central en la región de Mendoza hace unos 500 años.
Los investigadores proponen varias teorías al respecto.
Por un lado, está la posibilidad de que el clima cambiara drásticamente en esa época, con veranos más cálidos que los actuales, lo que habría afectado la producción agrícola.
Por otro lado, el cambio en la organización social durante la época colonial jugó un rol determinante.
La fundación de la Ciudad de Mendoza alteró la dinámica de las comunidades agrícolas, lo que llevó a una modificación en la dieta y en las prácticas productivas de la región.
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Crecimiento y tecnología en el sur
El estudio también reveló diferencias marcadas en las dinámicas de crecimiento dentro del mismo territorio mendocino.
En las zonas donde la agricultura fue la base de la economía, las poblaciones crecieron de manera sostenida durante más tiempo.
En contraste, aquellas comunidades que dependían de recursos silvestres, como el guanaco, el algarrobo o los armadillos, experimentaron crecimientos poblacionales más modestos y menos estables.
El sur de Mendoza, especialmente la región de Malargüe, se caracterizó por un menor desarrollo agrícola debido a sus condiciones climáticas adversas.
A pesar de ello, la caza y la recolección de frutos silvestres permitieron periodos breves de crecimiento, aunque no con la misma intensidad que en el norte de la provincia.
Innovación tecnológica y sostenibilidad poblacional
Uno de los aspectos más fascinantes de la investigación es el uso de modelos basados en simulaciones y algoritmos matemáticos para entender las dinámicas poblacionales.
Estos modelos, que analizan datos arqueológicos y climáticos, permiten a los investigadores reconstruir las trayectorias de crecimiento y declive de las comunidades prehispánicas.
Según Gil, “encontramos momentos con demografía estable; otros momentos donde las poblaciones cambiaron y otros momentos donde hubo superpoblación porque los recursos e innovaciones tecnológicas permitían sostener el crecimiento”.
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Futuras investigaciones: el clima y la tecnología
El trabajo del equipo de investigación está lejos de concluir.
A medida que avanzan en el análisis de los últimos 5,000 años de historia en la región, nuevas preguntas emergen.
El próximo objetivo será comprender en detalle el clima de los últimos mil años y cómo estos afectaron las innovaciones tecnológicas y la organización social de las comunidades prehispánicas.
Según los investigadores, la clave para entender estos procesos radica en seguir ensamblando las piezas del rompecabezas que nos ofrece el registro arqueológico.
Impacto del maíz en Mendoza
El maíz y otras innovaciones agrícolas fueron fundamentales para el crecimiento poblacional de Mendoza hace 1,500 años.
A través de la tecnología del riego y el almacenamiento, las comunidades lograron sostenerse en un entorno con recursos limitados.
Aunque el maíz dejó de ser el cultivo dominante hace 500 años, su impacto en la historia de Mendoza sigue siendo un tema de estudio que permite entender mejor las dinámicas entre la agricultura, el clima y las sociedades humanas.
Fuentes: Los Andes / Conicet