- Riego por aspersión: este método libera calor latente durante la fase de congelación, ayudando a mantener la temperatura de las plantas por encima del punto de congelación.
- Uso de coberturas: colocar mantas térmicas, plásticos o túneles de cultivo protege las plantas al actuar como una barrera física, disminuyendo la pérdida de calor radiante.
- Aplicación de agroquímicos: los anticongelantes y protectores de tejidos vegetales mejoran la resistencia de las plantas al estrés térmico, disminuyendo los daños ocasionados por las heladas.
- Siembra de árboles: los árboles reducen la velocidad del viento y crean microclimas más cálidos y ayudan a retener el calor en el área de cultivo.
- Elección de cultivos tolerantes: optar por variedades genéticamente adaptadas al frío minimiza el riesgo de daños en eventos de temperaturas extremas.
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