La producción de insectos, especialmente del gusano de la harina, ha ganado popularidad en los últimos años por su potencial para aportar soluciones sostenibles al sector agrícola.
Según un estudio publicado en Nature, el excremento de este insecto demostró ser tan efectivo como los fertilizantes minerales NPK.
El gusano de la harina
El gusano de la harina es la fase larvaria del insecto Tenebrio molitor.
Este pequeño coleóptero no solo es rico en proteínas, sino que también presenta un gran potencial para revolucionar la agricultura en un contexto de economía circular.
Esto se logra mediante la producción de excrementos con un alto valor como fuente de fertilización orgánica.
En España, aunque todavía no se comercializa para el consumo humano, ya existe una de las plantas de producción de gusanos de la harina más grandes del mundo, ubicada en Salamanca.
La cría de T. molitor ha aumentado considerablemente debido a la creciente demanda de proteínas alternativas y su bajo impacto ambiental.
Producir proteína animal con menos emisión de metano y amoníaco, y con un consumo de agua reducido, representa una alternativa viable y sostenible.
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Frass: el excremento con un gran potencial
El subproducto del proceso de cría del T. molitor es una mezcla de excrementos de larvas, restos de comida no digeridos y fragmentos de exoesqueletos.
Esta combinación, conocida como “frass,” es un recurso muy valioso para la agricultura por su composición fisicoquímica y microbiológica.
Composición y nutrientes
El frass contiene un alto contenido de macronutrientes, comparable o incluso superior al de otros fertilizantes orgánicos como purines y estiércoles.
Esto lo convierte en una fuente efectiva de nitrógeno, fósforo y potasio para los cultivos, con un gran potencial para reemplazar total o parcialmente a los fertilizantes minerales convencionales.
A diferencia de muchos fertilizantes minerales, el frass es una fuente rica en micronutrientes como manganeso, hierro, zinc, cobre y boro.
Su bajo contenido de humedad (aproximadamente 10 %) facilita su manejo y almacenamiento, haciéndolo más estable que otros residuos orgánicos.
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Beneficios y descomposición
El frass se caracteriza por su rápida descomposición, lo que permite que una vez aplicado al suelo, se mineralice a mayor velocidad que otros fertilizantes orgánicos.
Gracias a su alto contenido de carbono lábil, estimula la actividad microbiana del suelo y promueve la descomposición de la materia orgánica nativa, incrementando la biomasa microbiana y la fertilidad del suelo.
Microbiota del frass y sus beneficios
Desde el punto de vista microbiológico, el frass es muy interesante debido a que contiene bacterias y hongos beneficiosos que pueden mejorar el crecimiento y la salud de los cultivos.
Estos microorganismos son capaces de solubilizar el fosfato y el potasio del suelo, así como de fijar biológicamente el nitrógeno, aumentando la disponibilidad de nutrientes para las plantas.
Además, algunos de estos microorganismos producen hormonas que estimulan el desarrollo de las plantas y ayudan a los cultivos a resistir estreses abióticos como la sequía y la salinidad.
También pueden activar las defensas de la planta contra patógenos, lo que contribuye a la protección de los cultivos.
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Pendientes y futuro del frass
La aplicación de excretas animales está sujeta a tratamientos de higienización para eliminar microorganismos nocivos para la salud humana.
En el caso del frass, la aplicación de altas temperaturas puede eliminar los patógenos y muchos de los microorganismos beneficiosos.
Por lo tanto, es fundamental desarrollar tratamientos higienizantes alternativos que permitan aprovechar todo el potencial del frass.
Además, la composición de la microbiota del frass varía según la dieta de las larvas de T. molitor, lo que indica que la alimentación de estos insectos durante la cría influye en la calidad del fertilizante resultante.


El uso de excremento de T. molitor es una alternativa eficiente y sostenible para la fertilización de cultivos; además, tiene el potencial de impulsar una agricultura más resiliente.
Aunque aún se necesita más investigación sobre las condiciones de producción y tratamientos de higienización, el frass representa una solución innovadora para mejorar la fertilidad del suelo y promover prácticas agrícolas sostenibles.
Fuentes: Nature / theconversation