La canícula es un periodo de sequía durante la temporada de lluvias. Es un “veranillo prolongado” que, por lo general, se presenta en el Pacífico Norte, Valle Central, La Zona de Los Santos y Valle del General.
Para los productores, este es un punto para planificar las actividades y minimizar los riesgos asociados a este período.
Cada año, este fenómeno ocurre en diferente fecha y varía su intensidad. A continuación, presentamos cuándo empieza y termina la canícula en Costa Rica.
Canícula 2025 en Costa Rica
De acuerdo con el Instituto Meteorológico Nacional, a partir del 23 de junio disminuirán las lluvias, y se espera una canícula intensa a partir de la primera semana de julio.
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6 efectos de la canícula o veranillo para el agro
La canícula puede tener efectos tanto negativos como manejables, dependiendo de la duración, intensidad y preparación del sistema productivo. A continuación se detallan los principales efectos:
- Estrés hídrico en los cultivos por disminución de la humedad en el suelo.
- Aumento de la temperatura y la radiación solar, lo que eleva la evapotranspiración.
- Cambios en la dinámica de plagas y enfermedades, con mayor presencia de insectos adaptados a condiciones secas.
- Reducción de la disponibilidad de agua para riego, especialmente en zonas sin infraestructura de almacenamiento.
- Incremento del riesgo de incendios agrícolas y forestales por acumulación de material seco.
- Necesidad de ajustar el calendario agrícola y las prácticas de manejo, como la siembra y la fertilización.
¿Por qué es importante para los agricultores?
Para los productores, anticiparse a la canícula permite una mejor toma de decisiones y reducción de riesgos.
Conocer este periodo de sequía temporal en medio de la temporada lluviosa es fundamental por las siguientes razones:
Planificación en el manejo del cultivo
Conocer cuándo ocurrirá la canícula permite ajustar las fechas de siembra, poda, fertilización y otros manejos agronómicos para evitar fases críticas del desarrollo del cultivo (como la floración o el llenado de grano) durante días de estrés por falta de agua.
Esto es fundamental especialmente en cultivos sensibles como maíz, frijol o café.
Manejo eficiente y previsión de agua
En zonas sin riego, prever la canícula permite diseñar estrategias de almacenamiento y uso racional del agua, como el uso de reservorios, mulch, acolchados o cobertura vegetal que reduzca la evaporación del suelo.
Prevención de plagas y enfermedades
Las condiciones secas pueden alterar el ciclo de varias plagas y patógenos.
Por ejemplo, la sequía puede favorecer la presencia de ácaros o limitar enfermedades fúngicas. Conocer estas dinámicas permite ajustar monitoreos y estrategias fitosanitarias.
Mitigación de riesgos para evitar daños
En regiones donde la canícula puede intensificarse debido a fenómenos como El Niño, es fundamental tomar medidas preventivas.
Estas medidas podrían ser la diversificación de cultivos, el uso de variedades más tolerantes a la sequía o la implementación de sistemas de alerta temprana.
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La canícula es un fenómeno que puede ser gestionado adecuadamente con la información y preparación correctas.
La clave está en la planificación y en la adopción de medidas proactivas que permitan enfrentar estos retos de manera efectiva y oportuna.
Fuentes: Instituto Meteorológico Nacional