1. Alimenta el cultivo
Las raíces absorben agua del suelo a través de los pelos radiculares. Durante este proceso, la planta también toma los nutrientes y minerales del suelo, disueltos en el líquido.
2. Las mantiene firmes
Proporcionan soporte físico al anclar las plantas firmemente en el suelo, permitiendo que resista el viento y otras fuerzas externas que puedan derribarlas.
3. Ayuda a que se desarrollen
Las raíces producen y transportan hormonas como auxinas, citoquininas y giberelinas, que regulan y promueven estos procesos de crecimiento y desarrollo.
4. Almacenan reservas
En algunos cultivos, como la papa, yuca, zanahoria y remolacha, las raíces almacenan almidones, proteínas y agua para su uso durante períodos de escasez.
5. Interactúan con microorganismos
Forman asociaciones simbióticas con microorganismos como micorrizas, que mejoran la absorción de nutrientes y la salud del suelo.
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