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Deficiencia de potasio en maíz: síntomas, causas y cómo corregirla

La deficiencia de potasio en maíz es un problema nutricional que afecta el desarrollo, la fisiología y el rendimiento del cultivo. Identificar los síntomas a tiempo y aplicar prácticas de manejo adecuadas puede marcar la diferencia en la productividad.

septiembre 11, 2025
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(Foto: Shutterstock)

La deficiencia de potasio en maíz (Zea mays) es uno de los desórdenes nutricionales más comunes y, al mismo tiempo, menos diagnosticados a tiempo en muchas regiones productoras.

Esta condición afecta directamente el crecimiento vegetativo, la actividad fisiológica y el rendimiento del cultivo.

En este artículo se abordan los síntomas, las causas y las mejores prácticas de manejo agronómico para prevenir y corregir este problema nutricional.

> Continúe explorando: Fertilización del maíz→

¿Por qué es importante el potasio en Zea mays?

El potasio (K) participa en procesos fisiológicos clave, como la fotosíntesis, el transporte de fotoasimilados, la síntesis de proteínas, la regulación estomática y el equilibrio hídrico.

Según una revisión publicada en Agriculture, este nutriente también mejora la resistencia del maíz al estrés hídrico y a enfermedades, al fortalecer las paredes celulares y reducir la pérdida de agua.

Aunque un suelo puede mostrar niveles adecuados de K, factores como la compactación, el pH elevado o la baja actividad biológica pueden limitar su absorción por parte de las raíces.

(Foto: Alandmanson, Wikimedia Commons)

De acuerdo con la Universidad Estatal de Iowa, esto explica por qué los síntomas pueden aparecer incluso en parcelas bien fertilizadas.

Síntomas de deficiencia en maíz

Antes de aplicar cualquier correctivo, es fundamental reconocer cómo se manifiesta la deficiencia de potasio en el cultivo.

Las señales pueden variar según el estado fenológico, el tipo de suelo y las condiciones ambientales, por lo que el diagnóstico temprano es clave para evitar impactos negativos en el rendimiento.

(Foto: Alandmanson, Wikimedia Commons)

Manifestaciones visuales

Los primeros síntomas suelen aparecer en las hojas más viejas, ya que el potasio es un nutriente móvil dentro de la planta.

Según la Universidad de Michigan, una señal frecuente es el amarillamiento o necrosis en los bordes de las hojas, avanzando desde el ápice hacia la base.

(Foto: Munthali,Munthali and Botoman,L. and Kautale,B., CABI International)

Esta clorosis marginal puede confundirse con otros desórdenes, pero en el caso del potasio, se asocia con entrenudos cortos, hojas más pequeñas y una apariencia débil de la planta.

En casos más marcados, las hojas pueden secarse parcialmente y terminar desprendiéndose.

También es común observar una menor turgencia en días calurosos, debido a la alteración del balance hídrico.

Efectos fisiológicos y metabólicos

Estudios en soluciones hidropónicas, como los realizados por Xiong et al. (2022), han mostrado que el déficit de potasio reduce el peso fresco de hojas y tallos hasta en un 65 % respecto a las plantas testigo.

A nivel metabólico, disminuye la tasa fotosintética y la eficiencia en el uso del agua, lo que se traduce en menor acumulación de biomasa y rendimiento.

(Foto: Alandmanson, Wikimedia Commons)

Se ha documentado también un incremento del cociente raíz-tallo, interpretado como una respuesta de la planta para explorar un mayor volumen de suelo en busca de potasio.

A nivel molecular, se activan genes relacionados con la absorción y transporte de K, como HAK1, HAK5 y AKT2.

Además, se acumulan compuestos como aminoácidos y poliaminas que podrían estar involucrados en mecanismos de tolerancia al estrés.

Consecuencias agronómicas de la deficiencia de potasio

Desde el punto de vista productivo, la deficiencia de potasio limita el desarrollo vegetativo y compromete la formación del rendimiento.

El cultivo presenta menor área foliar, menos eficiencia fotosintética y mayor susceptibilidad a enfermedades.

Según Bayer Crop Science, el maíz con bajos niveles de potasio también muestra una mayor incidencia de pudriciones del tallo y una reducción en la calidad del grano, debido a una movilización deficiente de carbohidratos hacia la mazorca.

Mejores prácticas para prevenir y corregir la deficiencia

Una vez detectado el problema, el siguiente paso es establecer un plan de manejo eficiente.

Esta sección aborda estrategias agronómicas que permiten corregir deficiencias existentes y reducir el riesgo de que vuelvan a presentarse, mediante un enfoque integral de fertilización, diagnóstico y manejo del suelo.

Diagnóstico adecuado

La base de cualquier estrategia de manejo es un diagnóstico correcto.

El análisis de suelo previo a la siembra y el análisis foliar durante etapas clave como V6 o floración permiten establecer el nivel de suficiencia de potasio.

(Foto: Envato)

Según la Universidad de Minnesota, esto es especialmente importante en suelos arenosos, con bajo contenido de materia orgánica o bajo manejo de residuos.

También es útil observar el sistema radicular en campo. Suelos compactados o con baja porosidad reducen la absorción de K, y pueden inducir síntomas aunque el contenido total en el perfil sea aceptable.

Fertilización eficiente

La aplicación de potasio debe hacerse preferentemente antes de la siembra o en bandas cercanas a la línea de plantación.

Investigaciones de Amanullah et al. (2016) señalan que dividir la dosis total de K, aplicando una parte al momento de la siembra y otra en la etapa vegetativa (V4–V6), mejora el crecimiento y el rendimiento, especialmente bajo condiciones de estrés hídrico.

(Foto: Envato)

En sistemas de riego, la fertirrigación con soluciones de K al 1–3 %, combinadas con zinc al 0,1–0,2 %, ha demostrado buenos resultados para mejorar el crecimiento vegetativo.

Esta práctica es útil en campañas con escasa precipitación o suelos de baja disponibilidad.

Mejora del suelo y tecnologías complementarias

El manejo del suelo también juega un rol importante.

La incorporación de rastrojos, compost y otros residuos orgánicos mejora la estructura y aumenta la disponibilidad de potasio intercambiable.

Un estudio reciente publicado en Frontiers in Plant Science señala que esta práctica incrementa la eficiencia del uso de potasio y puede reducir la dependencia de fertilizantes minerales.

Además, la investigación avanza hacia el uso de microorganismos solubilizadores de potasio (KSM), que liberan formas no disponibles de este nutriente.

Según una revisión de 2025, estos bioproductos son una opción viable para mejorar la nutrición potásica de forma sostenible.

Resumen de estrategias clave

Para prevenir y corregir la deficiencia de potasio en maíz se recomienda:

  • Realizar análisis de suelo y tejido foliar en etapas clave.
  • Aplicar potasio en pre-siembra o en bandas cerca de la raíz.
  • Dividir la fertilización en dos momentos estratégicos.
  • Considerar aplicaciones foliares bajo condiciones de estrés.
  • Incorporar materia orgánica para mejorar la retención de nutrientes.
  • Explorar el uso de microorganismos solubilizadores como apoyo biológico.
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