El virus del mosaico común en frijol es una enfermedad destructiva que afecta los cultivos de Phaseolus vulgaris, provocando pérdidas de rendimiento importantes si no se implementan prácticas de manejo adecuadas.
Conocer sus síntomas, su ciclo de transmisión y las estrategias de control es clave para mitigar su impacto y garantizar una producción óptima.
A continuación, abordaremos las claves para identificar y controlar esta enfermedad.
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¿Qué es el virus del mosaico común en frijol?
El virus del mosaico común (BCMV, por sus siglas en inglés) es un fitovirus que ataca los cultivos de frijol.
Este patógeno pertenece a la familia Potyviridae y se caracteriza por infectar tejidos, causando un mosaico de manchas en hojas y debilitando la planta. La transmisión del BCMV ocurre principalmente a través de semillas infectadas y es facilitada por insectos vectores, especialmente áfidos.
Síntomas del virus del mosaico común en frijol
Es fundamental identificar de manera temprana los síntomas del virus del mosaico común en frijol para implementar un control oportuno. Entre los síntomas más comunes, se encuentran:
- Mosaico en hojas: manchas irregulares y cloróticas (amarillentas) que forman un patrón característico.
- Deformaciones en las hojas: las hojas pueden mostrar ondulaciones o arrugamientos.
- Retraso en el crecimiento: el frijol infectado suele mostrar menor desarrollo y porte en comparación con plantas sanas.
- Pérdida de rendimiento: en casos graves, el rendimiento se ve notablemente afectado, ya que el virus limita la capacidad fotosintética y el vigor de la planta.
Ciclo de transmisión y dispersión del BCMV
El virus del mosaico común en frijol se transmite a través de semillas infectadas, lo cual facilita su dispersión a nuevos cultivos en cada siembra.
Además, áfidos como Aphis craccivora son vectores de este virus, lo que permite una rápida propagación dentro del mismo campo.

Importancia de un manejo integrado
Dado que el BCMV afecta el rendimiento y la calidad del frijol, es importante implementar un manejo integrado.
Esto incluye el uso de variedades resistentes, control de vectores y prácticas agrícolas adecuadas.
Daños económicos
El impacto del BCMV en la producción de frijol depende del nivel de infección y la etapa de crecimiento de la planta.
En cultivos comerciales, el virus puede causar pérdidas de hasta un 80 % en rendimiento si no se controla.

Para evaluar si el nivel de infección amerita un tratamiento, se debe aplicar el umbral económico de daño.
Umbral económico de daño
El umbral económico de daño es el nivel de infestación a partir del cual el costo del tratamiento es menor que el valor de la pérdida que se evitaría.

En el caso del BCMV, este umbral varía en función del precio del frijol, los costos de tratamiento y la gravedad de la infección en el campo.
Consejo: evaluar la relación entre los costos de control y las posibles pérdidas es clave para tomar decisiones de manejo efectivas.
Control del virus del mosaico común en frijol
La estrategia de control del virus del mosaico común en frijol incluye prácticas preventivas y el uso de productos químicos cuando sea necesario. A continuación, detallamos las medidas recomendadas:
1. Uso de semillas certificadas y resistentes
El uso de semillas certificadas y resistentes es la medida más efectiva para prevenir la introducción del BCMV en un campo.
Existen variedades mejoradas de frijol que muestran una mayor tolerancia al virus, lo cual reduce el riesgo de infección.

2. Manejo de vectores
El control de áfidos es una estrategia indirecta pero importante para limitar la propagación del BCMV en el cultivo.
Los siguientes ingredientes activos son recomendados para el control de áfidos:
- Imidacloprid: un insecticida sistémico que afecta el sistema nervioso de los áfidos, reduciendo su capacidad de transmitir el virus. Debe usarse con precaución para evitar la resistencia.
- Acetamiprid: actúa eficazmente contra áfidos mediante contacto e ingestión. Al igual que el imidacloprid, debe aplicarse en rotación para evitar resistencia.
- Pirimicarb: un insecticida selectivo, efectivo contra áfidos, que además es menos dañino para insectos benéficos como las abejas, por lo que es útil en programas de manejo integrado de plagas.
- Lambda-cihalotrina: piretroide de acción rápida que actúa por contacto e ingestión. Se recomienda en combinación con otros insecticidas para reducir el riesgo de resistencia.

Nota: es importante seguir las recomendaciones de uso y tiempos de reentrada para minimizar el impacto en insectos benéficos y evitar la resistencia.
3. Control de plantas infectadas y prácticas culturales
Una vez presente el virus en el campo, el manejo se centra en reducir el estrés de las plantas infectadas y evitar la transmisión secundaria.
Algunas prácticas culturales también contribuyen a reducir la incidencia del BCMV en el frijol:
- Rotación de cultivos: rotar el frijol con otros cultivos que no sean hospedantes del virus ayuda a disminuir la presión de infección.
- Eliminación de plantas infectadas: retirar y destruir plantas infectadas evita que el virus se propague.
- Desinfección de herramientas: dado que el virus puede sobrevivir en herramientas contaminadas, es importante desinfectarlas antes de usarlas en plantas sanas.

4. Ingredientes activos en plantas infectadas para mitigar el impacto
Aunque no existen tratamientos que eliminen el virus en plantas infectadas, algunos productos pueden ayudar a reducir el estrés y mitigar los efectos del virus:
- Aminoácidos y extractos de algas: estos productos mejoran la tolerancia de las plantas infectadas y ayudan a mantener el vigor, reduciendo el impacto del virus en el rendimiento.
- Ácidos húmicos y fúlvicos: al estimular la actividad biológica del suelo y promover un sistema radicular sano, mejoran la absorción de nutrientes y la resistencia general de la planta.
- Fosfito de potasio: refuerza las defensas de las plantas y ayuda a la planta a sobrellevar el estrés causado por la infección viral.

Claves finales del virus en frijol
El virus del mosaico común en frijol es una enfermedad que puede afectar el rendimiento del cultivo si no se toman medidas de control efectivas.
La combinación de estrategias, como el uso de semillas resistentes, el manejo de vectores y la implementación de prácticas culturales adecuadas, es clave para reducir el impacto de esta enfermedad.
Además, la evaluación constante del umbral económico de daño y el uso de ingredientes activos específicos en el control de áfidos son herramientas valiosas para optimizar la gestión del BCMV.
Aplicando estas prácticas integradas, los agricultores pueden minimizar las pérdidas y mantener un cultivo de frijol saludable y productivo.