- Cultivos genéticamente modificados: resisten ataques de plagas de forma intrínseca, como el maíz con genes de Bacillus thuringiensis.
- Control biológico: utiliza insectos y microorganismos beneficiosos para combatir plagas de forma natural.
- Feromonas sintéticas: interrumpen ciclos reproductivos mediante trampas específicas, sin afectar a otros organismos.
- Drones y tecnologías de precisión: detectan focos de infestación y aplican tratamientos localizados, ahorrando recursos.
- Apps de monitoreo: facilitan la identificación de plagas y el manejo integrado en tiempo real.
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