En las aldeas del este de la India, una revolución silenciosa está cambiando la forma en que los pequeños agricultores cultivan y sobreviven.
Mediante el intercalado de cultivos (una técnica que consiste en sembrar dos cultivos distintos en la misma parcela durante la misma temporada) agricultores de los estados de Bihar y Bengala Occidental están mejorando sus ingresos y aumentando la seguridad alimentaria y fortaleciendo su capacidad de adaptación.
El motor del cambio: mujeres agricultoras y ciencia aplicada
Nirmala Devi, una agricultora de 45 años de la aldea de Butijhari, distrito de Kishanganj, es uno de los rostros visibles de esta transformación agrícola.
“Obtuve un buen precio por las coles, y tengo la esperanza de que el maíz también se venda bien. Míralo: está sano y vigoroso,” afirma con una sonrisa orgullosa.
Ella forma parte de un grupo de 20 mujeres que están redefiniendo la agricultura en su comunidad a través del intercambio de conocimientos y la adopción de nuevas prácticas.
“Durante las dos últimas temporadas rabi (invierno), hemos estado practicando el intercalado con maíz”, explica Nirmala.
“No solo vendemos lo que cultivamos—col, chícharo, ejotes, espinaca, etc.—sino que también lo intercambiamos entre nosotras, según lo que necesitemos en casa.”
Tecnología adaptada a contextos rurales
La iniciativa, impulsada por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y respaldada por el Centro Australiano para la Investigación Agrícola Internacional (ACIAR), ha introducido prácticas adaptadas de intercalado aditivo.
En este sistema, el maíz se cultiva en hileras separadas (60–60 cm en hileras simples o 30–90 cm en hileras dobles), y entre ellas se siembran hortalizas de ciclo corto como col, espinaca o leguminosas.
Según Swaraj Dutta, del Dr. Kalam Agriculture College bajo la Universidad Agrícola de Bihar, “ayudamos a los agricultores a ajustar el espaciamiento del maíz…
Entre estas hileras, cultivos de ciclo corto prosperan al inicio de la temporada.”
Diversificación frente al desgaste del monocultivo
Tradicionalmente, el maíz se cultivaba de manera intensiva y en monocultivo tras la cosecha de arroz, una práctica que está ejerciendo una presión cada vez mayor sobre los recursos locales.
“El cultivo intensivo de arroz y maíz (y anteriormente trigo) está ejerciendo una gran presión sobre los recursos naturales,” advierte Biplab Mitra, investigador de la Universidad Agrícola de Uttar Banga (UBKV).
“Su adaptabilidad tanto a la temporada kharif como a la rabi ofrece una oportunidad para alejarse de este patrón agotador.”
Hoy, agricultores como Santos Deb, de la aldea de Dinhata, están adoptando esta diversificación con buenos resultados.
“Antes solo cultivábamos maíz después del arroz… ahora practicamos el intercalado.
Dos cultivos diferentes, uno cereal y otro hortaliza, en el mismo terreno y durante la misma temporada—eso nunca lo habíamos intentado.”
Resultados concretos: más ingresos, más seguridad
Los beneficios económicos son inmediatos. Barman, otro agricultor del proyecto, logró ingresos adicionales de ₹15,000–17,000 (aproximadamente US$180–200) en solo 800 m².
“Esto ha sido muy gratificante para nosotros. Ahora cultivo así en todas mis parcelas… Vamos a seguir intercalando cada temporada rabi durante toda la vida”.
Además del aspecto financiero, el intercalado permite hacer frente a condiciones climáticas imprevistas. Vientos fuertes, lluvias tardías o tormentas pueden perjudicar el rendimiento del maíz.
Tener un segundo cultivo garantiza una fuente alternativa de ingresos. Kamal Ganesh, de la aldea Chapati, lo resume así:
“Tener un segundo cultivo en el mismo terreno actúa como red de seguridad—si uno falla, el otro aún puede generar ingresos.”
Hacia una agricultura más adaptable
Para los investigadores, esta experiencia marca apenas el inicio de una transformación mayor.
Alison Laing, líder del proyecto en CIMMYT, destaca que “apenas es nuestra segunda cosecha en India, Bangladés y Bután, y ya estamos viendo resultados alentadores”.
Se prevé que las siguientes fases del proyecto incluyan una mejor selección de cultivos, estrategias de manejo optimizadas y vínculos comerciales para aumentar la rentabilidad.
“Además del maíz, también hemos introducido el intercalado en campos de caña de azúcar en Meerut, Uttar Pradesh, en colaboración con el Instituto Indio de Investigación en Sistemas de Cultivo (ICAR-IIFSR)”, añade Laing.
Un modelo replicable
El proyecto, titulado Wide Row, Additive INTERCROPPING, tiene una duración de cinco años (iniciado en 2023) y busca replicar este modelo en distintos contextos agroecológicos del sur de Asia.
Las colaboraciones entre instituciones locales, científicos y agricultores están demostrando que con asesoría técnica, incluso los productores más pequeños pueden aumentar su rentabilidad y reducir su vulnerabilidad climática.
Fuente: CIMMYT