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Investigadores advierten de plaga de maíz en Estados Unidos

septiembre 26, 2025
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El parásito del maíz desarrolla resistencia en EE. UU. Este hallazgo debería preocupar a productores y técnicos agrícolas. (Foto tomada de Infobae)

En Estados Unidos se ha detectado un avance alarmante: un parásito del maíz que ya no responde como antes a las tecnologías de control más sofisticadas.

Según Infobae, “un parásito resistente pone en jaque las cosechas de maíz en Estados Unidos”, al referirse al gusano de la raíz del maíz, también conocido como rootworm, que ha desarrollado mecanismos que le permiten sobrevivir incluso frente a defensas biotecnológicas avanzadas.

Un estudio realizado por entomólogos de la University of Arizona, encabezado por Bruce Tabashnik y Yves Carrière, analizó datos de campo recogidos durante veinte años en la región del “cinturón del maíz”.

Esta zona cubre desde el oeste de Ohio hasta el este de Nebraska y parte de Kansas. Al revisar millones de ejemplares de gusano de raíz recolectados en doce estudios, los investigadores detectaron un patrón preocupante: “La protección de la combinación Bt e interferencia por ARN proporciona menos protección contra los daños del gusano de la raíz” en los campos donde ya existe resistencia previa a Bt.

Los datos se obtuvieron directamente en campo, no en laboratorio, lo que resalta la seriedad de lo que ocurre.

Impacto económico de la plaga

El daño que provoca esta plaga no es menor. La University of Arizona estima que los gusanos de raíz causan pérdidas por más de USD 2.000 millones al año en el rendimiento del maíz, y otros USD 1.000 millones en gastos de control.

Estas pérdidas afectan no solo al agricultor, sino también a la industria alimentaria, forrajera y energética.

El gusano actúa bajo tierra, alimentándose directamente de las raíces del maíz.

Este comportamiento lo hace difícil de detectar a tiempo, ya que los daños visibles aparecen cuando la planta ya ha perdido vigor o estabilidad.

Cómo actúa la resistencia

Durante los últimos años se ha apostado por una estrategia dual para combatir plagas del maíz: combinar proteínas Bt, derivadas de Bacillus thuringiensis, con tecnología de interferencia por ARN (RNAi).

El objetivo era atacar al insecto por dos frentes: uno biológico y otro genético.

Sin embargo, los datos muestran que en campos donde el gusano ya había desarrollado resistencia a Bt, también hay una menor eficacia de la combinación Bt + RNAi.

Es decir, el parásito se está volviendo más difícil de controlar, incluso con las tecnologías más nuevas.

Los autores del estudio fueron claros al afirmar que “la protección de la combinación Bt e interferencia por ARN proporciona menos protección contra los daños del gusano de la raíz” en campos con historial de resistencia.

Una advertencia para el manejo agrícola

Cuando una plaga logra evadir los controles que antes la contenían, hay que repensar cómo se están aplicando las herramientas de manejo. La resistencia no ocurre de un día para otro; es consecuencia de un uso prolongado y homogéneo de las mismas tecnologías.

La evolución de resistencia suele acelerarse cuando no se implementan estrategias de rotación o diversificación de defensas.

Comparaciones con otros casos agrícolas

Este problema no es aislado. En África, el barrenador del tallo del maíz (Busseola fusca) ha exigido nuevas estrategias de control mediante la liberación periódica de enemigos naturales.

También se han documentado pérdidas severas por malezas parásitas como Striga spp., que afectan al maíz en zonas tropicales al adherirse a sus raíces y absorber sus nutrientes.

Estos ejemplos muestran que los enemigos invisibles, que atacan bajo tierra o dentro del tallo, pueden alterar seriamente la producción, y que su control requiere tácticas sostenidas y adaptativas.

Qué hacer: alternativas de manejo

Ante este escenario, los expertos recomiendan un enfoque más diversificado y coordinado. A continuación se detallan algunas estrategias clave:

1. Monitoreo constante

  • Realizar muestreos de larvas en distintos momentos del ciclo.
  • Evaluar la susceptibilidad genética de las poblaciones locales.
  • Llevar registros por lote y por año.

2. Rotación de cultivos y uso de refugios

  • Alternar con cultivos no hospederos.
  • Mantener refugios sin Bt para reducir la presión de selección.
  • Evitar repetir el mismo híbrido o evento transgénico año tras año.

3. Control biológico

  • Incluir hongos entomopatógenos, bacterias o nemátodos benéficos.
  • Fomentar la biodiversidad en el suelo para fortalecer el equilibrio ecológico.
  • Diseñar estrategias combinadas con organismos que atacan larvas en el suelo.

4. Nuevos híbridos y mejoramiento genético

  • Apoyar el desarrollo de híbridos con múltiples mecanismos de defensa.
  • Usar genes de resistencia parcial para reducir la presión sobre el insecto.
  • Integrar la resistencia genética con prácticas culturales adaptadas a la región.

5. Manejo diferenciado

  • Evitar el uso masivo de la misma tecnología en toda la finca.
  • Variar modos de acción y tecnologías aplicadas.
  • Aplicar tratamientos solo cuando el monitoreo lo justifique.

6. Coordinación a nivel regional

  • Crear redes de vigilancia entre productores, técnicos e instituciones.
  • Establecer normas de uso responsable de cultivos Bt.
  • Invertir en investigación de nuevas herramientas y su adaptación local.

Qué podría pasar si no se actúa

Si no se modifican las prácticas actuales, es probable que:

  • Las pérdidas por la plaga aumenten.
  • Los costos de producción se eleven, empujando al uso intensivo de insecticidas.
  • La resistencia se expanda a otras regiones productoras.
  • Las tecnologías más recientes pierdan efectividad antes de ser adoptadas a gran escala.

Los agricultores podrían quedar sin herramientas viables de control, lo que afectaría directamente la rentabilidad y sostenibilidad del cultivo de maíz.

Un mensaje de advertencia con valor internacional

Aunque este estudio se basa en datos de Estados Unidos, las lecciones son relevantes para cualquier país productor de maíz. Las tecnologías transgénicas no son infalibles si no se acompañan de prácticas responsables de manejo integrado. El informe recuerda:

“La protección de la combinación Bt e interferencia por ARN proporciona menos protección contra los daños del gusano de la raíz” en campos con resistencia previa.

Esto debería ser una alerta para regiones como Centroamérica, donde el maíz sigue siendo base alimentaria y económica. Si se empiezan a introducir cultivos transgénicos en estas zonas, conviene anticiparse al problema, diseñando estrategias preventivas, rotaciones inteligentes, monitoreo de plagas, y educación técnica para el uso racional de biotecnologías.

La resistencia no es inevitable, pero sí predecible si se ignora el comportamiento adaptativo de las plagas.

Fuentes: Infobae

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