Un hallazgo arqueológico en la isla de Guam ha transformado nuestra comprensión sobre la expansión humana en el Pacífico y el papel del arroz en las culturas austronesias.
La reciente identificación de fitolitos de Oryza sativa en cerámica datada hace 3.500 años en la cueva de Ritidian Beach, situada en el Refugio Nacional de Vida Silvestre de Guam, constituye la evidencia más antigua de arroz en Oceanía.
Pero más allá de lo agrícola, este descubrimiento sugiere una dimensión espiritual: el arroz fue transportado no como alimento, sino como símbolo ritual en la mayor travesía oceánica conocida de su época.
Así lo sugiere un estudio reciente publicado en la revista Science Advances.
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Un cultivo con alma: el arroz como símbolo sagrado
“El arroz no era un alimento cotidiano. No se hallaron campos, herramientas de cosecha ni sistemas de irrigación.
Solo vasijas con residuos adheridos, cuidadosamente depositadas en un entorno ceremonial dentro de una cueva”, explica el equipo liderado por Mike T. Carson y Hsiao-chun Hung en Science Advances (2025).
Las vasijas eran de cerámica Marianas Red, típicas del periodo inicial de asentamiento en Guam. Presentaban entre 5 y 20 cm de diámetro, lo que sugiere usos individuales, probablemente como contenedores para ofrendas.
El análisis por tomografía computarizada descartó el uso de cáscaras de arroz como desgrasante en la fabricación de las piezas, confirmando que los residuos se adhirieron por el uso ritual posterior y no por su manufactura.


Una migración planificada desde Asia
Este hallazgo resuelve décadas de especulación sobre si los primeros navegantes del Pacífico llevaron arroz consigo. Guam está situada a más de 2.300 km de Filipinas, y el viaje —hace 3.500 años— requería una planificación meticulosa.
“La migración austronesia no fue accidental; fue un acto deliberado, cultural y agrícola”, enfatizan los investigadores.
El origen del arroz cultivado en Guam se remonta al valle medio del Yangtsé en China, donde fue domesticado antes de ser llevado a Taiwán y Filipinas.
Los ancestros chamorros probablemente zarparon desde Luzón hacia Guam, una migración que, según los modelos genéticos, lingüísticos y arqueológicos, representó la travesía marina más larga de su época.
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Fitolitos, cerámica y ciencia arqueobotánica
El equipo analizó 103 fragmentos cerámicos de la cueva RBC (Ritidian Beach Cave), identificando una gran cantidad de fitolitos, especialmente en las capas superiores.
Una sola muestra de la capa 8 contenía 201 fitolitos de cáscara de arroz, mientras que una herramienta de piedra hallada en la capa 7 produjo 323 de estos elementos.
La distribución y concentración de fitolitos fue mucho mayor en las capas culturales que en los sedimentos de control, lo cual elimina la posibilidad de contaminación postdeposicional.
Además, los sedimentos de otros sitios, como Star Cave o el área residencial de Ritidian, no contenían fitolitos de arroz, y solo una herramienta en Unai Bapot, Saipán, mostró rastros ínfimos.
Esto confirma que el uso del arroz estaba confinado a contextos muy concretos y no era parte del consumo generalizado.


El arroz en el tiempo: de símbolo a reliquia
A pesar del transporte deliberado y su uso ritual, el arroz no se consolidó como cultivo básico en las islas del Pacífico. El paisaje insular, con terrenos calcáreos y pocas planicies aluviales, no favorecía la agricultura de arroz.
Los registros etnohistóricos del siglo XVI y XVII mencionan el arroz como un alimento ceremonial reservado a moribundos o rituales fúnebres, pero nunca como parte de la dieta cotidiana.
“El arroz era un alimento raro y valioso, reservado para ocasiones ceremoniales”, señalan los autores, citando crónicas de 1602 que lo mencionan como sustento para los enfermos graves.
Un paisaje ritual y sus vestigios
Las excavaciones en RBC revelaron no solo cerámica y fitolitos, sino también objetos ornamentales, huesos de tortugas y aves, y morteros tallados en roca, todos indicios de una actividad ritual intensa.
Las pictografías halladas en zonas oscuras de la cueva refuerzan esta interpretación, aunque su datación es incierta.
Otros hallazgos históricos, como los reportes del arqueólogo Yawata en Asuncion Island, también documentan arroz quemado en contextos funerarios.
Aunque esa evidencia era más tardía, ahora puede vincularse a tradiciones más antiguas iniciadas en Guam.
Redibujando la historia de Oceanía
Este descubrimiento retrasa en más de dos milenios la presencia del arroz en Oceanía y reconfigura la imagen de los pueblos austronesios como sociedades planificadoras y culturalmente complejas.
Lejos de una expansión accidental, su migración fue un acto simbólico que transportó no solo semillas, sino también una cosmovisión.
“La historia del Pacífico es mucho más rica, antigua y fascinante de lo que imaginábamos”, afirman los autores del estudio.
El arroz de Guam no alimentó cuerpos, sino memorias. Fue un puente entre el mar y el mito, entre los vivos y los ancestros, entre el viaje y la ceremonia.
Fuente: Science Advances