El cultivo del café es una actividad compleja. En muchas regiones productoras, los caficultores suelen contar con dos cosechas: una principal y otra secundaria, conocida como traviesa, pepiteo, mitaca o cosecha intermedia.
Sin embargo, la ausencia de esta última puede representar un impacto en la economía de los productores y en la calidad del café.
Para comprender mejor los efectos de la cosecha sin traviesa, el medio Perfect Daily Grind entrevistó a dos expertos en café de Colombia: William Ortiz, fundador y director de Maniwa Coffee, y Carlos Neuta, de Coffee Origen.
La importancia de la traviesa
La traviesa es clave para la sostenibilidad económica de los productores.
Según Carlos Neuta, “la ventaja principal es que le permite al productor contar financieramente con recursos para la preparación de la cosecha principal”.
Desde una perspectiva más amplia, William Ortiz resalta que la traviesa no solo contribuye a una mejor distribución de los ingresos a lo largo del año, sino que también “mantiene dinamizada la economía” de las fincas y de las zonas productoras.
Pero la importancia de la traviesa no es solo económica. También puede influir en la calidad del café.
William explica que, al haber menos granos en la planta, los nutrientes se distribuyen de manera más eficiente, lo que resulta en granos de mayor tamaño, mejor rendimiento y mejor sabor.
Otro beneficio técnico de la traviesa es su impacto en la infraestructura de procesamiento.
Al representar cerca del 30 % de la producción total en Colombia, permite que las instalaciones de beneficiado, como tanques de fermentación y secaderos, puedan ser de menor tamaño, optimizando el uso de recursos.
Retos de la cosecha con traviesa
A pesar de sus ventajas, la traviesa también implica dificultades, especialmente en términos de recolección.
En Colombia, la floración del café no es tan concentrada como en otros países, lo que dificulta la recolección eficiente.
William Ortiz menciona el caso de Nicaragua, donde la recolección es mucho más precisa, con un rendimiento promedio del 78 %, mientras que en Colombia es del 73 % debido a la mezcla de granos en diferentes estados de maduración.
“Allá, en promedio, es de 78 % y en Colombia es de 73 % al tener una recolección más irregular entre verdes, pintos, maduros y sobremaduros”, explica.
Cómo gestionar la cosecha secundaria
Para optimizar la producción y aprovechar al máximo la traviesa, los productores pueden adoptar ciertas estrategias:
- Comunicación con los compradores: william recomienda informar con claridad las épocas de cosecha, los volúmenes y los meses de embarque. “Es clave evitar perder oportunidades por no existir claridad del calendario productivo”, señala.
- Registro de floraciones: con el cambio climático, las fechas de cosecha están cambiando. Llevar un registro permite planificar mejor la recolección y estimar la cantidad de personal necesario.
- Planeación financiera: la traviesa puede ser un indicador de la calidad de la cosecha principal, lo que ayuda a prever precios y oportunidades comerciales.
Además, Carlos Neuta enfatiza la importancia del estado fitosanitario de los cafetales.
“La manera de sacar el máximo provecho a la cosecha secundaria es mantener los árboles en un buen estado de salud desde el componente fitosanitario y que estén en capacidad de sostener los dos tiempos de cosecha”, afirma.
¿Por qué este fenómeno es característico de Colombia?
Colombia es el único país con una traviesa estable debido a su ubicación geográfica, exposición solar y prácticas de cultivo.
Sin embargo, este fenómeno también puede darse en ciertas regiones de Ecuador, Perú y Centroamérica, aunque con diferencias en su manejo.
William Ortiz menciona un caso en Nicaragua, donde los productores “veían la traviesa como un trabajo adicional y preferían terminar la cosecha para sembrar frijol o maíz”.
Muchos recolectaban granos verdes al final de la cosecha, conocidos como “repela”, para venderlos como pasilla.
Las razones detrás de esta práctica eran principalmente dos:
- Si el verano era muy fuerte, los granos de la traviesa no se desarrollaban bien.
- En los meses de julio y agosto no había compradores de café, lo que dificultaba el almacenamiento adecuado hasta la siguiente temporada comercial.
En Colombia, la traviesa es posible gracias a las precipitaciones constantes. “El país recibe unos 1882 mm de agua lluvia al año, lo que permite una floración constante en los cafetales”, explica William.
El cambio en las prácticas agrícolas también ha influido. Hasta los años 80, la caficultura colombiana era 100 % orgánica, con árboles bajo sombra y una sola cosecha al año.
Esto cambió con las recomendaciones de la Federación Nacional de Cafeteros, que promovió la eliminación del sombrío, la renovación de variedades y el uso de fertilizantes para aumentar la producción.
¿Qué está causando la ausencia de traviesa?
Las variaciones extremas del clima están reduciendo la productividad tanto de la traviesa como de la cosecha principal.
William advierte que el modelo de producción actual hace que los cafetales sean más vulnerables al clima. “Cuando el verano es tan intenso y los cafetales no tienen árboles, la retención de humedad en los suelos es más difícil”, señala.
Carlos Neuta agrega que en la mayoría de los países productores la traviesa es prescindible, ya que los caficultores no dependen de ella.
Sin embargo, en Colombia, su ausencia es un problema grave. “Si se ve perjudicada por un tema climatológico, es grave porque esa flor no dará frutos y, por ende, la productividad va a ser baja”, explica.
Traviesa y su importancia
La traviesa es un elemento clave en la caficultura colombiana. Su ausencia impacta la economía de los productores y la productividad y calidad de la cosecha principal.
Para los países que actualmente no consideran la traviesa dentro de su planificación productiva, pero que tienen condiciones climáticas adecuadas, podría representar una oportunidad si se implementan prácticas de manejo adecuadas.
Fuente: Perfect Daily Grind