La Rhizoctonia solani es una de las enfermedades más destructivas del frijol (Phaseolus vulgaris), provocando pérdidas importantes en el rendimiento y calidad del cultivo.
En este artículo, exploraremos los síntomas, umbrales de daño económico y las estrategias de manejo más efectivas para mitigar el impacto de la también llamada “pudrición del tallo y raíz”.
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¿Qué es Rhizoctonia solani en frijol?
Rhizoctonia solani es un hongo patógeno que afecta las raíces y tallos de muchas especies de plantas, incluido el frijol.
Este hongo provoca una enfermedad conocida como “tizón de la raíz” o “tizón del tallo”, que se presenta principalmente en condiciones de alta humedad y temperaturas moderadas.

Los primeros síntomas suelen aparecer en plántulas, afectando su desarrollo y debilitando las plantas adultas.
Síntomas característicos de Rhizoctonia solani en frijol
La infección por Rhizoctonia solani en frijol es identificable mediante:
- Lesiones en la base del tallo: manchas oscuras que se extienden hacia la raíz.
- Marchitez y clorosis: las hojas pueden volverse amarillas debido a la limitación de nutrientes y agua que el hongo impone.
- Raíces necróticas: el hongo destruye las raíces secundarias, afectando la absorción de nutrientes y el anclaje de la planta.

Si la infección progresa, puede llevar a la pérdida total de plantas, lo cual impacta el rendimiento y la viabilidad del cultivo.
Es fundamental realizar un monitoreo constante para detectar la enfermedad a tiempo y establecer un plan de control.

Umbral de daño económico
El umbral de daño económico es la densidad o incidencia de Rhizoctonia solani en frijol a partir de la cual el coste del tratamiento es menor que las pérdidas esperadas por la infección.
Para establecer este umbral, los productores deben evaluar:
- La densidad de infección en el campo
- Los costos de aplicación de fungicidas
- El rendimiento estimado del cultivo sin tratamiento

En cultivos de frijol, el umbral de intervención suele ubicarse cuando las primeras plantas muestran síntomas de infección en más del 5% del área sembrada.
En casos de alta humedad y temperaturas entre 15 °C y 25 °C, este umbral puede reducirse, ya que las condiciones climáticas favorecen la proliferación del hongo.
Estrategias de manejo de Rhizoctonia solani en frijol
Para un control efectivo de Rhizoctonia solani en frijol, es importante implementar una combinación de prácticas culturales, biológicas y químicas.
A continuación, se describen las principales estrategias de manejo:
1. Prácticas culturales
- Rotación de cultivos: evitar sembrar frijol en el mismo suelo año tras año. Optar por cultivos no hospederos, como maíz o trigo.
- Drenaje adecuado: la humedad excesiva favorece a Rhizoctonia solani. Mejorar el drenaje del suelo reduce el riesgo de infección.
- Control de malezas: las malezas pueden actuar como reservorios del hongo, por lo que su manejo es fundamental.

2. Control químico: ingredientes activos
Para el control químico de Rhizoctonia solani, se recomienda aplicar fungicidas con ingredientes activos específicos que hayan mostrado eficacia en el tratamiento de esta enfermedad en frijol.
Algunos de los ingredientes activos más recomendados incluyen:
- Tiofanato-metil: este fungicida sistémico actúa inhibiendo el crecimiento del hongo en la planta. Suele usarse en tratamientos preventivos y curativos.
- Azoxistrobina: actúa inhibiendo la respiración celular del hongo, especialmente efectiva en las primeras etapas de infección.
- Fludioxonil: un fungicida de contacto que se utiliza para tratar las semillas antes de la siembra y reducir la incidencia de la enfermedad en plántulas.

Es importante seguir las recomendaciones de aplicación para cada ingrediente activo y monitorear el cultivo después del tratamiento.
Usar diferentes fungicidas en ciclos ayuda a reducir la resistencia del hongo a los tratamientos.
3. Control biológico
El uso de agentes biológicos también es una herramienta eficaz en el control de Rhizoctonia solani en frijol. Algunas alternativas incluyen:
- Trichoderma spp.: este hongo antagonista coloniza las raíces del frijol y compite directamente con Rhizoctonia solani, limitando su capacidad de infección.
- Bacillus subtilis: una bacteria que se utiliza como biofungicida, ayudando a reducir la presencia de patógenos en el suelo y promover el crecimiento de la planta.

El uso de control biológico es especialmente efectivo en sistemas de producción orgánica, y ayuda a reducir la dependencia de fungicidas sintéticos.
Prevención y monitoreo
El éxito en el manejo de Rhizoctonia solani depende en gran medida de la prevención y monitoreo constante.
Las siguientes prácticas son recomendadas:
- Análisis del suelo: conocer las condiciones del suelo, como su nivel de compactación y drenaje, ayuda a prever problemas de enfermedades.
- Monitoreo semanal: revisar el estado de las plantas permite identificar síntomas tempranos y reducir la progresión de la enfermedad.
- Uso de semillas certificadas: el uso de semillas libres de patógenos reduce el riesgo de introducir Rhizoctonia solani en el campo.

Importancia de controlar la enfermedad
El manejo de Rhizoctonia solani en frijol es importante para asegurar la salud y el rendimiento del cultivo.
Con prácticas integradas que incluyen rotación de cultivos, uso de ingredientes activos específicos y el empleo de agentes biológicos, es posible reducir el impacto de esta enfermedad.
La identificación temprana y el respeto por los umbrales de daño económico permiten una intervención oportuna y rentable, minimizando las pérdidas y optimizando los recursos.
Con estas prácticas y estrategias, los productores pueden gestionar el riesgo que representa Rhizoctonia solani en el cultivo de frijol.