Es momento de fertilizar sus cultivos, y uno de los elementos indispensables en este sentido es el nitrógeno. Un adecuado programa de fertilización le dará, en principio, dos beneficios: por un lado, plantas vigorosas y con mayor resistencia a enfermedades y plagas; además de ahorro en su inversión.
Entre los macronutrientes, el nitrógeno es sin duda uno de los principales protagonistas. Este elemento es absorbido por los cultivos de dos formas, como amonio o como nitrato.
La urea es uno de los fertilizantes más usados en la agricultura y la que tiene mayor concentración de nitrógeno de los compuestos sólidos. En esta sustancia, el nitrógeno no está disponible para que las plantas lo absorban de forma rápida. Para que esto suceda, debe de haber una reacción química llamada hidrólisis, en donde las enzimas ureasas descomponen la urea y la convierten en formas amoniacales (en estado gaseoso).
Si el fertilizante no se coloca bajo la tierra, esta reacción se producirá encima del suelo y se perderá amoniaco como gas en la atmósfera, lo que se traduce en que no estará disponible para los cultivos.
Dependiendo de las condiciones, las pérdidas de nitrógeno en la urea serán de hasta un 50 %; si colocamos la urea en un suelo húmedo y hay fuertes ráfagas de aire, el nitrógeno desaparecerá en 2 o 3 días.
El dinero que se invierte se perderá en el aire (volatilización).
Para que el cultivo aproveche de mejor forma la fertilización de nitrógeno y su inversión se optimice al máximo, puede aplicar una de las opciones que se le presentan a continuación.
Estos son compuestos parecidos a la urea que tienen mayor afinidad con la enzima ureasa.
Mientras la enzima rompe el compuesto, la urea no es hidrolizada y, por lo tanto, no hay pérdida de nitrógeno por volatilización. Entre las ventajas, además de evitar la pérdida del elemento de forma gaseosa, destacan:
Si el fertilizante no tiene inhibidor de ureasa, deberá cavar y enterrarlo. Este método no es práctico porque el agricultor debe usa más tiempo efectivo para abrir los espacios, colocar el fertilizante y volverlos a cubrir.
Además, durante el proceso se pueden lastimar las raíces.
Se aconseja regar los cultivos después de la fertilización, con un máximo de dos horas tras la aplicación, con entre 12 mm y 15 mm de agua. Este método ayuda a disminuir la pérdida de nitrógeno en fertilizantes sin inhibidores de ureasa; sin embargo, la volatilización sigue siendo alta.
Pérdidas de nitrógeno por volatilización
¿Cómo evitar la volatilización de nitrógeno?
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